11/09/2007

Bosquejo de la Lección para la Escuela sabática comentada por: M.C. Delfino Jarquín López, delfino_comessab@hotmail.com Iglesia Central, Matías Romero Avendaño, Oaxaca, México (http://www.adventistas.com.mx/); también lo puedes encontrar en http://www.pmministries.com/CEES/2007/ES4/Index.html (falta actualizar); http://www.pmministries.com/ (lecciones anteriores); http://www.egrupos.net/grupo/escuelasabatica



Lección 6: Luchando con toda energía

Para el 10 de noviembre de 2007

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 32; Mateo 5:29; Juan 16:5-15; Colosenses 1:28, 29; 1 Pedro 1:13.

Para Memorizar: “Para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí” (Col. 1:29).

INTRODUCCIÓN

Pensamiento clave: ¿Cuál es el lugar de nuestra voluntad, y su poder para vencer en la batalla contra el yo y el pecado? ¿Cómo podemos evitar la trampa de permitir que nuestros sentimientos gobiernen las decisiones que hacemos? ¿Por qué debemos perseverar y no renunciar cuando estamos en el crisol?
Como seres humanos tenemos deseos y tendencias pecaminosos sobre los cuales sentimos que no tenemos control. Cuantas veces, mediante esfuerzos hemos querido cambiar, quitar y modificar esos deseos, esas influencias o tendencias pecaminosas. Sin embargo, como nuestra fuerza de voluntad esta debilitada por el pecado, somos capaces de vencerlos sin una relación diaria con Jesús (Rom. 7). <> (CC 17).

¿Cuál es el mensaje central de esta lección?
¿Cuáles son los puntos más relevantes que aborda la lección de esta semana?
¿Cómo aplicarías este mensaje en tu vida?

Como maestro de la Escuela Sabática, el sábado enseñaré…
Saber que debemos luchar para seguir la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Sentir el deseo de renunciar a todo lo que estorbe la obra que Dios quiere realizar en nosotros.
Hacer: reclamar el poder y las promesas de Dios mientras permitimos que Dios nos perfeccione.

CICLO DE APRENDIZAJE EN TU CLASE

MOTIVACION: (Ilustración e introducción, tiempo: 5 minutos).
EXPLORACION: (Tema central de la lección, sólo tres preguntas, ajuste su tiempo: 15 minutos).
PRACTICA: (¿Qué aprendimos en esta lección y cómo podemos practicar lo?, tiempo: 5 minutos).
APLICA :( ¿Qué podemos hacer con lo que aprendimos?, tiempo: 5 minutos).


Actividades a realizar…
Con anticipación, elabora tres preguntas para discutirlo con la célula o clase.
Intercambien respuestas con los demás miembros de la célula o clase.
Anoten las características más importantes que expusieron.
Redacten un texto para practicarlo.
Apliquen esas rasgos en la vida cotidiana


I. EL ESPÍRITU DE VERDAD

¿Quién es el Espíritu de Verdad?
¿Por qué Dios no puede hacernos sencillamente buenas personas que hacen buenas cosas?
¿Cuánto podemos depender de nuestros propios sentimientos al hacer decisiones?
¿Qué criterio tenemos para juzgar la confiabilidad de nuestras emociones y nuestros deseos?
¿Qué convicciones te ha traído recientemente el “Espíritu de verdad”?
¿Qué decisiones contundentes has hecho al escuchar la voz del Espíritu Santo?
¿Qué estás haciendo con tu libre albedrío? ¿Eliges cosas para conocer más la verdad?

1. ¿Qué hace el Espíritu Santo por nosotros?

“Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:5-15)
La muerte, resurrección y ascensión de Jesús fueron acontecimientos importantes para que se completara el plan de salvación. Sin ellos, la era del Espíritu no se hubiera convertido en una realidad. El alejamiento de Cristo fue, pues, para los discípulos un provecho y una ventaja. Con su cuerpo humano Cristo no podía estar presente por doquiera, pero por intermedio del Espíritu Santo podía estar con cada uno de sus seguidores en todo momento y en todo lugar (Mat. 28: 20).
Jesús mismo era un Consolador. El dejaría a sus discípulos (Juan 13: 33), pero pediría al Padre que enviara a Aquel que era semejante a Jesús para que quedara con los discípulos no transitoriamente como él había quedado, sino "para siempre". Aunque el verbo parakaléỏ se traduce como "consolar" 23 veces en el Nuevo Testamento, también se traduce como "exhortar" 19 veces. Llamar al Espíritu Santo "Consolador" es hacer resaltar sólo uno de los rasgos de su obra. También es un "Exhortador". En realidad, este último significado es el rasgo prominente de la obra del Espíritu tal como la bosqueja Juan. El enseñará" y "recordará todo" (Juan 14: 26). Testificará de Cristo (Juan 15:26). "Convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16: 8). "Guiará a toda la verdad" y hará "saber las cosas" venideras (Juan 16: 13). Glorificará a Cristo y recibirá de él para impartir a los discípulos (Juan 16:14)
De acuerdo con el plan de Dios, Jesús, debía completar su obra en la tierra y ascender al trono del Padre antes de que viniera el Espíritu.
<<>>
"demostrar la culpabilidad", "convictos por la ley como transgresores" (Sant. 2: 9).
"reprender" (Luc. 3: 19; Efe. 5: 11; 1 Tim. 5: 20; Tito 1: 13; Heb. 12: 5; Apoc. 3: 19).
"redargüir" (Juan 8: 46; 2 Tim. 4: 2)
"convencer" (1 Cor. 14: 24; Tito 1: 9)
"acusar"(Juan 8: 9)
"poner en evidencia"(Efe. 5: 13)
El día de Pentecostés, la ocasión cuando fue prodigado el don del Espíritu, hubo una notable manifestación de este aspecto de la obra del Espíritu. Los que escucharon la exhortación de Pedro, "se compungieron de corazón" (Hech. 2: 37). Una de las primeras evidencias de que está obrando el Espíritu Santo es la profunda convicción de que somos pecadores. El Espíritu no sólo pone de manifiesto el pecado; también hace que se vea cuál es la verdadera rectitud. Estimula a los hombres a que acepten la justicia de Cristo, tanto la imputada (Rom. 10: 3-10) como la impartida (Gál. 2: 20; Fil. 2: 13). Por otro lado, Jesús también advirtió a los hombres acerca del juicio venidero (Mat. 5: 21-22; 10: 15; 11: 22, 24; 12: 36). Nadie puede escapar del juicio pues es tan seguro como la muerte (Hech. 9: 27). Aunque el temor al castigo no debiera ser el motivo principal para proceder rectamente, sin embargo, es un instrumento poderoso para despertar las mentes entenebrecidas por el pecado, y se recurre a ese juicio frecuentemente y con toda razón (Mar. 9: 43-48; Apoc. 14: 9-11; Juan 16: 11). La vindicación del carácter divino en la cruz aseguró que Satanás sería sometido a juicio y condenado. Y si esto era cierto en lo que respecta al caudillo de los rebeldes, también se cumpliría con todos sus cómplices.
2. ¿Cuál es el lugar del Espíritu Santo en nuestras vidas?
El Espíritu hace que los hombres reconozcan sus pecados, les señala la salvación y la justicia que hay en Jesús, y los amonesta de las consecuencias de continuar en sus pecados y de descuidar la salvación que se les ofrece gratuitamente.

II. LA VOLUNTAD DISCIPLINADA

¿Qué decisiones importantes estás afrontando?
Pregúntate honestamente: “¿Cómo puedo saber si estoy basando mi elección en sentimientos, emociones o deseos en vez de hacerlo sobre la Palabra de Dios?”

1. ¿Qué ejemplos podemos encontrar en la Biblia en los que las personas hicieron decisiones equivocadas basadas en sentimientos, en vez de hacerlas basadas en la palabra de Dios? ¿Cuáles fueron las consecuencias? (Gén. 3:6; 2 Sam. 11:3, 4; Gál. 2:11, 12)

Caso de Eva y Adán

“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”(Gén. 3:6)
<<>>Después de que se habían despertado en la mujer la duda y la incredulidad en cuanto a la orden de Dios, el árbol le pareció muy diferente. Se menciona tres veces cuán encantador era; incitaba su paladar, sus ojos y su anhelo de aumentar su sabiduría. Mirar el árbol en esa forma, con el deseo de gustar de su fruto, era una concesión a los alicientes de Satanás. En su mente ya era culpable de transgredir la orden divina: "No codiciarás" (Exo. 20: 17). El tomar el fruto y comerlo no fue sino el resultado natural de entrar así en la senda de la transgresión.
<<>>Habiendo codiciado aquello a lo cual no tenía derecho, la mujer siguió transgrediendo un mandamiento de Dios tras otro. Luego robó la propiedad de Dios violando el octavo mandamiento (Exo. 20: 15). Al comer el fruto prohibido y darlo a su esposo, también transgredió el sexto mandamiento (Exo. 20: 13). También quebrantó el primer mandamiento (Exo. 20: 3) porque en su estima colocó a Satanás antes que a Dios obedeciéndole antes que a su Creador.
<<>>Observando que no murió inmediatamente -lo que parecía confirmar el definido aserto del seductor: "No moriréis"- Eva experimentó una sensación engañosa de júbilo. Quiso que su esposo compartiera ese sentimiento con ella. Esta es la primera vez que el Registro sagrado llama a Adán "su marido". Pero en vez de ser "ayuda idónea" para él, ella se convirtió en el instrumento de su destrucción. La declaración "dio también a su marido" no implica que él había estado con ella todo el tiempo, como mudo espectador de la escena de la tentación. Más bien ella le dio del fruto cuando se reunió con él para que pudiera comer "como ella" y compartir así los supuestos beneficios.
<<>>Antes de comer, debe haberse entablado una conversación entre Adán y su mujer. ¿La seguiría en su senda de pecado y desobediencia, o renunciaría a ella, confiando que Dios, de alguna manera, restauraría su felicidad destruida? El que ella no hubiera muerto por comer el fruto y que ningún daño evidente le hubiera sobrevenido, no engañó a Adán. "Adán no fue engañado sino... la mujer" (1 Tim. 2: 14). Pero el poder de persuasión de su esposa, unido con su propio amor a ella, lo indujeron a compartir las consecuencias de su caída cualesquiera que fueran. ¡Decisión fatal! En vez de esperar hasta que pudiera tener la oportunidad de tratar todo el trágico asunto con Dios, decidió por sí mismo su suerte. La caída de Adán es tanto más trágica porque no dudó de Dios ni fue engañado como Eva. Procedió ante la segura expectativa de que se convertiría en realidad la terrible amenaza de Dios.
Deplorable como fue la transgresión de Eva y cargada como estuvo de calamidades futuras para la familia humana, su decisión no abarcó necesariamente a la humanidad en el castigo de su transgresión.
Fue la elección deliberada de Adán, en la plena comprensión de la orden expresa de Dios<>, lo que hizo que el pecado y la muerte fueran el destino inevitable de la humanidad.
Eva fue engañada; Adán no lo fue (Rom. 5: 12, 14; 1 Cor. 15: 21; 1 Tim. 2: 14; 2 Cor. 11: 3).
Si Adán hubiera permanecido leal a Dios a pesar de la deslealtad de Eva, la sabiduría divina todavía hubiera resuelto el dilema para él y hubiera evitado el desastre para la familia humana (PP 39).

Caso de David y Betsabé

“Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo.Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa” (2 Sam. 11:3,4)
Cuando surgió la tentación, David no la resistió, sino que descendió del palacio determinado a realizar sus malos pensamientos. Fue el tentador quien había sugerido el pecado, y David debiera haberío apartado con un "¡Quítate de delante de mí, Satanás!" (Mar. 8: 33). En vez de eso, escuchó al seductor y le obedeció en vez de obedecer a Dios. La falta de David fue especialmente atroz, puesto que Betsabé era una mujer casada y su esposo era uno de los oficiales más nobles y dignos de confianza de David, un hombre de raza extranjera que se había relacionado con el verdadero Dios. Por otra parte,no hay ninguna indicación de que los mensajeros de David tomaran a Betsabé por la fuerza. Era bella y no estaba libre de la tentación. Quizá fue halagada por las insinuaciones que le hizo el rey, y se entregó a David sin resistencia.
Si David se hubiera detenido por un momento, si hubiese elevado los pensamientos al cielo en oración, si hubiese concentrado la mente en las responsabilidades de su cargo real o si se hubiera entregado al manejo de los asuntos de Estado, habría sido quebrantado el encanto del enemigo.
La conducta de David en este caso es un triste ejemplo de lo que puede ocurrir a una persona piadosa cuando abandona al Señor, aun por un momento.
Se ha registrado este caso como una lección para otros que también pudieran ser tentados. No es el plan de Dios paliar o excusar el pecado, aun de los mayores héroes y santos.
David no tenía derecho a Betsabé. Ella era la legítima esposa de Urías. Al matar a éste y luego tomar a su esposa, David cometió una falta que, a través de los siglos, ha dado a los enemigos del Señor un motivo para blasfemar y reprochar el santo nombre de Dios. Así como David había tratado a otros, sería tratado también él. Las compuertas del mal que había abierto David sumergirían a su posteridad en desgracias y calamidades. El crimen de David consistía no sólo en el mal que había hecho a Urías, sino también en la falta que había cometido contra Dios. El pecado de David fue seguido por un profundo arrepentimiento y por el perdón divino; sin embargo, su cosecha de mal nubló todo el resto de su vida.

Caso de Pedro y Pablo en Antioquia

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión” (Gál. 2:11,12).
Aunque la conducta de Pedro (Gál. 2:11-14) nos parezca extraña, después de lo que le sucedió con Cornelio (Hech. 10: 19-11: 18) y especialmente después de la decisión del concilio de Jerusalén (Hech. 15: 7, 22, 29), es evidente que Pablo narra el caso en su debido orden cronológico. Debe recordarse que la decisión del concilio de Jerusalén afectaba únicamente a los creyentes gentiles; no había liberado a los cristianos de origen judío de los requerimientos de la ley ritual. Después de que los judaizantes fueron derrotados en lo que respecta a los creyentes gentiles, naturalmente se negaron a ver en la decisión del concilio lo que tal acuerdo implicaba. Pero Pablo y otros razonaban correctamente que si los gentiles podían ser salvos sin cumplir con la ley ritual, los judíos podían ser salvos del mismo modo. Cuando Pablo estuvo en Jerusalén, aunque judío, no puso objeciones para participar personalmente en ceremonias rituales (Hech. 21: 20-27). En lo que tenía que ver con comer alimentos ofrecidos a ídolos (1 Cor. 10: 27-29), no estaba implicado ningún principio moral (1 Cor. 8: 8). La preocupación de Pablo se enfocaba en esta ocasión en los miembros de la iglesia (1 Cor. 10: 29-33), y la iglesia de Antioquía estaba compuesta principalmente de gentiles (Hech. 11: 19-21). Por lo tanto, Pedro debería haber estado dispuesto a mantenerse Firme en la posición que había adoptado al principio: participar con los gentiles creyentes en un completo compañerismo basado en la reciprocidad.
Es evidente que esta visita de Pedro a Antioquía fue hecha poco después de que terminó el concilio de Jerusalén. Según Hech. 15: 1-2, el debate que tuvo lugar en Antioquía acerca de la circuncisión había causado la inmediata convocación del concilio. Ahora, cuando la cuestión había sido definida en una forma que parecía satisfactoria para todos los implicados, era natural que por lo menos algunos de los dirigentes visitaran a Antioquía. Por lo que se registra de la participación de Pedro en el concilio (Hech. 15: 6-11), especialmente por lo que le sucedió en la casa de Cornelio, era de esperar que en Antioquía hiciera todo lo posible para reconciliar las diferencias de opiniones y ayudar a que se cumplieran las decisiones del concilio.
Pedro, para evitar dificultades, procuró no tener más conflictos con esos irrazonables hermanos judaizantes que venían de Jerusalén. Era el mismo grupo que había creado problemas en Antioquía antes del concilio, al insistir en que todos los gentiles que buscaran ser admitidos en la iglesia cristiana debían ser circuncidados (Hech. 15: 5). Algunos representantes de esa tendencia habían subvertido también la lealtad de muchos en la iglesia de Corinto (2 Cor. 11: 22). El temor de Pedro pudo haberse debido, por lo menos en parte, al mismo espíritu de precaución que lo impulsó a hacerse acompañar por otros seis judíos cuando fue a la casa de Cornelio (Hech. 11: 11). Después de todo, el concilio de Jerusalén no había ordenado que los judíos se relacionaran libremente con los gentiles (Gál. 2: 11), y tal vez Pedro temió que esos hermanos judaizantes interpretaran su proceder de tal manera que le resultara difícil dar explicaciones cuando volviera a Jerusalén.
¿Qué preocupaba a Pedro, y qué quería que sus lectores realmente hicieran? (1 Pedro 1:13)

Un caso personal: Tu y Yo

¿Por qué Dios permite que estemos sujetos a tentaciones, al parecer, insoportables?
¿Te ha ocurrido alguna vez que desapareció un deseo o una tendencia pecaminosos? ¿Fue repentino o gradual?
¿Cuáles son las advertencias que nos da el Señor, en los momentos de la tentación? (Sant. 1:12-15)
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Sant. 1:12-15)
"Ningún hombre puede ser obligado a pecar.
Primeramente debe ser ganado su propio consentimiento; el alma debe proponerse el acto pecaminoso antes de que la pasión pueda dominar a la razón o la iniquidad triunfar sobre la conciencia" (MJ 65).
La naturaleza de la tentación, así definida, elimina cualquier posibilidad de que sea Dios quien decreta las tentaciones de los hombres, o de que Satanás sea en realidad el responsable por las caídas morales del hombre. El hombre cae ante la tentación debido a un deseo de satisfacer un anhelo particular que es contrario a la voluntad de Dios.
Así como el pez es atraído a su destrucción por la carnada del anzuelo, así también los hombres son cebados para caer en el pecado debido a la carnada del engaño y los halagos del pecado. La fuerza y el poder del pecado no prevalecerían si no fuera por la astucia y la seducción del pecado. Esto es evidente cuando se repasa la triste historia de los pecados de hombres y mujeres, comenzando con Eva y Adán y llegando hasta nuestros días (Gén., 3:1-6).

¿Compromiso radical?

¿A qué le llamarías compromiso radical? ¿Por qué?

“Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” (Mat. 5:29).
En Mateo 18: 8-9, se ha registrado (Mat. 5: 28) que Cristo, yendo más allá de la acción, llamó la atención al motivo que la produce, es decir, la intención o forma de pensar que provoca la acción. Aquí va más allá del motivo o la intención para señalar las vías por las cuales el pecado logra entrar en la vida: los sentidos que se comunican con el sistema nervioso. Para la mayoría de las personas los más fuertes incentivos al pecado son los que llegan a la mente por el camino de los nervios óptico, auditivo y otros nervios sensoriales (HAp 413).
El que se niega a ver, escuchar, gustar, oler o tocar lo que incita al pecado, ha ganado buena parte de la batalla para evitar los pensamientos pecaminosos. El que inmediatamente desecha los malos pensamientos, cuando fugazmente pasan como un relámpago en su conciencia, evita así la formación de una manera de pensar que se hace hábito y que condicionan la mente para que peque cuando se presente la oportunidad. Cristo vivió una vida sin pecado porque "no había en él nada que respondiera a los sofismas de Satanás" (DTG 98).
En un sentido sería mejor vivir esta vida siendo ciego o lisiado, que perder la vida eterna.
Aquí las palabras de Cristo son figuradas. No pide que se mutile el cuerpo, sino que se controlen los pensamientos.
Negarse a contemplar lo malo es tan efectivo como cegarse, y tiene la ventaja de que se retiene la facultad de la vista que puede emplearse para ver lo bueno.
Algunas veces, un zorro que ha caído en una trampa se corta a dentelladas una pata a fin de escapar. Del mismo modo, un lagarto sacrifica su cola o una langosta de mar sacrifica una de sus pinzas. Al hablar de sacarse el ojo o cortarse la mano, Cristo habla en forma figurada de la acción resuelta de la voluntad para precaverse del mal. El cristiano hará bien en seguir el ejemplo de Job, quien hizo "pacto" con sus ojos (Job 31: 1; 1 Cor. 9: 27).
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Rom. 12: 2.)
<<>> (Cada día con Dios, p 66).
La vida del cristiano es una lucha. Todos absolutamente todos como cristianos tenemos luchas grandes o pequeñas, siempre los hay. Pero "no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".
En este conflicto, sólo podemos tener éxito mediante la ayuda divina, una conexión viva con la fuente celestial, de un Dios Real. Solamente cuando nuestra voluntad finita este sometida a la voluntad del Infinito, seremos capacitados por el Espíritu Santo para conquistar y recuperar la posesión comprada por Dios, a la restauración de su imagen en el alma.
El Espíritu de Dios no crea nuevas facultades en el hombre convertido, sino que obra un cambio decidido en el empleo de aquellas facultades. Cuando se efectúa un cambio en la mente, en el corazón y en el alma, al hombre no se le da una nueva conciencia, sino que su voluntad queda sometida a una conciencia renovada, cuyas sensibilidades adormecidas son despertadas por la obra del Espíritu Santo.

III. ¡NADA SE LOGRA SI NO HAY DOLOR!

¿Cuáles son algunas elecciones prácticas que podemos hacer para ayudarnos a perseverar mejor con el Señor en medio del desánimo y la tentación? Por ejemplo: asociaciones, estilo de vida, material de lectura, hábitos de salud, vida espiritual, entre otras.
¿Cómo es posible seguir esforzándose y luchando cuando uno esta sufriendo?
¿De qué manera reaccionamos cuando llegan las pruebas, el sufrimiento o las dificultades?
¿Estamos dispuestos de sacrificar todo con tal de recibir las bendiciones de Dios?
¿Podrías mencionar una lista de las promesas de Dios, para tener una actitud positiva hacia las pruebas, el sufrimiento, el dolor o las dificultades?

1. ¿Cuál fue la experiencia de Jacob mientras luchaba con el Ángel de Jehová? ¿Qué lecciones podemos aprender de esta historia? (Génesis 32).

“Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera. Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo. “Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera. Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo” (Gen. 32:24-32)
Jacob había quedado en la orilla norte del río para poder estar solo con el fin de buscar a Dios en oración. En ese momento, su acostumbrada astucia no tenía valor.
Sólo Dios podía ser de ayuda para mitigar la ira de Esaú y salvar a Jacob y su familia.
Que el antagonista de Jacob no era un ser humano ni un ángel común se infiere de que Jacob habló de él como de Dios.
El profeta Oseas también se refiere a él como a Dios pero, además, como a un ángel (Ose. 12: 3, 4).
Este visitante celestial no era otro sino Cristo (PP 196, 197).
Una aparición tal de Cristo en forma humana no es extraña ni única (Gén. 18:1).
Habrá un "tiempo de angustia para Jacob"(Jer.30: 7.
El luchador desconocido empleó únicamente la fuerza de un ser humano en su lucha con Jacob. Pensando que su asaltante era un enemigo mortal, Jacob luchó como si hubiera estado haciéndolo por su vida. Pero al aproximarse el alba un simple golpe, dado con fuerza más que humana, fue suficiente para dejar inválido a Jacob, y él se dio cuenta de que su antagonista era más que humano.
2. ¿Qué bendiciones recibió Jacob al ser perseverante y luchar con toda energía?
Jacob, <<>>
Al igual que Pablo, que siglos más tarde llevó una "espina" en la carne (2 Cor. 12: 7), Jacob se apartó de la escena de la suprema experiencia de su vida llevando un recuerdo de su conflicto y victoria.
Aunque cojeó probablemente todo el resto de su vida, en su alma liberada Jacob disfrutó de las más ricas bendiciones de Dios, se aferró de la divina promesa y pronunció: “No te dejaré, si no me redices”.
Cada lucha de esas deja sus cicatrices.
Del mismo modo que Jacob, cada fiel creyente, al pasar por su propia experiencia de Peniel, puede esperar llevar algún recordativo de su lucha intensa contra sí mismo, contra sus tendencias heredadas y malas inclinaciones.
Aun nuestro Señor Jesucristo lleva las señales del fiero conflicto por el cual pasó mientras estaba en la tierra, y ellas continuarán por la eternidad. Las nuestras se desvanecerán y serán olvidadas (2 Cor. 4: 17; Isa. 65: 17).
Al paso que nuestras cicatrices son el resultado de nuestra lucha contra el yo, de nuestro temperamento y de nuestro caracter, las huellas de los clavos en las manos de Cristo provinieron de un conflicto a nuestro favor contra los poderes de la oscuridad.
3. Desde la perspectiva de la experiencia de Jacob, ¿Por qué el pueblo de Dios habrá de soportar una prueba similar?
<<>> (PP199). “Cuando los ángeles de Dios dejen ya de contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contienda se desencadenarán. El mundo entero será envuelto en una ruina más espantosa que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén. Únicamente los que tengan manos limpias y corazones puros subsistirán en aquel tiempo de prueba... Ahora, mientras los cuatro ángeles están reteniendo los cuatro vientos, es el momento en que debemos asegurar nuestra vocación y elección” (CD364).

REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA

Mí querido(a) hermano(a): ¿Has tenido una prueba muy difícil en las dos últimas semanas? Desde tu perspectiva, ¿Por qué crees que ocurrieron? ¿Cuán perseverantes has sido en aferrarte en las promesas de Dios para salir adelante? ¿De qué manera has podido experimentar la presencia de Dios en tu vida a pesar de las vicisitudes que afrontas? ¿Por qué debiéramos ser siempre perseverantes y decididos en las cosas celestiales? ¿Qué podemos hacer a favor de aquellas personas que están sufriendo desnudez, hambre y sed en este momento? ¿Habéis puesto ya vuestro granito de arena? ¿Por lo menos cinco dólares o más? Es una bendición, pertenecer al Pueblo Adventista, porque cada año colaboramos e invitamos a la gente para dar donativos que son utilizados en casos de desastres, como el que esta ocurriendo en Tabasco México. “Mas bienaventurada cosa es dar que recibir”. ¿Cuál es el secreto para alcanzar la victoria sobre las pruebas, el sufrimiento y vencer las tentaciones?

Reflexiona conmigo el siguiente texto: “Jacob prevaleció, porque fue perseverante y decidido. Su experiencia atestigua el poder de la oración insistente. Este es el tiempo en que debernos aprender la lección de la oración que prevalece y de la fe inquebrantable. Las mayores victorias de la iglesia de Cristo o del cristiano no son las que se ganan mediante el talento o la educación, la riqueza o el favor de los hombres. Son las victorias que se alcanzan en la cámara de audiencia con Dios, cuando la fe fervorosa y agonizante se hace del poderoso brazo de la omnipotencia” (PP201).

Ore conmigo, por favor… “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Cor. 15: 57)... ¡Feliz Sábado!

RESUMEN

Todos los seres humanos tenemos deseos y tendencias pecaminosos sobre los cuales sentimos que no tenemos control. Parte de ser cristiano es permitir que Dios entre en nuestras vidas para ayudarnos a luchar contra esas tendencias y esos deseos pecaminosos.

Bibliografía: Anthony Gavin, El fuego refinador, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Octubre-Diciembre de 2007__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Octubre-Diciembre de 2007__Y. Penniecook Tricia, Sebastián Arturo, M. Roca Bernalena, Fletcher Leesa, Beard Kenneth, et al, La fragua del Orfebre, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, el universitario, Octubre-Diciembre de 2007 __ G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Pratiarcas y profetas, Profetas y reyes__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo I, II, III, IV, V, VI, VI - Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007, _ E. Wensell Paul, Vibrantes anécdotas de humor y sabiduría, APIA., 2000.

Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.
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