4/30/2008

Lección No. 5 La maravilla de sus obras

Lección 5: La maravilla de sus obras

Para el 3 de mayo de 2008

Lee: Mateo 4:23-25; 8:25-27; 11:2-6; 12:22, 23; Hechos 3:19-21.

Descubre: ¿Qué esperas de Jesús? ¿Cuántos milagros de Jesús se registran en los evangelios? ¿Cuáles de sus milagros están relacionados directamente con el ser humano y cuáles con los fenómenos naturales?

Memoriza y considera: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36).

Pensamiento clave: En el ministerio de Cristo en esta tierra, giraba en tres ejes principalmente. Mateo escribe: “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mat. 4:23).

“Cristo tuvo relación con todas las ramas de la obra. Él no hizo ninguna división. No pensó que usurpaba los derechos de los médicos cuando sanaba a los enfermos. Proclamó la verdad, y cuando los enfermos venían a él buscando curación, les preguntaba si creían que él podía sanarlos. Estaba tan listo a colocar las manos sobre el enfermo y el afligido para curarlos, como lo estuvo para predicar el evangelio. Se sentía tan en lo suyo haciendo esta labor como proclamando la verdad; pues la curación de los enfermos es parte del evangelio” (El ministerio médico, p. 314).

PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA

• Saber de qué modo el Reino de los cielos es tanto una realidad presente como una esperanza futura.
• Sentir el deseo de experimentar la compasión de Dios cada día.
• Hacer llegar el mensaje del Reino de Dios a otras personas.

I. ¿QUÉ ES UN MILAGRO?

1. ¿Sabes algo…? ¿Qué es un milagro?

La palabra hebrea 'ôth, "signo", "muestra", "augurio”; môƒêth, "señal", "prodigio"; pele', "maravilla"; del griego dúnamis, "poder"; seméion, "señal".
La palabra española proviene de latín miraculum, "un objeto para maravillarse", "una maravilla (algo maravilloso, una cosa extraña, algo admirable), del verbo mirari, "maravillarse (asombrarse, sorprenderse).
Un milagro es una intervención sobrenatural en los asuntos humanos que no se puede explicar sobre la base de las leyes naturales conocidas, o algo que no se esperaría en el transcurso natural de los eventos.

II. LOS MILAGROS DE JESÚS

1. Lee los siguientes textos: (Juan 2:1-11; 4:43-54; 5:1-16; Lucas 5:1-11; Marcos 1:21-28, 29-31, 40-45; 2:1-12; 3:1-6; Lucas 7:1-10; Mateo 9:27-31,32-34; Lucas 7:11-17; Mateo 12:22-32;8:18, 23-27;Marcos 5:1-20, 25-34; 5:22-24,35-43; 6:30-34; Mateo 14:22-33; 15:21-28; Marcos 7:31-37; Mateo 15:32-39; Marcos 8:22-26; 9:14-29 ;Mateo 17:24-27; Juan 9:1-41; Lucas 13:10-17; 4:1-4;Juan 11:1-45;Lucas 17:11-19; Marcos 10:46-52;11:12-14, 20-26;Lucas 22:50,51; Juan 21:1-23).

2. Considera la lectura y las tablas de registros, después contesta las siguientes preguntas, ¿Qué son los milagros de Jesús? ¿Cuántos milagros de Jesús se registran en los Evangelios? ¿Qué nos enseñan cada obra maravillosa? ¿Por qué el Señor Jesús realizó milagros y obras maravillosas? ¿Cuál es la naturaleza y propósito de cada maravilla realizado por Jesús?
Elaboró: Delfino Jarquín L.
Debido a que se editaron unos cuadros, por favor haga clic en:
http://docs.google.com/Doc?id=dkc3vcv_30dchtfhj9, para ver la versión completa o vaya en:

4/25/2008

Lección No.4 La Sabiduría de sus enseñanzas

Lección 4: La sabiduría de sus enseñanzas

http://docs.google.com/Doc?id=dkc3vcv_275ss65tcp

Para el 19 de abril de 2008

Lee: Mateo 5-7; 20:25-28; Juan 4:22-24; 8:1-11.

Descubre: ¿Qué es la sabiduría? ¿Qué es la felicidad? ¿De qué trata la mayor parte las enseñanzas de Jesús en el Sermón de la Montaña? ¿Por qué las enseñanzas de Jesús son para todos los tiempos y para todos los niveles sociales? ¿Sabes algo…? ¿Existen temas que el Señor Jesús no dijo nada? ¿Si? ¿No? ¿Por qué? ¿Qué otros temas expuso el Señor Jesús?

Memoriza y considera: “Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene
autoridad, y no como los escribas” (Mar. 1:22).

Pensamiento clave: En las enseñanzas de Jesús fueron variados, pero principalmente trato de cómo una persona puede ser transformada por su gracia a una nueva criatura y heredar la vida eterna. En sus enseñanzas utilizó ilustraciones de la vida cotidiana: la luz, la sal, las aves, los lirios del campo. Enseño acerca de la confianza, lo horrible del pecado, la oración, el perdón, de la humildad, de la gracia y la fe, entre otros temas de gran interés para todos los tiempos, épocas y generaciones.

Tal vez algunos dirán que la felicidad consiste en obtener todo lo que deseamos. Alguien desea un coche, lo obtiene y es feliz. Otros desean lograr una carrera, el éxito de un negocio, lograr una cadena de tiendas en todo un país o una empresa trasnacional, y si lo consiguen son felices, y si no la consiguen son desdichados. Así es, lo que muchos llaman felicidad es obtener lo que desean. Tal parece que la felicidad se encuentra por medio de cosas, de pensamientos e ideas, a través de la relación. Se persigue la felicidad por medio de algo, ese algo adquiere un valor mayor que la felicidad misma. Buscamos la felicidad en la familia, en la propiedad, en el nombre, entonces, adquieren una extrema importancia, y entonces la felicidad se pierde en medios de esas cosas. ¿Podrás atrapar el agua en un río que mojó tus pies? ¿Qué es lo que buscamos la mayoría de nosotros? ¿Qué es lo que deseamos? ¿Es la felicidad, o buscamos alguna clase de satisfacción, comodidad o conformismo? ¿Puede uno encontrar la felicidad en este mundo? ¿Existe la posibilidad de encontrar la felicidad en alguna parte? ¿Es felicidad ser conscientes de que somos felices? ¿Podemos hallar la felicidad por medio de cosas? ¿Cómo puede llegar a nosotros la felicidad? Entonces, es bueno hacernos una pregunta en el fondo de nuestro ser, ¿Felicidad en qué o en Quién? ¿Quién es la fuente de la felicidad? Evidentemente es Jesús.

PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA

· Saber reconocer que Jesús mostró compasión por la gente común, incluyendo a los más débiles de la sociedad.
· Sentir un deseo de ministrar a la gente en forma personal, como lo hizo Jesús, y alimentar ese deseo.
· Hacer que nuestra vida sea de humildad, al perdonar a otros como nosotros hemos sido perdonados.

I. LA SABIDURIA DIVINA

1. Desde un enfoque bíblico, ¿Qué es la sabiduría?

Del griego sofía significa, "sabiduría", "sagacidad", "prudencia" (Luc. 2:52; 1 Cor. 1: 17). La verdadera sabiduría proviene de Dios. El Señor promete dárselo a todos los que sinceramente la piden (Sant. 1:5).
• El simple conocimiento no garantiza un proceder correcto ni siquiera el razonamiento correcto.
• La sabiduría nos ayuda a dar el verdadero valor a todo lo que exige nuestra atención, y nos asegura el debido uso del conocimiento cuando nos esforzamos por proceder con rectitud.
• La sabiduría debe buscarse constantemente para poder enfrentar con éxito cada nueva prueba de fe y resistencia.
• Muchos problemas de la vida son desconcertantes para el que no sabe hacerles frente dándoles un enfoque cristiano.
• Para ver la vida como Dios quiere que la veamos, diariamente necesitamos asegurarnos de que nuestros ojos han sido ungidos con el óleo de la sabiduría celestial (Mat. 7: 1 l; Luc. 18: 1-18)

2. ¿Quién es la fuente de la sabiduría? ¿Por qué?

“Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (Prov. 2:6).
Jehová es la fuente de la sabiduría, y su gran amor lo mueve a recompensar a todos los que le buscan. Salomón presenta las razones por las cuales el ferviente buscador de la verdad siempre puede estar seguro de que encontrará sabiduría.
• Mediante su Santa Palabra Dios nos reanima en medio de las complejas y difíciles pruebas, y debido al enfoque celestial que esa sabiduría nos proporciona podemos tener "por sumo gozo" cuando los problemas de la vida nos abruman.
• Nuestro Dios es uno que "da" y también un Dios "justo" y "amante". En Sal. 145:17-19 se sugiere que debido a que el Señor es "justo", siempre está dispuesto a cumplir "el deseo de los que le temen". Dios es generoso por naturaleza (Juan 3:16), y no podemos atribuirle mayor honor que buscar con humildad sus dádivas de sabiduría y fortaleza día tras día.
• Cuando un hombre busca sabiduría, Dios responde su pedido sin vacilación y con buena voluntad. Dios no da con mezquindad ni parcialidad.
• Dios no nos censura por nuestros muchos fracasos, ni nos recuerda constantemente las continuas mercedes que ya nos ha concedido. Debemos ir a él como hijos que buscan el amor y la ayuda de un Padre solícito (Heb. 4:16; Mat. 7:11).

3. ¿Cuál es el requisito para recibir sabiduría de Dios?

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Sant. 1:5).
El requisito para recibir sabiduría de Dios es pedirla con sinceridad. Para el mejor beneficio del hombre, Dios no concede todo pedido; pero si con sinceridad buscamos sabiduría, nos será dada.
Dios puede dar sabiduría al hombre de varias maneras:
• Podría aumentar la comprensión que tenemos de su Palabra, de modo que discernamos claramente su voluntad para nosotros.
• Podría impresionar nuestro corazón mediante su Espíritu Santo en cuanto al curso de acción que es mejor para nosotros (Isa. 30:2 l).
• Dios nos ha dado inteligencia y lo honramos cuando la usamos para resolver los problemas de la vida bajo la conducción del Espíritu Santo. No sería sabio que él hiciera por nosotros lo que él quiere que hagamos nosotros mismos bajo su conducción.

4. ¿Qué características presenta la persona que tiene la verdadera sabiduría?

“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. (Sant. 3:17).
1. La sabiduría que proviene de Dios es pura, del griego hagnós, "sin contaminación". Esta cualidad es la primera porque las siguientes proceden de la filosofía de una vida incontaminada, dada por Dios. Esta sabiduría está libre de principios, propósitos y metas "terrenales".

2. La segunda cualidad es pacífica, en el sermón de la montaña, Jesús dijo: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mat. 5:9). Como cristianos hemos de orar por la paz, trabajar por la paz e interesarse en forma constructiva en las actividades que contribuyan a la paz de la sociedad. El que es verdaderamente sabio procura evitar luchas y contiendas; pero su deseo de paz no le impedirá presentar la verdad aunque eso le acarree dificultades. Jesús predijo que la proclamación de la verdad causaría luchas en el mundo (Mat. 10:34); pero esas contiendas son producidas por los que se oponen a la verdad, no por los que la presentan sabiamente. La pureza de vida y de doctrina jamás se debe sacrificar en un esfuerzo por asegurar la paz.

3. La tercera cualidad tiene que ver con la palabra amable, que proviene de la palabra griega epieikes, que significa: "razonable", "moderado"; "complaciente" (1 Tim. 3:3; Tito 3:2). La verdadera sabiduría es suave, perdonadora ante la afrenta y comprensiva con los errores ajenos. Hace que un hombre se convierta en un caballero cristiano y una dama se convierta en una hermosa flor en medio del rosal.

4. La cuarta cualidad es benigna. Uno de los valores universales que debe ser es practicando en el remanente, es la benignidad, los que pretenden tener la sabiduría divina deben ser benignos en todo el sentido de la palabra, practicando el eupeithes, "dócil", "fácil de persuadir", es decir, no es obstinada ni difícil de manejar. Una persona afable es de temperamento suave, tranquilo y apacible. Un cristiano nunca debe ser áspero ni hosco o grosero, sino siempre alegre, considerado y cortés.

5. Quien haga un acto de misericordia habrá pasado la prueba de fuego de una vida pura, pacífica, amable y benigna. Es muy fácil mencionar la palabra misericordia, del griego. éleos, "compasión", "piedad", "misericordia", pero, ¿Realmente hacemos los actos de misericordia?, si lo hacemos, ¿Por qué los hacemos? ¿Cómo lo hacemos?

6. Los buenos frutos provienen de vidas consagradas entregadas al servicio de Dios. El Jesús dijo: “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos” (Mat. 7:17; 21:34) y el apóstol Pablo, refiriéndose de aquellos que tienen una relación continua con Jesús, en sus vidas es simple producirán los frutos del Espíritu (Gál. 5:22-23). Los verdaderos cristianos reconcilian las diferencias en la familia y en la iglesia (Mat. 5:9). El que siembra semillas de paz se goza en los frutos de la paz en esta vida, y los disfrutará plenamente en la vida venidera, en el reino del "Dios de paz" (1 Tes. 5:23).

Tal vez podríamos hablar demasiado, sobre la sabiduría, en los dos enfoques: la humana y la divina, sin embargo, es necesario hacernos algunas preguntas, ¿Hemos permitido que el Espíritu Santo obre nuestras vidas para experimentar las características de una persona sabia? ¿Cuál es tu actitud como padre, como madre, como hijo, como hija en tu familia? ¿Has tratado con humildad a los que te rodean?

II. LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS Y LA FELICIDAD

1. Realmente, ¿No hay esperanza de una verdadera felicidad? ¿No hay esperanza de felicidad para los hijos, para la esposa, para el esposo? ¿Quién no ha tenido un momento de alegría y repente viene un estado de tristeza? ¿Por qué? Como cristianos, ¿Cómo definimos la felicidad? ¿Cómo define el mundo, el término “felicidad”? ¿Por qué esa felicidad es temporaria e inestable? ¿Qué medios nos ha dado Dios para alcanzar el gozo aún en un mundo pecaminoso? ¿Por qué las cosas celestiales nos deben dar gozo y alegría?

Los que han estudiado el estado anímico de las personas; representan en una gráfica el estado anímico (alegría o tristeza) frente al tiempo, se tiene que cumplir que la suma de las áreas bajo la curva en la zona positiva sea igual a la suma de las áreas sobre la curva en la zona negativa (resolviendo por integración). Esto se cumple precisamente porque dichas áreas representan la felicidad de cada individuo que se contrarresta con la propia infelicidad de tal manera que al final todo queda cero.

felicidad = ( estado anímico de la persona)( tiempo)

felicidad = ∫ estado anímico . dt = 0
Por tanto, la felicidad puede ser expresada mediante una serie de ecuaciones que expliquen las reacciones físico-químicas que producen en las personas el estado psíquico. La definición de estado anímico vendría ser dada como una variación de felicidad con respecto al tiempo (derivando).

estadoanimico = d(felicidad)/ dt

Diríamos la ecuación mencionada anteriormente, se cumple en función de las situaciones físicas y reacciones químicas de la persona, así lo define el mundo. Esos parámetros nos dicen que la persona tiene un estado anímico positivo (felicidad) y estado anímico negativo (infelicidad). Así, es la felicidad que ofrece este mundo, es pasajera y efímera.

2. Considera las enseñanzas de Jesús en el Sermón de la Montaña, que se encuentra en Mateo 5-7 y contesta las siguientes preguntas. ¿Sabes algo…? ¿Qué es el Sermón del monte? ¿Para quién o quiénes fueron dirigidos estas enseñanzas? (Mat. 5-7).

En el sermón de la montaña, el Señor Jesús cita a menudo "la ley y los profetas" (Mat. 5:17-22, 27, 38; Exo. 21:24; de este modo, enriquece la comprensión espiritual de sus oyentes y aplica en forma práctica los principios del Antiguo Testamento a su reino de justicia. La verdadera religión, afirma, controla los motivos y las actitudes, como asimismo las palabras y los hechos que se derivan de ellos, puesto que es posible tener la forma de la religión y la apariencia del recto vivir sin que el corazón y la vida estén sinceramente dedicados a Dios, o sin tener un verdadero y cordial interés en el prójimo.

· Mateo 5 presenta el carácter motivado por el amor al prójimo como el objetivo final de la ciudadanía en el reino, y alcanza su culminación mediante una invitación a ser "perfectos", así como Dios es perfecto (Mat. 5:48).
· Mateo 6 se refiere a los incentivos para la vida recta, y se cierra con un desafío a hacer del reino de los cielos el supremo blanco de la vida.
· El capitulo 7 de Mateo se dedica a ciertos privilegios y responsabilidades específicos del cristiano, y termina con un llamamiento a una acción decisiva para lograrlos y cumplirlas (Mat. 7: 24-27).

3. ¿Para qué nos sirve estas enseñanzas que pronunció el Señor Jesús? ¿Cuáles son los aspectos más significativos para nuestra experiencia que este mismo momento estamos viviendo? ¿Por qué estos mensajes son únicos, con respecto a las enseñanzas de otros maestros que han existido en la historia y de aun de los mejores maestros, filósofos, doctores, psicólogos, entre otros, que se encuentran en el siglo XXI? ¿Cuál es el meollo de estas enseñanzas? (Mat. 5:3-12).

La palabra griega de la que deriva es makários, que significa "dichoso", "feliz", "afortunado", "bendito". Las bienaventuranzas (de "buena aventura", "buen futuro") registradas por Mateo son bendiciones sobre quienes:

1. Reconocen su pobreza espiritual.
2. Lloran.
3. Son mansos.
4. Desean la justicia así como un hombre sediento y hambriento quiere agua y comida.
5. Son misericordiosos.
6. Son de "limpio corazón", cuyos pensamientos y motivos están dirigidos hacia el cielo.
7. Promueven la paz.
8. Son perseguidos y maltratados por causa de Cristo.

En las bienaventuranzas Cristo anunció que los objetivos de su ministerio y de su reino eran traer la felicidad a la humanidad. Los principios enunciados destruyen el concepto de que la felicidad verdadera se encuentra en los niveles materiales o carnales.
§ El comienzo de su discurso inaugural como Rey del reino de la gracia divina, Cristo proclama que el principal propósito del reino es el de restaurar en el corazón de los hombres la felicidad perdida en el Edén y que los que escojan entrar por la "puerta estrecha" y el camino "angosto" (Mat. 7: 13-14) encontrarán la verdadera felicidad.
§ En las bienaventuranzas Cristo anunció que los objetivos de su ministerio y de su reino eran traer la felicidad a la humanidad. Los principios enunciados destruyen el concepto de que la felicidad verdadera se encuentra en los niveles materiales o carnales.
§ En las primeras palabras del Sermón del Monte, Cristo se dirige al deseo supremo de todo corazón humano: el de la felicidad.
§ Ese deseo fue implantado en el hombre por el Creador mismo, y originalmente tenía el propósito de llevarlo a encontrar la verdadera felicidad mediante la cooperación con Dios que lo creó.
§ Se incurre en pecado cuando el hombre intenta encontrar la felicidad como un fin en sí misma, pasando por alto la obediencia a los requerimientos divinos.
§ Hallarán paz y gozo interiores, satisfacción verdadera y durable para el corazón y el alma, que sólo se logran cuando la "paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" está presente para guardar el corazón y el pensamiento (Fil. 4: 7).
§ Cuando Cristo volvió al Padre, dejó con sus seguidores esa paz que el mundo no puede dar (Juan 14: 27).
§ Sólo pueden ser felices los que tienen paz con Dios (Rom. 5: 1) y con sus semejantes (Miq. 6: 8), que caminan conforme a los dos grandes mandamientos de la ley de amor (Mat. 22: 37-40).
§ Sólo los que son verdaderos súbditos del reino de la gracia alcanzan esa disposición de la mente y del corazón.
1. Reconocen su pobreza espiritual.
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mat. 5:3)
· Sólo los "pobres en espíritu" entrarán en el reino de la gracia divina. Los demás no anhelan las riquezas del cielo y se niegan a aceptar sus bendiciones.
· La comprensión de la necesidad propia es la primera condición para entrar en el reino de la gracia de Dios (DMJ 13).
· En el reino de los cielos no hay lugar para los orgullosos, los que están satisfechos de sí mismos, los que dependen de su justicia propia.
· Cristo invita a los pobres en espíritu a que cambien su pobreza por las riquezas de su gracia.
2. Lloran.
“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación” (Mat. 5:4)
· Este es un mensaje de consuelo para quienes lloran debido a desengaños, luto, o algún otro dolor (DMJ 15-17).
· Pero más que un consuelo para el enlutado, Dios satisface la necesidad espiritual con las riquezas de la gracia del cielo. El responde al llanto por el pecado con el consuelo de los pecados perdonados.
· Si no se experimenta primero una sensación de necesidad, no se puede lamentar por lo que falta, en este caso la rectitud de carácter. Lamentarse por el pecado es, pues, el segundo requisito para los que se presentan como candidatos para el reino de los cielos, y su secuencia, en forma natural, es después del primer paso.
3. Son mansos.
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mat. 5:5)
· La mansedumbre es una actitud del corazón, de la mente y de la vida, que prepara el camino para la santificación.
· La "mansedumbre" en relación con Dios significa que habremos de aceptar su voluntad y la forma en que nos trata, que nos someteremos a él en todas las cosas sin vacilación (DMJ 18).
· Una persona "mansa" domina perfectamente su yo. Debido al enaltecimiento del yo, nuestros primeros padres perdieron el reino que les había sido confiado. Por medio de la mansedumbre éste puede ser recuperado (DMJ 20; Miq. 6: 8).
4. Desean la justicia así como un hombre sediento y hambriento quiere agua y comida.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mat. 5:6)
· Sólo los que anhelan justicia con la apremiante ansiedad del que se muere por falta de alimento o de agua, la encontrarán.
· Ningún recurso terrenal puede satisfacer el hambre y la sed del alma.
· No son suficientes ni riquezas materiales, ni profundas filosofías, ni la satisfacción de los apetitos físicos, ni el honor, ni el poder. Después de probar todas esas cosas, Salomón llegó a la conclusión de que "todo es vanidad" (Ecl. 1: 2, 14; 3: 19; 11: 8; 12: 8; 2: 1, 15, 19).
· Nada produce la satisfacción y la felicidad que el corazón humano anhela. La conclusión del sabio fue que reconocer al Creador y cooperar con él proporcionan la única satisfacción duradera (Ecl. 12: 1, 13).
· Jesús es el Pan de vida (Juan 6:26-59), es el "pan" del cual los hombres deben tener hambre, y participando de ese "pan" pueden mantener la vida espiritual y satisfacer el hambre de su alma (Juan 6: 35, 48, 58).
· Se invita bondadosamente a los que tienen hambre y sed que vayan al Proveedor celestial y reciban alimento y bebida "sin dinero y sin precio" (Isa. 55: 1-2).
· El hecho de que el corazón anhele justicia demuestra que Cristo ya ha comenzado allí su obra (DMJ 2l).
· La justicia de Cristo es tanto imputada como impartida. La justicia imputada produce justificación; pero el alma justificada crece en la gracia. Por medio del poder de Cristo que vive en el alma, el cristiano conforma su vida con los requisitos de la ley moral tal como fue expuesta por precepto y ejemplo por Jesús. Esta es la justicia impartida (PVGM 251-253). Esto es lo que Cristo quería decir cuando animó a sus oyentes a que pensaran en ser "perfectos" así como su Padre celestial es perfecto (Mat. 5: 48). Pablo dice que la vida perfecta de Jesús ha hecho que sea posible que "La justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Rom. 8: 4).
5. Son misericordiosos.
“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mat. 5:7)
· La misericordia de la cual habla Cristo aquí es una virtud activa que se proyecta hacia los seres humanos. Tiene poco valor mientras no se convierta en obras de misericordia.
· En Mat. 25: 31-46 se presentan las obras de misericordia como el elemento decisivo para la admisión en el reino de la gloria.
· Santiago incluye los actos de misericordia en su definición de la "religión pura" (Sant. 1: 27). Miqueas resume la obligación del hombre para con Dios y sus prójimos: "hacer, justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios"(Miq 6:8).
· Miqueas, al igual que Cristo, menciona tanto la humildad ante Dios como la misericordia para con los hombres. Estos dos procederes pueden compararse con los dos mandamientos, de los cuales "depende toda la ley y los profetas" (Mat. 22: 40).
· La persona cruel, de corazón duro y espíritu desconsiderado, rara vez recibe un trato bondadoso y misericordioso de parte de su prójimo. Pero muchas veces los que son bondadosos y considerados con las necesidades y los sentimientos ajenos, encuentran que el mundo les paga con la misma moneda.
6. Son de "limpio corazón", cuyos pensamientos y motivos están dirigidos hacia el cielo.
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mat. 5:8)
· El ser de "limpio corazón" equivale a estar revestido con el manto de justicia de Cristo (Mat. 22: 11-12), el "lino fino" del cual están ataviados los santos (Apoc. 19: 8; 3: 18-19), es decir, la perfección del carácter.
· Los de corazón limpio han abandonado el pecado como principio gobernante de la vida, y su existencia está enteramente consagrada a Dios (Rom. 6: 14-16; 8: 14-17).
· El tener "limpio corazón" no significa que la persona no tenga ningún pecado, pero sí significa que sus motivos son correctos, que por la gracia de Cristo se ha apartado de sus errores pasados y que prosigue hacia la meta de perfección en Cristo Jesús (Fil. 3: 13-15).
· Sólo aquellos cuyo corazón es limpio y sincero "verán a Dios".
· Si el "ojo es bueno", toda la vida estará llena de "luz" (Mat. 6: 22-23).
· Muchos cristianos sufren de estrabismo espiritual por intentar tener un ojo fijo en la Canaán celestial y el otro en los "deleites temporales del pecado" (Heb. 11: 25) y las "ollas de carne" de Egipto (Exo. 16: 3).
· Nuestra única seguridad está en vivir según los principios y colocar a Dios en primer lugar en nuestra vida.
· Quienes hoy vean que las cosas de este mundo son "deseables" y cuya atención está fija en las relucientes baratijas de la tierra que Satanás les muestra, nunca considerarán como de mayor valor el obedecer a Dios. Si queremos ver a Dios, debemos mantener limpia la ventana del alma.
7. Promueven la paz.
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mat. 5:9)
· Cristo es el "Príncipe de paz" (Isa. 9: 6-7; Miq. 5: 5). Fue el mensajero de paz de Dios ante el hombre,"justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios" por medio de Jesús (Rom. 5: 1).
· Cuando Jesús hubo cumplido con la tarea que le fue asignada y volvió al Padre, pudo decir: "La paz os dejo, mi paz os doy" (Juan 14: 27; 2 Tes. 3: 16).
· Los cristianos han de estar en paz los unos con los otros (1 Tes. 5: 13) y deben seguir "la paz con todos" (Heb. 12: 14).
· Han de orar por la paz, trabajar por la paz e interesarse en forma constructiva en las actividades que contribuyan a la paz de la sociedad.
· Los judíos se consideraban "hijos de Dios" (Deut. 14: 1; Ose. 1: 10), concepto que también comparten los cristianos (1 Juan 3: 1).
· El ser hijo de Dios significa parecerse a él en carácter (1 Juan 3: 2; Juan 8: 44).
· Los "pacificadores" son "hijos de Dios" porque ellos mismos están en paz con Dios, y están dedicados a la tarea de inducir a sus prójimos a que estén en paz con él.
8. Son perseguidos y maltratados por causa de Cristo.
“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mat. 5:10)
· Los ciudadanos del reino celestial pueden esperar tribulaciones en este mundo (Juan 16: 33), porque su carácter, sus ideales, sus aspiraciones y su conducta dan un testimonio unánime y silencioso contra la impiedad de este mundo (1 Juan 3: 12).
· Los enemigos del reino celestial persiguieron a Cristo, el Rey, y se ha de esperar que persigan a sus súbditos leales (Juan 15: 20). "Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución" (2 Tim. 3: 12).
· Quienes más sufren por Cristo son los que mejor pueden apreciar cuánto sufrió él por ellos. Es apropiado que en la primera bienaventuranza y en la última esté la seguridad de que esas personas serán súbditos del reino.
Los que cumplan con las ocho condiciones aquí enumeradas para ser ciudadanos, son dignos de un lugar en el reino y además en este mismo momento se experimenta la verdadera felicidad en Cristo Jesús.

III. MAS ENSEÑANZAS DE JESÚS

1. ¿Por qué existen una infinidad de familias en este mundo que están al borde de la desgracia y de la miseria? ¿Por que dentro de las familias más pudientes de la sociedad y/o de la iglesia misma existen la rivalidad, el odio, el engaño, la hipocresía y que terminan con el divorcio? ¿Por qué hay tantos hijos descarriados en el mundo? ¿Cuál es el antídoto ante semejantes atrocidades y desvergüenzas? ¿Hay remedio para curar esas heridas?
2. Considera el texto de Mateo, los capítulos 5 al 7 y contesta. ¿Cuáles son los temas principales que pronunció el Señor Jesús?¿Por qué son tan importantes ?
• Nuestra influencia en la sociedad (Mat. 5:13-16)
• La Ley de Dios (Mat. 5:17-20)
• Religión del corazón (Mat. 5:21-30)
• Divorcio (Mat. 5:31, 32)
• Venganza (Mat. 5:38-42)
• Amor a los enemigos (Mat. 5:43-48)
• La oración (Mat. 6:5-15)
• El hogar debe ser hecho todo lo que la palabra implica.
• Debe ser un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde los afectos son cultivados en vez de ser estudiosamente reprimidos.
• Nuestra felicidad depende de que se cultive así el amor, la simpatía y la verdadera cortesía mutua.
• Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza (Salmo 40:4).
• Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera (Salmo 112:1).
• Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas cada día, aguardando a los postes de mis puertas (Prov. 8:34).
• Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; mas el que endurece su corazón caerá en el mal (Prov. 28:14).
• Sin profecía el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado (Prov. 29:18).

3. ¿Cómo es carácter de Dios? ¿Qué dijo Jesús al respecto? ¿Qué cuadro de Dios presenta Jesús? (Mat. 5:8, 9; 18:5, 6, 10; 19:13, 14; Juan 4:22-24; 10:27-30)
4. ¿Qué es la humildad? ¿Qué significa ser humilde?

“Cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos” (Mateo 18:4)
“El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro siervo” (Mateo 20:26-27)
“El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23:12)

IV. “TODO PECADO Y BLASFEMIA SERÁ PERDONADO”

1. ¿Qué significa perdonar setenta veces siete? (Mat. 6:12-14).

“Tus pecados te son perdonados” (Lucas 5:20)
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)
2. ¿Qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo? ¿En qué consiste el pecado contra el Espíritu Santo? ¿Por qué es imperdonable? ¿Es un asunto del hombre o de Dios?
“Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada” (Mateo 12:31-32)
“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído” (Gal. 5:4)
Dios no abandona al hombre, es éste el que se aparta del Señor y rechaza sus ofrecimientos de misericordia. Dios promete perdón a todos los que se aparten de sus caminos caprichosos (Juan 3: 16; 1 Juan 1: 9). El único que cae de la gracia de Dios es el que voluntariamente ha elegido un proceder que sabe que es contrario a la voluntad divina. Esta es la deplorable condición de muchos llamados cristianos hoy día. Esta condición es el resultado del deseo de seguir las inclinaciones naturales del corazón humano disfrutar de los placeres del pecado en vez de prestar atención a las insinuaciones del Espíritu de Dios. Hasta que estas personas no cometan el pecado imperdonable, que consiste en resistir persistentemente las insinuaciones del Espíritu (Mat. 12: 31, 32, 43-45), hay esperanza de que puedan ser restauradas a la gracia.
“Y no contrastéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención “(Efe. 4:30). Se espera que el creyente persevere y sea glorificado. Esto sólo ocurrirá si retiene "firme hasta el fin la confianza y el" gloriarse "en la esperanza" (Heb. 3: 6). El acto del sellamiento no garantiza para siempre la salvación, pues es posible pecar contra el Espíritu Santo y así perder el derecho a la redención (Mat. 12:3 l; Heb. 6: 4-6). El pecado imperdonable es la culminación de una serie de actos con los que se ha entristecido o contristado al Espíritu Santo. Por esta razón es importante no cometer ni un solo acto de esa naturaleza.
“Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe” (1 Tes. 3:2). Quienes se han entregado completamente al mal tienen sus conciencias cauterizadas (1 Tim. 4: 2). Algunos que cierran del todo su mente ante la evidencia demostrada en su corazón por el Espíritu Santo, se colocan más allá del alcance del Evangelio. Cuando el Señor demostró indiscutiblemente su divinidad mediante sus maravillosas obras en la carne, hubo algunos que insensibilizaron hasta tal grado su corazón para no aceptar que él era el Mesías, que atribuyeron su poder milagroso a Satanás. El Señor les advirtió que estaban en peligro de cometer el pecado imperdonable, más aún, que quizás ya lo habían cometido. Algunos que aún no han llegado hasta ese punto se han endurecido tanto por los afanes de este mundo, que el Evangelio no puede penetrar en su corazón, así como la buena semilla no puede arraigarse en la tierra pisada junto al camino (Luc. 8: 5, 12). Necesitan que el terreno de su corazón sea arado por un sincero arrepentimiento, para que la Palabra pueda arraigar en ellos y dar fruto de fe (Ose. 10: 12).
La blasfemia contra el Espíritu Santo, o sea el pecado imperdonable, consiste en la resistencia progresiva a la verdad, y culmina en una decisión final e irrevocable en contra de ella, hecha deliberadamente y sabiendo muy bien que al proceder así se está escogiendo seguir una conducta propia que se opone a la voluntad divina.
La conciencia está cauterizada por la resistencia continua a las impresiones del Espíritu Santo y quien está en esa situación difícilmente comprende que ha hecho la decisión fatal. Puede también ocurrir que simplemente no se llegue nunca a hacer la decisión de actuar en armonía con la voluntad de Dios (DTG 291). La persona que se siente temerosa de que pudiera haber cometido el pecado imperdonable, en ese mismo temor tiene la evidencia concluyente de que no lo ha cometido.
La persona más desgraciada es aquella cuya conciencia la molesta por hacer el mal cuando sabe que debería hacer el bien. Una vida cristiana desdichada generalmente es el resultado de no vivir a la altura de la luz que se tiene. La persona cuya conciencia la molesta puede resolver el problema y librarse de la tensión de dos maneras: puede someterse al poder transformador del Espíritu Santo y responder a los impulsos del Espíritu rectificando los yerros cometidos con Dios y con el hombre, o puede cauterizar su conciencia y eliminar sus dolorosos impulsos, silenciando así al Espíritu Santo (Efe. 4: 30). El que hace esto último no puede arrepentirse porque su conciencia se ha tornado para siempre insensible y no quiere arrepentirse. Deliberadamente ha colocado su alma más allá del alcance de la gracia divina. Su persistente perversión del libre albedrío da por resultado la pérdida de la capacidad de discernir entre el bien y el mal. Por último el mal parece ser bueno, y el bien parece ser malo (Miq. 3: 2; Isa. 5: 20).
3. ¿Puede arrepentirse el que ha cometido el pecado contra el Espíritu Santo?
“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8)
No, no porque Dios no esté dispuesto a perdonar, sino porque el que ha cometido este pecado no tiene deseo de ser perdonado. Tal deseo es imprescindible para alcanzar el perdón. La persona que ha cometido el pecado imperdonable ha cortado la comunicación con el cielo a fin de no ser molestada más por las advertencias y las admoniciones del Espíritu Santo. Bien se ha dicho que la conciencia es el ojo de Dios en el alma del hombre. Es un amonestador divinamente implantado que impulsa a los hombres a vivir siempre en armonía con la luz que les ha sido revelada. Corromper la conciencia, aun en el grado más pequeño, es arriesgarse a la muerte eterna. La desobediencia persistente y deliberada a Dios finalmente se transforma en hábito que no puede quebrantarse (DTG 291). Compárese esto con el proceso comúnmente descrito como endurecimiento del corazón (Exo. 4: 21).
“Porque si pecaremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios” (Heb.10:26,27).
La flexión del verbo griego que se usa indica continuar pecando voluntariamente. "Si continuamos pecando deliberadamente". “Hiciere afrenta” (Heb. 10:29), viene de la palabra griega enubrízo, "insultar", "ultrajar". El rechazo persistente a las insinuaciones del Espíritu Santo refleja un desprecio por ellas. Acerca de las diversas formas en que los hombres pueden afrentar al Espíritu Santo y cometer el pecado imperdonable, ver com. Mat. 12: 31-32; Efe. 4: 30. Es la actitud mental que prevalece cuando una persona deliberadamente renuncia a Cristo, rechaza la salvación y desprecia al Espíritu Santo. Este es un pecado deliberado, persistente y desafiante: es una reversión voluntaria de la decisión anterior de aceptar la salvación en Cristo y de entregarle el corazón y la vida, una apostasía premeditada que conduce al pecado imperdonable (Mat. 12: 31-32), un estado continuo de rebeldía contra Dios.
“Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida” (1 Juan 5:16).
Parece innegable que Juan está distinguiendo entre clases de pecado, pues en este mismo versículo habla de "pecado de muerte"; pero debe tenerse en cuenta el contexto. En los vers. 14 y 15 nos ha dado la seguridad de que las oraciones del creyente serán contestadas. Aquí está aplicando esta promesa a un tipo específico de oración -la que se eleva en favor de otro- y explica en qué circunstancias puede ser eficaz; y al hacerlo trata de dos clases de pecados: aquellos para los cuales hay perdón y esperanza para el pecador, y aquellos para los cuales no hay perdón. En el primer caso, la oración puede ser una ayuda eficaz para la redención; en el segundo, como Juan después lo explica, no hay ninguna garantía de que la oración sea eficaz. Generalmente se entiende que el pecado de muerte es el pecado imperdonable (Mat. 12:31-32). Por lo tanto, un pecado que no es de muerte es cualquier otra clase de pecado en que puede caer un hermano.
· El “pecado imperdonable” significa el rechazo completo y definitivo del Espíritu Santo (Mar. 3:28, 29).
· Este no es un pecado surgido de la ignorancia, sino el resultado de un esfuerzo decidido de la voluntad humana.

V. LA GRACIA Y LA FE

• Cristo perdona la mujer adúltera, las palabras de Jesús, “Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:1-11).

1. Descubre, ¿Cuáles fueron las enseñanzas de Jesús, acerca de la gracia y la fe en los siguientes textos? (Mat. 14:28-31; 20:1-15; Luc. 7:36-48; 15:11-31)
2. ¿Qué es la gracia? (Efe 2:8,9).

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efe 2:8,9).
• Dos cosas solamente se necesitan para ser salvos, la gracia de parte de Dios y fe de parte del hombre.
• Para que la fe sea una realidad en el hombre es necesario acepta la dádiva divina.
• Somos salvos cuando confiamos en Cristo y nos entregamos completamente a él.
• Jesús vino como el compendio de la gracia. Él era la gracia personificada. Encontrarse con él era encontrarse con la gracia. Juan escribió: “(Y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).
3. ¿Por qué se hace tanto hincapié en la gracia?
El principal exponente de la doctrina de la salvación por gracia es Pablo. Su tesis es que la salvación es el resultado, no de la ley o libros o la nacionalidad, sino del favor divino otorgado libremente y por la fe humana. "Por gracia sois salvos por medio de la fe" (Ef. 2:8). Pablo describe una de las bendiciones del evangelio como la "entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes" (Rom. 5:2).

4. ¿Están relacionadas la gracia y la fe? ¿No es suficiente solamente la gracia para nuestra salvación? ¿Puede acaso el hombre con su naturaleza pecaminosa tener fe? ¿Entonces, de donde provienen la gracia y la fe? ¿Por qué?

• La gracia es la mano de Dios que baja a la tierra.
• La fe es la mano del hombre que se extiende hacia arriba para asir la de Dios.
La dinámica de la salvación es la gracia divina. El ha establecido que su gracia esté disponible para todos los hombres de todas las nacionalidades y condiciones de vida de todos los tiempos. Pero la fe es la que se apropia de ella (Efe. 4:7; Tito 2:11).
• Por medio de la gracia Dios llama a los hombres a su servicio (Gál. 1:15, 16), y es su operación la que influye sobre los hombres para que respondan al llamado de Dios (Hech. 20:32).
• Ella conduce a los hombres al arrepentimiento (2 Tim. 2:25) e imparte fe (Rom. 12:3; Heb. 12:2).
• Fue traída a los hombres por medio de Jesucristo (Rom. 5:15) e imparte consolación y esperanza (2 Tes. 2:16).
• Esta es la gracia de Dios de acuerdo al significado peculiar que tiene en el Nuevo Testamento.
• No es únicamente el favor de Dios para los que podrían merecer su aprobación; es su amor transformador, ilimitado y que todo lo abarca, para los pecadores tanto hombres como mujeres, y la buena nueva de que esta gracia, tal como se revela en Jesucristo, es "poder de Dios para salvación" (Rom. 1: 16).
• No comprende sólo la misericordia y buena voluntad de Dios para perdonar, sino que es un poder vigorizante y transformador para salvar. Por eso puede llenar a una persona (Juan 1: 14) y ser dada (Rom. 12: 3), todo lo abarca (2 Cor. 12: 9; Rom. 5: 20), reina (Rom. 5: 21), enseña (Tito 2: 11-12), afirma el corazón (Heb. 13: 9).

5. ¿Cuál es tu premisa con respecto la doctrina de la Salvación por la fe y las obras?

El estado de justicia en el que entra el pecador arrepentido cuando es justificado por fe es de "paz para con Dios" (Rom. 5:1). Fue la obediencia de Cristo a los justos requerimientos de la ley lo que le permitió justificar o declarar justos a los que vienen a él por la fe (Rom 5:16-19). En virtud de esta correcta relación en la que entra el cristiano, éste puede llevar los "frutos de justicia" (Fil. 1:11; Rom. 7:19-8:4; Gál. 2:20). Sin embargo, una vida justa que siga a la justificación no nos produce méritos ante Dios, porque ningún acto humano puede ser meritorio a su vista. Pero sin los frutos exteriores de justicia (Gál. 5:22, 23) no puede existir en el corazón un estado de relación correcta con Dios. Una fe no acompañada por las "obras" que la fe produce, es "muerta en sí misma" (Sant. 2:17); es espuria.
Los judíos llegaron a creer que la justicia se podía obtener por una observancia puntillosa de la ley. La conformidad mecánica con la norma de justicia prescripta por ella era considerada como suficiente para que el hombre fuera hecho justo, sin fe en la gracia de Dios. Antes de su conversión, Pablo era irreprensible" "en cuanto a la justicia que es en la ley" (Fil. 3:6). Esta justicia legal no dejaba lugar para el ejercicio de la fe, Porque "si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo", declaró enfáticamente Pablo (Gá. 2:21). "Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él" (Rom. 3:20).

6. Si el Señor nos ofrece su gracia, ¿que espera de nosotros?

• Debe haber una completa transformación de la vida por el poder del Espíritu Santo, el único que da fortaleza a los creyentes para que sean "hacedores de la palabra".
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”
En el Sermón del Monte, Jesús explicó a sus oyentes el papel que juegan las buenas obras (Mat. 7:21-29). Esto amplía el significado del precepto de ser "pronto para oír" (Sant. 1: 19).
• No es suficiente recordar lo que oímos o aun enseñarlo a otros.
• Debemos practicar sistemática y persistentemente la "palabra de verdad" en nuestra vida diaria.
• El apóstol Santiago concuerda de este modo perfectamente con las enseñanzas de Pablo: "Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados" (Rom. 2:13).

7. ¿Qué principios prácticos de la Biblia es necesario considerar? ¿Cómo debiéramos aplicarlos en las diversas situaciones de la vida que enfrentamos todos los días? (Salmo 19:7-10)

“La ley le Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal” (Salmo 19:7-10)
"Cuando el corazón está en armonía con la Palabra, surgirá dentro de vosotros nueva vida, una luz nueva brillará sobre cada línea de la Palabra y llegará a ser la voz de Dios para tu alma" (FCE 183).

8. ¿Cuál es la promesa de Dios, si nos acercamos a él con todo nuestro corazón, mente, espíritu, alma, cuerpo y todas nuestras fuerzas? ¿De qué manera nuestra relación personal con Cristo Jesús ha sido posible una obediencia genuina en nuestra vida cristiana? (Juan 15:5)

“Toda verdadera obediencia proviene del corazón. La de Cristo procedía del corazón. Y si nosotros consentimos, se identificará de tal manera con nuestros pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y mente en conformidad con su voluntad, que cuando le obedezcamos estaremos tan sólo ejecutando nuestros propios impulsos. La voluntad, refinada y santificada, hallará su más alto deleite en servirle. Cuando conozcamos a Dios como es nuestro privilegio conocerle nuestra vida será una vida de continua obediencia. Si apreciamos el carácter de Cristo y tenemos comunión con Dios, el pecado llegará a ser odioso” (Deseado de Todas las Gentes, p. 621).

“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (Sant. 4:8).
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra” (Eze. 36:26,27).

REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA

Mí querido(a) amigo(a), hermano(a): Para ti, ¿Qué es la felicidad? ¿Cuáles son los parámetros que consideras para ser feliz? ¿Satisfacer necesidades en un momento dado? ¿Comer lo que te gusta? ¿Comprar un auto nuevo? ¿Casarse con una persona que teme a Dios? ¿Encontrarse con los amigos del antaño y disfrutar una cena con ellos? ¿Usted cree que el pueblo de Dios es feliz? ¿Por qué razones la gente es feliz? ¿Por qué razones la gente no es feliz? ¿Crees que la felicidad es pasajera? ¿Cuál es la causa principal por la que muchos no son felices? ¿Has sido víctima de la infelicidad? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué? ¿Eres feliz? ¿Qué consejo podrías dar a un matrimonio que tiene conflictos? ¿Eres un promotor de la felicidad? ¿Vives lleno de gozo, de alegría y felicidad con la gente que te rodea y contigo mismo? ¿Por qué crees que la felicidad que ofrece este mundo es pasajera? ¿Qué es la verdadera felicidad? ¿Quién es la fuente de la felicidad? ¿Te regocijas porque conoces a Jesús y eres feliz ahora mismo?

¿De qué manera aplicarías en tu vida las enseñanzas de Jesús? ¿Quieres gozar y tener felicidad, ahora mismo?

Reflexiona conmigo el siguiente texto: “El corazón humano nunca conocerá la felicidad hasta que se someta a ser amoldado por el Espíritu de Dios. El Espíritu conforma la vida renovada al modelo, Jesucristo. Mediante la influencia del Espíritu, se transforma la enemistad hacia Dios en fe y amor, el orgullo en humildad. El creyente percibe la belleza de la verdad, y Cristo es honrado por la excelencia y perfección del carácter. Al efectuarse estos cambios, prorrumpen los ángeles en arrobado canto, y Dios y Cristo se regocijan por los que fueron convertidos a la semejanza divina” (Mensajes para los jóvenes, pp. 53, 54)

“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia." "Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto." (Proverbios 3: 13; Jeremías 17: 8).
¡Goza y se feliz cada día con la presencia de Cristo Jesús!
• Practica la unidad con tus hijos y tu cónyuge. Pues la felicidad y la prosperidad del matrimonio dependen de la unidad que haya entre los esposos.
• Aprenda en la escuela de Cristo y se humilde. La verdadera felicidad no se encuentra en la gratificación propia y en la complacencia propia, sino en aprender de Cristo, en tomar su yugo y llevar su carga.
• Obedece a Jehová. La verdadera felicidad en esta vida y en la vida futura dependen de la obediencia a un "así dice Jehová".
• Haz el bien sin mirar a quien. Esforcémonos por ayudarnos y fortalecernos mutuamente. La búsqueda del bien de los demás es el camino por el que puede hallarse la verdadera felicidad.
• Vive para Cristo y sé tu invitado de honor. La verdadera vida de gozo del alma es tener a Cristo, la esperanza de gloria, modelado en ella.
• Propicie que en tu hogar sea un pequeño cielo. El hogar debe ser hecho todo lo que la palabra implica. Debe ser un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde los afectos son cultivados en vez de ser estudiosamente reprimidos. Nuestra felicidad depende de que se cultive así el amor, la simpatía y la verdadera cortesía mutua.
• Lee, oye y guarda la Palabra de Dios. “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca"(Apoc. 1: 3).
• Vence la tentación. “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”. (Sant. 1: 12).
• Recurre a la sabiduría de Dios. “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia." "Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto." (Proverbios 3: 13; Jeremías 17: 8).
• Ve y no peques más. "¡Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado! ¡Bienaventurado el hombre a quien Jehová no atribuye la iniquidad, cuyo espíritu no hay engaño! (Salmo 32: 1, 2). “Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado” (Rom. 4: 7, 8.).
• Guarda el sábado con gozo y alegría. “Bienaventurado el hombre que esto hiciere, y el hijo del hombre que esto abrazare: que guarda el sábado de profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal."(Isa. 56:2).
• Agradece a Dios por sus consejos. "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos.... Antes en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará." (Salmo 1: 1-3.).
• Comparte lo que tienes y aprende a ofrendar. "Más bienaventurado es dar que recibir" (Hech 20:35).
• Pide la ayuda de Dios siempre. "Bienaventurado aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en Jehová su Dios." (Sal. 146: 5)
• Prepárate para el encuentro de tu Dios. “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”.(Apoc. 22: 7). “Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo y vean su vergüenza" (Apoc. 16: 15).

Ore conmigo, por favor… “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” (Mat. 7:24)...Feliz sábado.

RESUMEN

Las palabras y los hechos de Jesús revelan la verdadera naturaleza de Dios y nos enseñan el significado real de la humildad.

Elaboró: Delfino Jarquín L, Si usted gusta toda la versión haga clic en:
http://www.pmministries.com/CEES/2008/ES2/Index.html; http://www.vivafeliz.es.tl/; http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com/; http://http://www.adventistas.com.mx/, temas de interés y enlaces inmediatos.

Bibliografía: Adams Roy, Jesús es maravilloso, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Abril-Junio de 2008__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, , Abril-Junio de 2008__G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes,__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo IV, V&,VI- Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007,__R. Thiele Edwin, ¡Mi Dios sin igual!, APIA,1998__H. Woolsey Raymond, El Amor más admirable, APIA, 1995,_ B. Cabusog Jr Hermenio, Emen Louie, et al, Jesús: un don maravilloso, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, El universitario, Abril-Junio de 2008.
Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com; delfinosabbathschoolcomment@gmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.

4/19/2008

Lección No. 03 La realidad de su humanidad

Lección 3: La realidad de su humanidad

http://docs.google.com/Doc?id=dkc3vcv_26gtq7pfqk

Para el 19 de abril de 2008

Lee: Gálatas 4:4; 1 Timoteo 2:5; 3:16; Hebreos 4:15, 16; 1 Juan 4:1-3.

Descubre: ¿Qué evidencias tenemos de que Jesús es tanto divino como humano? ¿Qué textos de la Biblia nos enseñan acerca de la humanidad de Cristo? ¿Qué herejías modernas atacan la naturaleza y la persona de Cristo? ¿Cuál debiera ser la actitud del cristiano sincero frente semejantes conflictos?

Memoriza y considera: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14).

Pensamiento clave: “Dios el Hijo Eterno es uno con el Padre. Por medio de él fueron creadas todas las cosas; EI revela el carácter de Dios, lleva a cabo la salvación de la humanidad y juzga al mundo. Aunque es verdaderamente Dios, sempiterno, también llegó a ser verdaderamente hombre, Jesús el Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió y experimentó tentaciones como ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios. Mediante sus milagros manifestó el poder de Dios y éstos dieron testimonio de que era el prometido Mesías de Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en nuestro lugar, resucitó de entre los muertos y ascendió al Padre para ministrar en el santuario celestial en nuestro favor. Volverá otra vez con poder y gloria para liberar definitivamente a su pueblo y restaurar todas las cosas” (CAS No. 4)

La fe cristiana tiene su fuente, su centro y su certeza en el Cristo histórico del Nuevo Testamento. Tal como se presenta en, Juan 1: 13, 14 e invariablemente se afirma en todo el Nuevo Testamento, Cristo es Dios en el sentido absoluto y pleno de la palabra y verdaderamente hombre en todo respecto, aunque sin pecado. En la encarnación, la deidad y la humanidad se unieron inseparablemente en la persona de Jesucristo, el Dios-hombre sin igual (Mat. 1: 1).
Pero las Escrituras también declaran que "Jehová nuestro Dios, Jehová uno es" (Deut. 6: 4; Mar. 12: 29). El legado de verdad que heredó la iglesia cristiana incluía, pues, la paradoja de un monoteísmo trino y uno y el misterio de un Dios encarnado. Ambos conceptos van más allá del entendimiento limitado y no permiten el análisis final ni la definición absoluta. Sin embargo, para los fervientes cristianos de los días apostólicos, el hecho dinámico de un Señor crucificado, resucitado y viviente, a quien muchos de ellos habían visto y oído (Juan 1: 14; 2 Ped. 1: 16; 1 Juan 1: 1-3), relegaba a un plano de menor importancia los problemas teológicos de la naturaleza de Cristo.
Sin embargo, cuando pasó esa generación, la visión de un Señor viviente se oscureció y palidecieron la pureza y la devoción prístinas; los hombres se apartaron cada vez más de las realidades prácticas del Evangelio y se ocuparon de sus complicados aspectos teóricos, con la ilusión de que escudriñando con los intrincados razonamientos de la filosofía quizá podrían descubrir a Dios (Job 11: 7; Rom. 11: 33). Entre las diversas herejías que surgieron para turbar a la iglesia, las más graves fueron las que atañían a la naturaleza y persona de Cristo. Durante siglos la iglesia fue sacudida por los conflictos suscitados por estos problemas, que dejaron una larga estela de herejías, concilios y cismas.
Para cualquiera, con excepción de los estudiantes de historia eclesiástica, un estudio detallado de esta controversia puede parecer desprovisto de interés y de valor práctico. Pero hoy día, no menos que en los tiempos apostólicos, la certeza de la fe cristiana se centra en el Cristo histórico del Nuevo Testamento. También es un hecho que, de una manera u otra, varias herejías antiguas han sobrevivido o han revivido. Mediante un breve repaso del decurso de esa controversia de los primeros días, los cristianos modernos pueden aprender a reconocer -para estar vigilantes contra ellos- los mismos errores que perturbaron a sus consagrados hermanos en siglos pasados (Juan 8: 32; 1 Juan 4: 1).

PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA

· Saber que Jesús es tanto divino como humano.
· Sentir un deseo de cultivar la victoria sobre el pecado así como lo hizo Jesús.
· Hacer que su vida esté libre de la esclavitud del pecado gracias al poder de Cristo.

I. LA OPORTUNA INTERVENCIÓN

1. ¿En qué momento vino Dios en carne humana?

“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” (Gál. 4:4).

El apóstol Pablo escribe, “cuando vino el cumplimiento del tiempo”, evidentemente estaba hablando del tiempo exacto de la venida del Mesías. Dicha profecía había sido predicho por los profetas (Isaías 9:6; Dan. 9: 24-25). En los concilios del cielo, había sido determinado de antemano el tiempo de ese acontecimiento (Hech. 17: 26). El Mesías no sólo vino en el tiempo indicado por la profecía, sino que vino en el momento histórico más favorable de todos.

· El mundo estaba en paz y bajo un solo gobierno.
· Los viajes por tierra y mar eran relativamente seguros y factibles.
· El griego era un idioma ampliamente difundido, sobre todo en el Cercano Oriente.
· Las Escrituras ya estaban en griego -la LXX- desde hacía unos doscientos años. Muchos estaban insatisfechos con sus creencias religiosas y anhelaban conocer la verdad en cuanto a la vida y el destino humano. Los judíos estaban dispersos por dondequiera y, aunque quizá en forma imperfecta, daban testimonio del Dios verdadero. Desde todas partes del mundo acudían para celebrar las festividades en Jerusalén, y a su regreso podían llevar la noticia de la venida del Mesías (DTG 23-28).
· La Providencia no pudo haber escogido otro lugar ni otro tiempo más adecuado para dar comienzo a la predicación del mensaje evangélico al mundo, que la Palestina en ese período de la historia.
· Dios es perfecto en sabiduría y conocimiento, y tenemos razón para creer que, en su gran plan cósmico, todos los sucesos se desarrollarán en orden exacto y en los tiempos señalados (DTG 24).
· Esta precisión es evidente en toda la creación, desde el movimiento de los planetas y las estrellas hasta la estructura del más diminuto átomo. No hay razón válida para dudar de que existe la misma precisión en el gran plan de Dios para salvar a la humanidad.

II. EL VÍNCULO SUPREMO

1. ¿Por qué Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres?

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Tim. 2:5)

La universidad del cristianismo se amplía con el reconocimiento de la soberanía divina de Dios sobre todo el universo (Hech. 17: 23-28; Rom. 10: 12; 1 Cor. 8: 4; Efe. 4: 6;1 Tim. l: 17).
· El pecador puede ser reconciliado con Dios sólo mediante Jesús (Juan 14: 5-6; Rom. 5: 1-2).
· Dios no necesita ser reconciliado con el hombre, pues su voluntad (1 Tim. 2: 4) fue la que inició el plan de salvación. Además, proporcionó el medio de salvación con la vida y la muerte de Cristo (Rom. 5: 10).
· Pablo excluye claramente la necesidad de mediadores humanos y el supuesto valor que algunos han atribuido a esa supuesta mediación o intercesión.
“Al tomar nuestra naturaleza, el Salvador se vinculó con la humanidad por un vínculo que nunca se ha de romper. A través de las edades eternas, queda ligado con nosotros. Para asegurarnos los beneficios de su inmutable consejo de paz, Dios dio a su Hijo unigénito para que llegase a ser miembro de la familia humana, y retuviese para siempre su naturaleza humana. Tal es la garantía de que Dios cumplirá su promesa. "Un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro". Dios adoptó la naturaleza humana en la persona de su Hijo, y la llevó al más alto cielo. El cielo está incorporado en la humanidad, y la humanidad envuelta en el seno del Amor Infinito. Cristo se postró en humildad incomparable, para que al ser exaltado al trono de Dios, también pudiese exaltar a aquellos que creen en él a un asiento con él sobre su trono” (Dios nos cuida, p.72)

III. ¡UN GRAN MISTERIO! (1 TIM. 3:16).

1. ¿Qué significa el misterio de la piedad?

"E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria" (1 Tim. 3: 16).

· "El misterio de la piedad" es la base de toda esperanza y el origen de todo consuelo.
· El triunfo de la gracia de Dios sobre las fuerzas del mal en la vida de un hombre, será siempre motivo de admiración y gratitud. Claramente se hace referencia a Jesús, en quien y mediante quien ha sido revelado el secreto divino.
· Aunque Jesucristo posee "corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Col. 2:9), se despojó de sus prerrogativas celestiales (Fil. 2:5-8) y vivió en la esfera de los hombres, poseyendo aun un cuerpo humano (1 Tim. 2:5).
· Cristo fue declarado justo porque era intachable (Juan 8:46). Los hombres son declarados justos cuando aceptan la justicia imputada de Cristo (Rom. 4:25).
· El Salvador hizo frente a la vida con un espíritu de completa dedicación a la voluntad de Dios, y esa actitud lo guardó del pecado.
· Cristo vino para ser el sustituto del hombre, y su conducta como ser humano demostró que Dios es completamente justo en sus exigencias y en sus juicios.
· Los ángeles vieron cada fase de la vida terrenal de Cristo, desde su nacimiento hasta su resurrección y ascensión. Fueron testigos de su perfección de carácter y completa abnegación (Mat. 4:11; Luc. 2:9-15; 22:43; Heb. 1:6).
“La encarnación de Cristo es el misterio de todos los misterios. Cristo era uno con el Padre, y sin embargo estuvo dispuesto a descender de la exaltada posición de quien era igual a Dios. Para poder cumplir su plan de amor para la raza caída, él se convirtió en hueso de nuestro hueso y carne de nuestra carne.
Habría sido una humillación casi infinita para el Hijo de Dios revestirse de la naturaleza humana, aun cuando Adán poseía la inocencia del Edén. Pero Jesús aceptó la humanidad cuando la especie se hallaba debilitada por cuatro mil años de pecado. Como cualquier hijo de Adán, aceptó los efectos de la gran ley de la herencia. Y la historia de sus antepasados terrenales demuestra cuáles eran aquellos efectos. Mas él vino con una herencia tal para compartir nuestras penas y tentaciones, y darnos el ejemplo de una vida sin pecado.
Qué tremendo contraste entre la divinidad de Cristo y el impotente niñito nacido en el pesebre de Belén... Y sin embargo, el Creador de los mundos, Aquel en quien habitaba la plenitud de la divinidad corporalmente, se manifestó en el desvalido bebé del pesebre... La divinidad y la humanidad estaban misteriosamente combinadas y el hombre y Dios se fusionaron.
Aquellos que aseveran que no era posible que Cristo pecara, no pueden creer que él verdaderamente tomó sobre sí la naturaleza humana. ¿Pero acaso Cristo no fue tentado, no sólo en el desierto por Satanás, sino a través de toda su vida, desde la niñez hasta su edad adulta?
Nuestro Salvador tornó la humanidad con todos sus riesgos. Se vistió de la naturaleza humana, con la posibilidad de ceder a la tentación. No tenemos que soportar nada que él no haya soportado” (Dios no cuida, p. 73).

IV. EN LA CARNE Y EN EL ESPÍRITU

1. ¿Qué herejías modernas atacan la naturaleza y la persona de Cristo? ¿Cuál debiera ser la actitud del cristiano sincero frente semejantes conflictos?

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1 Juan 4:1-3).

· El deber de cada creyente es aplicar a todo lo que lee y oye la prueba de los escritos inspirados de los profetas y los apóstoles.
· Sólo así puede la iglesia resistir los asaltos de la falsa doctrina. Sólo así cada creyente puede saber que su fe está basada en Dios y no en, los hombres (1 Ped. 3: 15).
· Las Escrituras proporcionan una norma fidedigna para probar toda enseñanza, pues todo mensaje divinamente inspirado tiene que estar en armonía con lo que el Señor ya ha revelado (2 Ped. 1: 20-21).
· Algunos de los que negaban la humanidad de Cristo aseguraban que el Verbo se había unido con Jesús hombre en el bautismo, y lo había dejado antes de la crucifixión. Esto Juan lo refuta como herejía.
· En cada etapa de la historia del mundo ha habido una verdad presente que debe destacarse; pero esa verdad no ha sido la misma en todo momento. Los judíos que se convertían después de Pentecostés, para hacerse cristianos necesitaban aceptar a Jesús como el Mesías esperado, pues lo esencial era que reconocieran la divinidad de Cristo.
· Pocos años después los gnósticos comenzaron a negar, no la divinidad sino la humanidad del Salvador. Creían que los dioses se manifestaban a los hombres de diversas maneras, pero negaban que el "Verbo fue hecho carne". Por eso el énfasis de Juan en la encarnación tenía un significado peculiar para los días en que él vivió.
· Pero la verdad que él enuncia necesita siempre recibir énfasis, y en nuestros días más que nunca. El hecho de que el Hijo de Dios se hizo hombre para salvar a los seres humanos debe ser enseñado claramente en estos tiempos porque los hombres tratan, más que nunca, de eliminar lo milagroso con explicaciones racionales ( Mat. 1: 23; Luc. 1: 35).
· Necesitamos tener en cuenta personalmente la encarnación, recordarnos a nosotros mismos que el Dios que hizo posible ese milagro bien puede hacer cualquier milagro que sea necesario para nuestra salvación. Nuestra aceptación de sus planes y nuestro sometimiento a su conducción pueden ser el reconocimiento de nuestra creencia de que "Jesucristo ha venido en carne". Un testimonio tal no se puede dar sin la ayuda divina porque "nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo" (1 Cor. 12: 3).
· Juan ahora presenta otra prueba, esta vez en forma negativa, para discernir entre los maestros verdaderos y los falsos. Sólo reconoce dos clases: los que confiesan a Cristo y los que no lo confiesan.

2. Entre los debates o conflictos, ¿Puede haber un terreno neutral acerca la naturaleza y la persona de Cristo?

· No hay terreno neutral en el gran conflicto. Los que oyen la proclamación del mensaje de la divinidad y humanidad de Cristo, y deliberadamente rechazan la enseñanza de la encarnación y se oponen a ella, pertenecen al maligno, y están bajo su dominio no importa cuán libres se sientan (Mat. 12: 30; 1 Juan 3: 10).
· Los falsos maestros siempre pretenden hablar en nombre de Dios tener un mensaje para la iglesia; pero el origen de su inspiración es Satanás y su manera de obrar es típica del gobernante del mundo caído.
· No se trata de que hablen acerca del mundo, sino que el origen de su inspiración es el mundo. Como son una parte del mundo y se han convertido en verdaderos enemigos de Dios, no pueden hablar sino como procedentes del "mundo". Sólo cuando nazcan completamente de nuevo y pertenezcan a la familia de Dios antes que a la familia del mundo, podrá esperarse que hablen de otra manera.
· Es muy natural que el mundo escuche con agrado a ellos se han identificado con él y que se complazcan mucho con las palabras de los falsos maestros. Por lo general es muy agradable escuchar filosofías que están de acuerdo con nuestra manera de pensar.
· Al recordar esta verdad a sus lectores, Juan también registra una prueba de que la profesión cristiana es genuina: los que conocen a Dios, escuchan atentamente a sus verdaderos mensajeros,
· Si una persona ha resistido al poder convincente del Espíritu, difícilmente escuchará a un siervo de Dios. Si dicha resistencia es consciente y persistente, tal persona con frecuencia ni siquiera permite que le hablen los siervos de Dios, sino que los rechaza así como ha desechado al Espíritu. Es, pues, poco lo que se puede hacer directamente por esta clase de personas (1 Cor. 2: 14). Pero hay muchos que han sido engañados y por eso se oponen a la verdad sin darse cuenta de cuán grave es lo que están haciendo.
· Los sofismas de Satanás han nublado de tal manera el juicio, que la verdad divina les parece una fábula. Pero se puede hacer mucho a favor de ellos. La demostración de los resultados de las creencias cristianas en las vidas de los que son "de Dios", con frecuencia despierta interés. La tranquila confianza de los que han sido convertidos de veras resulta especialmente atractiva a quienes reconocen que el futuro, según lo presentan los sabios del mundo, carece totalmente de esperanza.
· El Espíritu Santo es el origen del impulso que mueve a los creyentes a buscar la verdad. Los creyentes comparan las verdades que ya les han sido enseñadas por el Espíritu, y pueden reconocer lo que es correcto. La oveja reconoce la voz del Buen Pastor y las palabras de aquellos a quienes el Pastor de verdad ha enviado (Juan 10: 27).
· El Hijo de Dios no trató de salvar al hombre desde lejos. Vino a donde vivía el hombre, pero mantuvo su unión con el cielo (Juan 1: 9-10). Estuvo en el mundo, pero nunca fue "del mundo", así como nosotros tampoco debemos ser "del mundo" (Juan 17: 14; 1 Juan 4: 4-5).

V. ALGUNAS HEREJIAS

El docetismo y el gnosticismo

El primer error de la naturaleza y la persona de Cristo generalmente se conoce como docetismo. Este nombre proviene de una palabra griega que significa "aparecer". El docetismo asumió diversas formas, pero su idea básica era que Cristo sólo parecía tener un cuerpo, que era un fantasma y no un hombre en lo más mínimo. El Verbo se hizo carne sólo en apariencia. Esta herejía surgió en tiempos apostólicos y persistió hasta muy cerca del fin del siglo II.
El docetismo caracterizaba a grupos tales como los ebionitas y los gnósticos. Los primeros eran judíos cristianos que se aferraban estrictamente a los ritos y a las prácticas del judaísmo. Los segundos eran principalmente cristianos gentiles. El gnosticismo fue poco más que una mezcla de varias filosofías paganas ocultas bajo el disfraz de una terminología cristiana.
Una antigua y posiblemente auténtica tradición identifica a Simón el Mago (Hech. 8: 9-24) como el que primero inició el error acerca de la naturaleza y la persona de Cristo y como el primer gnóstico cristiano. Unos pocos años más tarde, surgió en Alejandría un cristiano llamado Cerinto. Este es clasificado por algunos como ebionita y por otros como gnóstico. Negaba que Cristo hubiera venido en carne, y sostenía que su supuesta encarnación sólo fue aparente y no real. Los ebionitas no eran gnósticos, pero sostenían puntos de vista similares acerca de la humanidad de Cristo. Consideraban que Cristo era hijo literal de José, pero elegido por Dios como el Mesías debido a que se distinguió por su piedad y observancia de la ley, y que fue adoptado como el Hijo de Dios en ocasión de su bautismo. Un grupo de ebionitas, los elkesaitas, enseñaban que Cristo había sido literalmente "engendrado" por el Padre en siglos pasados, y que por lo tanto era inferior a él.
En contraste con los ebionitas, que consideraban a Cristo como esencialmente un tipo de ser humano superior, los gnósticos -en términos generales- negaban que fuera un ser humano. Concebían a Cristo como un fantasma, o "eón" (inteligencia eterna emanada de la divinidad suprema, según las enseñanzas gnósticas), que transitoriamente tomó posesión de Jesús, que para ellos era un ser humano común. La divinidad no se había encarnado realmente. Acerca del tremendo impacto del gnosticismo sobre el cristianismo, el historiador eclesiástico Latourette sugiere la posibilidad de que "por un tiempo la mayoría de los que se consideraban a sí mismos como cristianos se adhirieron a una u otra de sus muchas formas".
Ireneo, que vivió durante la segunda mitad del siglo II, hace resaltar que Juan escribió su Evangelio con el propósito específico de refutar los puntos de vista docetistas de Cerinto (Ireneo, Contra herejías xi. 1; ver Juan 1: 1-3, 14; 20: 30-31). En las epístolas, Juan aún más claramente advierte contra la herejía del docetismo, a cuyos paladines los tilda como "anticristo" (1 Juan 2: 18-26; 4: 1-3, 9, 14; 2 Juan 7, 10). Durante su primer encarcelamiento en Roma ( 62 d. C.), Pablo prevenía a los creyentes de Colosas contra el error del docetismo (Col. 2: 4, 8-9, 18), y más o menos por el mismo tiempo Pedro proclama una advertencia aun más vigorosa (2 Ped. 2: 1-3). Judas (vers. 4) se refiere a la herejía del docetismo. Los "nicolaítas" de Apoc. 2: 6 eran gnósticos, aunque no necesariamente docetistas.
Durante la primera mitad del siglo 11 surgieron varios maestros gnósticos que infestaron la iglesia con sus nocivas herejías. Sobresalieron entre ellos Basílides y Valentín, ambos de Alejandría. Pero quizá el más influyente paladín de las ideas del docetismo -y el de más éxito- fue Marción, durante la segunda mitad del mismo siglo. De ninguna manera era gnóstico, pero sus opiniones en cuanto a Cristo se parecían muchísimo a las de los gnósticos. Sostenía que el nacimiento, la vida física y la muerte de Jesús no fueron reales, sino que meramente dieron la apariencia de realidad.
La iglesia luchó valientemente contra los crasos errores del docetismo. Durante la segunda mitad del siglo II, Ireneo se destacó osadamente como el gran paladín de la ortodoxia contra la herejía. Su obra de polémica Contra herejías, específicamente contra la herejía gnóstica, ha sobrevivido hasta el día de hoy. Ireneo puso énfasis en la unidad de Dios (CBA 891).

El arrianismo

A comienzos del siglo IV Arrio, un presbítero de la Iglesia de Alejandría, aceptó la teoría de Orígenes en cuanto al Logos, con la excepción de que no reconoció ninguna sustancia intermedia entre Dios y los seres creados. Por eso dedujo que el Hijo no es divino en ningún sentido de la palabra sino estrictamente una criatura, aunque la más excelsa y primera de todas, y que por lo tanto "hubo [un tiempo] cuando no existía". Enseñaba que sólo hay un ser -el Padre- a quien se le puede atribuir una existencia atemporal, que el Padre creó al Hijo de la nada y que antes de haber sido engendrado por un acto de la voluntad del Padre, el Hijo no existía. Para Arrio, Cristo tampoco era verdaderamente humano porque no tenía un alma humana, ni era verdaderamente divino, porque le faltaba la esencia y los atributos de Dios. Sencillamente era el más excelso de todos los seres creados. El ser humano, Jesús, fue elegido para ser el Cristo en virtud de su triunfo, que Dios conocía mediante su presciencia.
En el Primer Concilio de Nicea, reunido en 325 d. C. para resolver la controversia arriana, Atanasio se presentó como "el padre de la ortodoxia", sosteniendo que Cristo siempre existió y que no provino de la nada previa sino que era de la misma esencia del Padre. Aplicando a Cristo el término homobusios, "una sustancia", el concilio afirmó su creencia de que él es de la única y misma esencia como el Padre. Homoóusios no podría haberse entendido de otra forma. El concilio anatematizó al arrianismo y al sabelianismo como las dos principales desviaciones de la verdad exacta, y declaró que no negaba la unidad de la Deidad cuando defendía la Trinidad, ni negaba la Trinidad cuando defendía la unidad. Por eso el Credo Niceno afirma que el Hijo es "engendrado del Padre [... la sustancia del Padre, Dios de Dios], Luz de Luz, Dios verdadero del Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre" (citado en Enrique Denzinger, El magisterio de la iglesia, p. 23). Este credo se convirtió en la prueba crucial de la ortodoxia trinitaria.
Los arrianos rechazaron la decisión del concilio, recurrieron al cisma y durante varios siglos el arrianismo demostró ser el enemigo más formidable de la Iglesia Católica Romana (Dan. 7:8). Después del Primer Concilio de Nicea, un grupo, a veces llamado de semiarrianos, también hostigó a la iglesia. Su palabra clave era homoióusios, con la cual describía al Hijo como de una "sustancia parecida" a la del Padre, en contraste con homoóusios ("misma sustancia"), del Credo Niceno. Apolinar y Marcelo se destacaron entre los opositores a la ortodoxia después del Concilio de Nicea. Ambos afirmaban la verdadera unidad de lo divino y lo humano en Cristo, pero negaban su verdadera humanidad, afirmando que la voluntad divina hizo de la naturaleza humana de Jesús un instrumento pasivo. Estos diversos problemas resultaron en otro concilio, celebrado en Constantinopla en 381. Este concilio reafirmó el Credo Niceno, aclaró su significado, y declaró la presencia de las dos verdaderas naturalezas en Cristo (CBA 891)

VI. PARA USTED: ¿QUIÉN ES JESÚS?

La idea de que Jesús era meramente un hombre bueno, un gran hombre, quizá el mejor que alguna vez vivió, pero nada más que eso, es tan absurda como increíble. El mismo dijo que era el Hijo de Dios y esperaba que sus seguidores aceptaran también esta posición. O fue lo que afirmó ser, o fue autor u objeto del mayor engaño, del mayor fraude de toda la historia. Uno que pretendiera ser Hijo de Dios y animara a otros a considerarle como Salvador del mundo, cuando no lo era, difícilmente podía ser digno de admiración, mucho menos de adoración. Jesús de Nazaret fue el Cristo, el Hijo del Dios vivo, o fue el más colosal impostor de todos los tiempos.

1. Para usted, ¿Quién es Jesús? ¿Estás de acuerdo con las siguientes afirmaciones? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Cor. 1:18).

1. Es divino. Por lo tanto Jesús es Dios

La Divinidad o Trinidad consiste de tres personas: el Padre eterno, el Señor Jesucristo, Hijo del Padre eterno y el Espíritu Santo (Mat. 28: 19; Juan 1: 1-2; 6: 27; 14: 16-17, 26; Hech. 5: 3-4; Efe. 4: 4-6; Heb. 1: 1-3, 8; Juan 1: 1-3, 14).

· Hay tres personas vivientes en el trío celestial: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Cristo y el Padre son uno solo en naturaleza, en carácter y en propósitos, pero no en persona. El Espíritu Santo es una persona así como Dios es persona.

2. Era igual a Dios, infinito y omnipotente.

Cristo es Dios en el sentido supremo y absoluto del término: en naturaleza, en sabiduría, en autoridad y en poder (Isa. 9: 6; Miq. 5: 2; Juan 1: 1-3; 8: 58; 14: 8-11; Col. 1: 15-17; 2: 9; Heb. 1: 8; Miq. 5: 2; Mat. 1: 1, 23; Luc. 1: 35; Juan 1: 1-3; 16: 28; Fil. 2: 6-8; Col. 2: 9).
· Cristo es el Hijo de Dios preexistente y existente por sí mismo. Nunca hubo un tiempo cuando él no haya estado en estrecha relación con el Dios eterno. .
· Cristo era esencialmente Dios, y en el sentido más excelso. Estuvo con Dios desde toda la eternidad; Dios sobre todo, bendito para siempre.
· El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad, como persona diferente, y sin embargo una con el Padre.

3. Fue plenamente humano.

El Señor Jesucristo fue un ser humano verdadero y completo, en todo respecto como los otros hombres, excepto que "no conoció pecado" (2 Cor. 5: 21;Luc. 24: 39; Juan 1: 14; Rom. 1: 3-4; 5: 15; Gál. 4: 4; Fil. 2: 7; 1 Tim. 2: 5; Heb. 2: 14, 17; 1 Juan 1: 1; 4: 2; 2 Juan 7; Mat. 1: 23; Juan 1: 14; Fil. 2: 6-8).
· Cristo fue un verdadero hombre, plenamente humano, participante de nuestra naturaleza. Vino como un nene desvalido revestido de la humanidad de que nosotros estamos revestidos, y como miembro de la familia humana, era mortal.
· Oraba por sus discípulos y por sí mismo, identificándose así con nuestras necesidades, nuestras debilidades y nuestras flaquezas.

4. Es tanto Dios como hombre.

La encarnación fue una unión verdadera, completa e indisoluble de las naturalezas divina y humana en una sola persona, Jesucristo. Sin embargo, cada naturaleza fue preservada intacta y diferente de la otra (Mat. 1: 20; Luc. 1: 35; Juan 1: 14; Fil. 2: 5-8; 1 Tim. 3: 16; 1 Juan 4: 2-3; com. Mat. 1: 18; Juan 1: 14; 16: 28; Fil. 2: 6-8).

· Cristo era un verdadero hombre. Sin embargo, era Dios en la carne.
· Su divinidad fue cubierta de humanidad, la gloria invisible tomó forma humana visible.
· El tiene una naturaleza doble, al mismo tiempo humana y divina.
· La naturaleza humana del Hijo de María, ¿Se cambió con la naturaleza divina del Hijo de Dios? No; las dos naturalezas se combinaron misteriosamente en una persona: El Hombre Cristo Jesús. Lo humano no ocupó el lugar de lo divino, ni lo divino de lo humano.
· La divinidad no fue degradada en humanidad; la divinidad mantuvo su lugar. "Presentaba una perfecta humanidad, combinada con deidad; preservando cada naturaleza distinta.
· La humanidad de Cristo no podía ser separada de su divinidad.

5. Voluntariamente asumió la naturaleza humana.

Asumiendo voluntariamente las limitaciones de la naturaleza humana en la encarnación, el Señor Jesucristo así se subordinó al Padre durante su ministerio terrenal (Sal. 40: 8; Mat. 26: 39; Juan 3: 16; 4: 34; 5: 19, 30; 12: 49; 14: 10; 17: 4, 8; 2 Cor. 8: 9; Fil. 2: 7-8; Heb. 2: 9; Luc. 1: 35; 2: 49; Juan 3: 16; 4: 34; Fil. 2: 7-8).
· Despojándose de su vestido y corona reales, el Hijo de Dios prefirió devolver el cetro a las manos del Padre, y bajar del trono del universo.
· Lo hizo por sí mismo y por su propio consentimiento.
· Jesús condescendió en humillarse para tomar la naturaleza humana.
· Se humilló a sí mismo, y asumió la mortalidad.
· El Hijo de Dios se había entregado a la voluntad del Padre y dependía de su poder.
· Tan completamente había anonadado Cristo al yo que no hacía planes por sí mismo.
· Aceptaba los planes de Dios para él, y día tras día el Padre se los revelaba.
· Al paso que llevaba la naturaleza humana, dependía del Omnipotente para su vida.
· En su humanidad, se aferraba de la divinidad de Dios.

6. Tomó la naturaleza del hombre, pero no su pecaminosidad.

Aunque sujeto a la tentación y "tentado en todo según nuestra semejanza", sin embargo Jesús fue completamente "sin pecado" (Mat. 4: 1-11; Rom. 8: 3-4; 2 Cor. 5: 21; Heb. 2: 10; 4: 15; 1 Ped. 2: 21-22; 1 Juan 3: 5; Mat. 4: 1- 11; 26: 38, 41; Luc. 2: 40, 52; Heb. 2: 17; 4: 15).
· Nuestro Salvador asumió las desventajas y riesgos de la naturaleza humana, para ser probado y examinado.
· Como cualquier hijo de Adán, aceptó los efectos de la gran ley de la herencia. Podría haber pecado, pero ni por un momento hubo en él una mala propensión.
· Venció a Satanás en la misma naturaleza sobre la cual en el Edén Satanás obtuvo la victoria.
· Jesús no reveló cualidades ni ejerció facultades que los hombres no pudieran tener por la fe en él.
· Su perfecta humanidad es lo que todos sus seguidores pueden poseer.
· En su naturaleza humana él mantuvo la pureza de su carácter divino.
· Ningún vestigio de pecado mancilló la imagen de Dios en él.

7. El sacrificio de Cristo en favor del hombre fue pleno y completo. Por lo tanto Jesús es nuestro Salvador Personal.

El sacrificio de Cristo proporcionó una expiación plena y completa para los pecados del mundo (Isa. 53: 4-6; Juan 3: 14-17; 1 Cor. 15: 3; Heb. 9: 14; 1 Ped. 3: 18; 4: 1; 1 Juan 2: 2; Isa. 53: 4; Mat. 16: 13).
· Fue condenado por nuestros pecados, en los que no había participado, a fin de que nosotros pudiésemos ser justificados por su justicia, en la cual no habíamos participado.
· El sufrió la muerte nuestra, a fin de que pudiésemos recibir la vida suya.
· En el huerto de Getsemaní Cristo sufrió en lugar del hombre, y la naturaleza humana del Hijo de Dios tambaleó bajo el terrible horror de la culpabilidad del pecado.
· En ese momento la naturaleza humana habría muerto bajo el horror de la sensación de pecado, si un ángel del cielo no lo hubiera fortalecido para que soportara la agonía.
· La condición de la expiación se había cumplido. La obra para la cual él había venido a este mundo se había efectuado.

8. Jesús resucitó, de esta manera da garantía al verdadero creyente al que cree en él, aunque baje la tumba resucitará el día postrero.

En su divinidad, Cristo tenía poder no sólo para deponer su vida sino también para recobrarla nuevamente, cuando fue llamado de la tumba por su, Padre (Juan 10: 18; Hech. 13: 32-33; Rom. 1: 3-4; 1 Cor. 15: 3-22; Heb. 13: 20; 1 Ped. 1: 3; Mat. 28).
· Cuando la voz del poderoso ángel fue oída junto a la tumba de Cristo, diciendo: Tu Padre te llama, el Salvador salió de la tumba por la vida que había en él.
· En su divinidad, Cristo poseía el poder de quebrar las ligaduras de la muerte.

9. Jesús ascendió al cielo y ministra a nuestro favor.

“Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios” (Mar. 16:19)
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:1-3)
Nuestro Salvador ascendió al cielo en su cuerpo glorificado, para ministrar allí en nuestro favor (Mar. 16: 19; Luc. 24: 39; Juan 14: 1-3; 16: 28; 20: 17; Hech. 1: 9-11; Rom. 8: 34; 1 Tim. 3: 16; Heb. 7: 25; 8: 1-2; 9: 24; 1 Juan 2: 1-2; Heb. 1: 9-11).
· Dios dio a su Hijo unigénito para que llegase a ser miembro de la familia humana, y retuviese para siempre su naturaleza humana.
· Dios adoptó la naturaleza humana en la persona de su Hijo, y la llevó al más alto cielo.
· Todos necesitan llegar a ser más inteligentes respecto de la obra de expiación que se está realizando en el santuario celestial.

10. Jesús volvió al cielo y retomó el lugar que antes tenía.

“Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:8-11)
Cuando volvió al cielo, Cristo retomó el puesto que había tenido con el Padre, antes de la encarnación (Mat. 28: 18; Juan 12: 23; 17: 5; Efe. 1: 19-22; Fil. 2: 8-9; Col. 1: 18; 1 Tim. 2: 5; Heb. 1: 3; 2: 9; 1 Ped. 1: 11; Fil. 2: 9).
· Cuando Cristo entró por los portales celestiales, fue entronizado en medio de la adoración de los ángeles.
· Cristo fue de veras glorificado con la misma gloria que había tenido con el Padre desde toda la eternidad. Como sacerdote y rey, había recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra (5CBA896).

REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA

Mí querido(a) amigo(a), hermano(a): ¿Es Jesús tu Salvador Personal? ¿De qué manera has hecho de Jesús tu tesoro? ¿Qué son las “basuras del mundo” en comparación el valor infinito del Divino Maestro? ¿Contemplas a Jesús todos los días como tu Dios y Señor?

Reflexiona conmigo el siguiente texto: “Sin el reino de Dios, estamos perdidos... y sin esperanza en el mundo; pero se nos proporciona la salvación por la fe en Jesucristo. El es el tesoro, y cuando se han barrido las basuras del mundo, podemos discernir su valor infinito...La divinidad de Cristo era un tesoro escondido. Mientras estuvo en la tierra, a veces la divinidad fulguraba a través de la humanidad y se revelaba su verdadero carácter…La Majestad del cielo no fue reconocida en su atavío de humanidad. Era el Maestro divino enviado de Dios, el glorioso tesoro dado a la humanidad. Era más hermoso que los hijos de los hombres, pero su gloria incomparable estaba oculta bajo una cubierta de pobreza y sufrimiento. Veló su gloria a fin de que la divinidad pudiera tocar a la humanidad y el tesoro de inmenso valor no fue discernido por la raza humana..."Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros" (Juan 1: 14).
Ciertamente, el tesoro está oculto en el atavío humano. Cristo es las riquezas insondables, y el que encuentra a Cristo, halla el cielo. El ser humano que contemple a Jesús, que more por fe en sus encantos sin par, encontrará el tesoro eterno (A fin de conocerle, p. 61)

Ore conmigo, por favor… “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor”...Feliz sábado.

RESUMEN

Aunque Jesús era divino, sufrió en la carne y experimentó nuestras debilidades. No usó su divinidad para vencer el pecado y la tentación; no obstante, vivió una vida sin pecado.

Elaboró: Delfino Jarquín L, Si usted gusta toda la versión haga clic en:
http://www.pmministries.com/CEES/2008/ES2/Index.html; www.vivafeliz.es.tl; http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com; http://www.adventistas.com.mx, temas de interés y enlaces inmediatos.

Bibliografía: Adams Roy, Jesús es maravilloso, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Abril-Junio de 2008__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, , Abril-Junio de 2008__G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes,__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo IV, V&,VI- Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007,__R. Thiele Edwin, ¡Mi Dios sin igual!, APIA,1998__H. Woolsey Raymond, El Amor más admirable, APIA, 1995,_ B. Cabusog Jr Hermenio, Emen Louie, et al, Jesús: un don maravilloso, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, El universitario, Abril-Junio de 2008.

Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com; delfinosabbathschoolcomment@gmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.

4/11/2008

El misterio de su divinidad

Lección 02: El misterio de su divinidad

Puedes verlo aquí: http://docs.google.com/Doc?id=dkc3vcv_25364ncnfj

Para el 12 de abril de 2008

Lee: Isaías 9:6; Miqueas 5:2; Mateo 16:13-17; Juan 1:1, 14, 18; 8:58; 17:5; 20:28; 1 Corintios 1:3; 2 Corintios 13:14.

Descubre: ¿Por qué se enfatiza tanto la preexistencia y la divinidad de Cristo? ¿Cuántos textos de la Biblia mencionan la preexistencia y la divinidad de Cristo? ¿Cómo es el carácter de Dios? ¿Cuál es la gran evidencia en tu vida que Jesús es tu Dios y Señor?

Memoriza y considera: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:1-3).

Pensamiento clave: Creer en Jesús como el Mesías y el Hijo de Dios es afirmar, indirectamente, que él no tuvo su origen en el vientre de María. Es afirmar su cualidad de ser diferente del resto de la humanidad, por más que pueda ser semejante a nosotros en otras formas. En síntesis, es creer que él existió antes de su tiempo sobre la tierra; que, sencillamente, preexistió, el apóstol Pablo afirma: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Col. 1:15-17).

Habían transcurrido unos 30 años desde que se escribieron los Evangelios sinópticos, y el anciano Juan, único sobreviviente de los doce, sintió el deseo de presentar de nuevo la vida de Cristo, a fin de contrarrestar las fuerzas malignas que amenazaban destruir la iglesia. Se necesitaba un cuadro vívido del Salvador a fin de fortalecer la fe en la realidad de las grandes verdades del Evangelio, tales como la encarnación de Jesús, su verdadera divinidad y verdadera humanidad, su vida perfecta, su muerte expiatoria, su gloriosa resurrección y su prometido retorno. "Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él [Cristo] es puro" (1 Juan 3: 3). Solamente cuando la vida y la misión del Salvador se conservan como una realidad viviente en la mente y en el corazón, puede ser efectivo en la vida el poder transformador de su gracia. Por eso Juan declara que su relato fue "escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su Nombre" (Juan 20: 31). Admite francamente que podría haber referido mucho más, dice que “hizo Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro” (Juan 20:30), pero que sólo ha relatado aquellos hechos que considera más convenientes para atestiguar de las grandes verdades fundamentales del Evangelio. Lo movió la certeza de que lo que lo había convencido a él, convencería también a otros, escribía: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual era con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1: 1-3).

PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA

· Saber que Cristo existió (eternamente) con el Padre antes de que creara la tierra.
· Sentir gratitud hacia Jesús por su comunión con nosotros.
· Hacer todo el esfuerzo necesario para vivir una vida que honre al divino y preexistente Hijo de Dios.

I. LA PREEXISTENCIA DE CRISTO

1. ¿Por qué deberíamos estar interesados en la preexistencia de Cris­to? ¿Qué tiene que ver con la salvación? (Heb. 1:1-4; Col. 1:15-20)

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; en cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”(Heb. 1:1-3).
· Cuando Jesús vino a la tierra, se despojó "de su vestido y corona reales". "Prefirió devolver el cetro a las manos del Padre, y bajar del trono del universo" (DTG 14). Con su ascensión tomó otra vez el puesto que había tenido con el Pare antes de su encarnación. Era importante que los hebreos entendieran el verdadero lugar del Hijo. Los escritores del Antiguo Testamento no comprendían la naturaleza trinitaria de la Deidad. A Israel se le había enseñado: "Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es" (Deut. 6: 4). Era necesario que entendieran que el Mesías compartía el trono del universo con el Padre (Juan l; 1 Cor. 15:24-27)

· Dios hizo los mundos por medio de Cristo; pero no usó a Cristo como una herramienta sino como un colaborador. Aquí se presenta una división de las actividades de la Deidad. El que sería el Redentor del hombre, fue su Creador; y porque es el Creador, puede crear al hombre como "nueva criatura" (2 Cor. 5:17).

· Cuando consideramos la magnitud de la creación de Dios, los innumerables millones de mundos que circundan el trono de la Deidad, no sólo obtenemos un concepto más amplio de Dios, sino que somos inducidos a decir con el salmista: "¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?" (Sal. 8: 4). Nuestro Dios es admirable en sabiduría, conocimiento y poder; y junto con esto, es admirable el amor de Aquel que creó y sostiene todas las cosas e invita al ser humano a participar activamente con él de la gloria.
La palabra griega hupóstasis, literalmente, "lo que está debajo", y por lo tanto, "meollo", "esencia", "realidad". Es realidad en contraste con imaginación y fantasía. Se usa esta palabra para designar la esencia de las cosas, la naturaleza íntima de algo, el verdadero ser. También se emplea para denotar firmeza, estabilidad, seguridad, confianza.
Cuando se dice que Cristo es "la imagen misma" de la hupóstasis del Padre, significa más que una semejanza externa: es la expresión exacta y verdadera de la naturaleza íntima de Dios. Así como es el Padre, así es el Hijo: uno en esencia, uno en carácter, uno en pensamiento y propósito. Son tan semejantes que Cristo pudo decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre... Yo y el Padre uno somos" (Juan 14: 9; 10: 30). Uno de los grandes propósitos de la venida de Cristo a esta tierra fue para dar a los hombres una fiel representación del Padre.
2. Considera el siguiente texto y contesta: "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria" (1 Tim. 3: 16).

¿Qué significa el misterio de la piedad? ¿Por qué dice que esta persona ha sido vista "de los ángeles"? ¿Qué los ángeles en el cielo no ven siempre la faz de Dios? (Mat. 18: 10). ¿Por qué fue tan importante que los ángeles lo vieran?

· "El misterio de la piedad" (1 Tim. 3:16) es la base de toda esperanza y el origen de todo consuelo.
· El triunfo de la gracia de Dios sobre las fuerzas del mal en la vida de un hombre, será siempre motivo de admiración y gratitud. Claramente se hace referencia a Jesús, en quien y mediante quien ha sido revelado el secreto divino.
· Aunque Jesucristo posee "corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Col. 2:9), se despojó de sus prerrogativas celestiales (Fil. 2:5-8) y vivió en la esfera de los hombres, poseyendo aun un cuerpo humano (1 Tim. 2:5).

· Cristo fue declarado justo porque era intachable (Juan 8:46). Los hombres son declarados justos cuando aceptan la justicia imputada de Cristo (Rom. 4:25).

· El Salvador hizo frente a la vida con un espíritu de completa dedicación a la voluntad de Dios, y esa actitud lo guardó del pecado.

· Cristo vino para ser el sustituto del hombre, y su conducta como ser humano demostró que Dios es completamente justo en sus exigencias y en sus juicios.

· Los ángeles vieron cada fase de la vida terrenal de Cristo, desde su nacimiento hasta su resurrección y ascensión. Fueron testigos de su perfección de carácter y completa abnegación (Mat. 4:11; Luc. 2:9-15; 22:43; Heb. 1:6).

Pablo traza cronológicamente el éxito de la misión de Cristo, desde la encarnación hasta su recepción favorable en los corazones de los sinceros. En esta forma confirma Pablo el rápido progreso del Evangelio en todo el mundo conocido de entonces (Col. 1:23). Jesús ascendió (Mar. 16: 19; Hech. 1: 2, 11, 22). La recepción que se le tributó a Cristo cuando se le dio la bienvenida al ascender al cielo, fue gloriosa.
3. ¿Sabes algo? ¿Qué es la preexistencia de Cristo? ¿Cuál es el mensaje central del siguiente texto?

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”(Col. 1:15-120)

La palabra griega prбtótokos, significa “primogénito” y se usa en sentido figurado para describir a Jesucristo como primero en categoría. Esta figura deriva de la dignidad y la posición pertenecientes al primogénito de una familia humana o, más específicamente, al primogénito de una familia real. La jerarquía de Cristo es única en su género, autorizada y absoluta. Se le han confiado todas las prerrogativas y toda la autoridad en el cielo y en la tierra. Cristo es presentado en una posición por encima de toda cosa creada.

El poder que mantiene con precisión matemática los inmensos astros del universo en sus órbitas señaladas, el poder que sostiene las partículas del átomo en sus órbitas predeterminadas, es el mismo. Todas las cosas existen por el poder de Cristo. No sólo las creó, también las sostiene en cada momento.

· Jesús no sólo tiene primacía y precedencia en el tiempo, sino también es superior en poder y prestigio. Como él es antes de todas las cosas, no puede ser una emanación o una forma de creación inferior o subsidiaria.

· Jesús posee como una prerrogativa permanente no sólo la plenitud del propósito y del poder divino, sino que también expresa completamente los rasgos de la personalidad divina (Efe. 1: 23; 3: 19; 4: 13; Col. 2: 9).

· El Salvador era la expresión de la gloria del Padre, la imagen visible de la persona de Dios (Col. 1: 15). En Cristo se manifiesta la expresión perfecta de la Divinidad completa y eternamente. Esta expresión de la Deidad sólo alcanzó su manifestación plena cuando se consumó el sacrificio del Salvador, porque la fase del sacrificio expiatorio de su perfección divina no se había visto antes de la muerte de Jesús.

· Jesús es Aquel por medio del cual se llevó a cabo la reconciliación. La transgresión de Adán afectó a toda la tierra. La degeneración se extendió desde el hombre, la obra maestra y cumbre del Creador, hasta las plantas, los insectos, los animales marinos y aun los seres inanimados. Pero el acto redentor de Cristo finalmente restaurará la perfección y la armonía.

Algunos comentadores afirman que aunque sólo un tercio de los ángeles se rebelaron en el cielo contra el gobierno de Dios y fueron expulsados de allí, el resto de las huestes angélicas no entendió plenamente la realidad del pecado ni sus horrendos resultados hasta que Cristo murió en la cruz. La cruz de Cristo es el núcleo del plan de salvación. Los seres celestiales comprendieron como nunca antes, después de este acontecimiento, que los caminos de Dios son verdaderos y justos y que el programa de Satanás conduce a la muerte. De ese modo todas las cosas, tanto materiales como espirituales, tanto celestiales como terrenales, serán conducidas a un estado de perfecta armonía mediante la cruz y todo lo que ella representa. El tiempo y el despliegue de los propósitos de Dios mediante Cristo desenmascararán a Satanás y a los que simpatizan con él, y cuando sean aniquilados se verá la justicia de Dios. El plan de la redención cumplirá así su propósito más amplio y profundo, a saber: la vindicación del carácter de Dios ante el universo (PP 54). La cruz era el tema en el que Pablo se gloriaba (Gál. 6: 14), y será la ciencia y el canto de los redimidos por los siglos eternos (CS 709).

4. Lee Isaías 9:6, ¿De qué manera el profeta Isaías, presenta la preexistencia y la divinidad de Cristo?

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isa. 9:6).

“Porque un niño nos es nacido”. Nacido de mujer, parte y fragmento de la raza humana, uno de nosotros, uno con nosotros, “Dios con nosotros”; participante de nuestra misma naturaleza, compartiendo nuestras mismas preocupaciones. Isaías concluye su anuncio de la futura era de paz con una notable profecía acerca del gran Príncipe de paz. En este mundo nunca se logrará la paz mediante los esfuerzos de los hombres. En su descripción del futuro Rey de esta tierra, el cual reinará en justicia y santidad, Isaías emplea términos que no pueden aplicarse a ningún gobernante terrenal.

Indudablemente no hay sino una Persona en todo el universo a la cual pueda aplicarse completa y adecuadamente la descripción aquí presentada. Esa Persona es Cristo. En ningún otro pasaje de la Biblia se encuentra la excelsitud de pensamiento, la hermosura de expresión o la intensidad del sentimiento que se encuentran aquí en la descripción del Salvador y futuro Rey del mundo. En verdad, Isaías había contemplado una visión del Señor de gloria cuando escribió estas palabras. La mano de Dios estaba sobre él y un ángel guió su pluma, cosa que también ocurrió en el caso de otros autores del Antiguo Testamento.

“Admirable, Consejero”. Sería maravilloso, e inspiraría asombro, lo máximo. No sólo sería un consejero, sino el consejero, el más sabio, el Uno que en quién comienza y termina la sabiduría. Es una sabiduría que no es teórica, sino práctica y persistente; sabiduría que se dirige hacia nosotros y está disponible para nuestro beneficio. El sería el más preocupado e interesado en nosotros, porque además de sabiduría, nos traería bondad y consideración.

Es un nombre que suscitaría el arrobamiento, la adoración y la alabanza de todos los habitantes del cielo y de la tierra, y de todo el universo (Fil. 2: 9-11; Apoc. 5: 12-13). Cristo gobernará en todo el cielo y en toda la tierra (Dan. 2: 44-45; Mat. 25: 31; 28: 18; Luc. 1: 32- 33; 1 Cor. 15: 25, Sal. 110: 1; Fil. 2: 10; Apoc. 11: 15).

“Dios fuerte”. Jesús, el Hijo, no es menos Dios que el Padre. Desde los días de la eternidad fue uno con el Padre. Omnisciente, el que todo lo sabe, es una de las características que pertenecen definitivamente a la Deidad. Es el Todopoderoso, la Omnipotencia es otro de los atributos divinos. Suficientemente poderoso para aniquilar las fuerzas del mal (Sal. 90: 2; Prov. 8: 22-30; Miq. 5: 2; Juan 1: 1; 14: 9, 11; DTG 11).

“Padre eterno”. Así como Dios el Padre es eterno, así también lo es Cristo. Isaías lo llama Padre, porque en un sentido especial es Padre de toda la humanidad, pues es el Creador del hombre y del mundo (Juan 1: 3; Efe. 3: 9; Col. 1: 16; Heb. 1: 2; Gén. 1: 26). Sólo la palabra "Padre" expresa plenamente el amor y el cuidado de Jesús para con sus hijos. Una vez más hallamos esa connotación de amante cuidado, de protección, de interés en nuestro bienestar eterno. Cuando Cristo reine lo hará como un padre para su pueblo (Isa. 22: 21-22; Apoc. 3: 7).
“Príncipe de paz”. ¡Cuán dulces suenan estas palabras! La paz sólo viene con la justicia (Isa. 32: 17-18), y Jesús es el Rey justo (Jer. 23: 5-6; 33: 15-16) que imputa e imparte su propia justicia a los hombres. Vino al mundo para impartir paz (Luc. 2: 14; Juan 14: 27; Fil. 4: 7; Zac. 9: 9-10; Efe. 2: 14).

Las profecías de Isaías abarcan toda la encarnación del Mesías, su divinidad, su preexistencia, su naturaleza paternal y profundamente interesada en nosotros, su poder y su gloria. Y el confirma lo dilatado de su imperio, de eternidad a eternidad. Pero lo mejor de todo es que estas cualidades del Mesías son manifestadas para nuestro beneficio. Es por nosotros que él ejercita su gran poder y sabiduría. Es nuestra paz la que él establece; es nuestro favor que él gobierna en justicia y rectitud. Pedro dijo: “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros” (1 Pedro 1:10).

5. Lee los siguientes textos y contesta (Juan 3:13; 8:23; 8:58, 59; 17:8, 24), ¿De que trata la lectura?

II. LA DIVINIDAD DE CRISTO

· Jesús, como Dios, es el mismo Jesús que se ofreció a sí mismo como sacrificio por nuestros pecados. Cuánto más debería significar la Cruz para nosotros, sabiendo que era Dios – ¡Dios!– el que estaba colgando allí por nuestros pecados.

1. ¿De qué forma los siguientes pasajes apoyan la divinidad de Je­sús? (Mateo 3:3; Juan 1:1,18; 20:28)

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:1-3).

“En el principio”

Así como en Gén. 1 se expone la naturaleza de la creación y el hecho de que el hombre fue originalmente formado a la imagen de Dios, así también el prólogo del Evangelio de Juan hace resaltar la naturaleza del Creador (Juan 1:1-4) y los medios por los cuales Dios se propuso que fuera posible la nueva creación del hombre a la imagen divina (Juan 1:5-14). En Gén. 1: 1 se refiere al "principio" de este mundo. Pero el "Verbo" de Juan 1: 1-4 es el Creador de todas las cosas y por lo tanto precede al "principio" de Gén. 1: 1. De modo que "el principio" de Juan 1: 1 es anterior al "principio" de Gén. 1: 1. Cuando comenzó todo lo que tuvo un principio, el "Verbo" ya "era".

“Era”

El Verbo era por toda la eternidad. Nunca llegó a ser tal. Pero en el tiempo, el Verbo "fue hecho (literalmente, 'llegó a ser', del griego egéneto, una forma de gínomai, 'llegar a ser' que expresa una acción iniciada y completada en un momento dado) carne" (Juan 1:14).
De modo que Cristo siempre ha sido Dios (Juan 1: 1; Heb. 1: 8); pero, por contraste, llegó a ser hombre (Juan 1-14; Fil. 2: 7). Tanto con el significado de las palabras como con la forma de ellas, Juan hace resaltar la continua, atemporal e ilimitada existencia de Cristo antes de su encarnación. En la eternidad pasada no había un punto de referencia antes del cual se pudiera haber dicho que no existía el Verbo. El Hijo existía "con el Padre, desde toda la eternidad" (HAp 32). "Nunca hubo un tiempo cuando él no haya estado en estrecha relación con el Dios eterno" (Ev 446). En Apoc. 22: 13, Jesús se proclama a sí mismo "el principio y el fin". El es "el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (Heb. 13: 8).

La palabra griega gínomai, empleada en Juan 1:14, aparece también en el verso 3 al referirse a la creación de todas las cosas (literalmente, "todas las cosas por él llegaron a ser"). Jesús declaró: "antes que Abraham fuese (gínomai, literalmente 'llegara a ser' o 'viniera a ser'), yo soy (del griego eimí) (Juan 8: 58). El mismo contraste aparece en la LXX, en el Sal. 90: 2: "Antes que las montañas llegaran a ser (gínomai), desde el siglo y hasta el siglo tú eres (eimí) Dios".
En se emplea tres veces en Juan 1: 1. Primero, en cuanto a la eternidad del Verbo; después, para referirse a su eterna unión con el Padre, y, finalmente, para su eterna igualdad de naturaleza con el Padre. El verso 2 confirma la duración de este estado de ser por toda la eternidad.

“Verbo”

La palabra griega lógos, "palabra", o "exclamación", "dicho", "discurso", "narración", "relato", "tratado", con énfasis en la disposición sistemática y llena de significado de los pensamientos así expresados. Aquí Juan emplea el término para designar a Cristo, quien vino para revelar el carácter, la mente y la voluntad del Padre, así como un discurso es la expresión de ideas. En la LXX lógos se usa por lo general tanto para la acción creadora (Sal. 33: 6;Gén. 1: 3, 6, 9) como para la expresión de comunicación (Jer. 1: 4; Eze. 1: 3; Amós 3: 1) de la mente de Dios y de su voluntad. Sin duda, estas formas de emplear lógos en el Antiguo Testamento estaban en la mente de Juan cuando escribió este pasaje. Dios ha expresado su voluntad divina y su propósito mediante la creación y mediante la revelación. Ahora (Juan 1: 14) lo ha hecho mediante la encarnación, que es su revelación suprema y perfecta. De modo que la palabra Lógos resume el tema dominante del libro de Juan (14: 8- 10), "el Verbo era Dios". En Juan 1:18, Juan presenta su razón para hablar de Cristo como "el Verbo": él vino para dar "a conocer" al Padre. La designación de Cristo mediante la palabra Lógos en el Nuevo Testamento es empleada únicamente por Juan, en su Evangelio (Juan 1) y en 1 Juan 1: 1; Apoc. 19: 13. El término identifica a Cristo como la expresión encarnada de la voluntad del Padre de que todos los hombres sean salvos (1 Tim. 2: 4), como "el pensamiento de Dios hecho audible" (DTG 11).

“Con Dios”

La palabra griega pros denota relación íntima y compañerismo. Si Juan sencillamente hubiera querido decir que en el principio el Verbo estaba en las proximidades de Dios, podría haberse esperado que empleara la palabra pará, "al lado", o el vocablo metá, "con" (Juan 6: 46). Pero Juan se proponía expresar más de lo que cualquiera de esas palabras podía significar cuando escribió "abogado tenemos para con (pros) el Padre" (1 Juan 2: 1); no en el sentido de que Jesús sencillamente está en la presencia del Padre, sino que está estrechamente relacionado con el Padre en la obra de la salvación. Pros se usa en el mismo sentido en Heb. 4: 13: "a quien tenemos que dar cuenta". Es decir, "con quien tenemos que vérnoslas". La palabra aquí implica estrecha relación personal en una empresa de interés mutuo e incumbencia de ambos (Juan 17: 5).
El hecho de que el Verbo era "con Dios", es decir con el Padre, enfáticamente declara que él era un ser completamente distinto del Padre. Como lo aclara el contexto, el Verbo estaba relacionado con Dios en un sentido único y exclusivo. El Verbo era "con Dios" en la eternidad pasada, pero se hizo "carne" a fin de estar con "nosotros" (Juan 1:14; DTG 14-18). El era Emanuel, "Dios con nosotros" (Mat. 1: 23). Es imposible comprender la importancia de la encarnación a menos que se la proyecte en el telón de fondo de la existencia eterna de Cristo como Dios y como íntimamente unido a Dios.

El Verbo era Dios.

En griego, la ausencia del artículo definido delante de la palabra "Dios" hace que sea imposible traducir esta declaración como "Dios era el Verbo". Traducirla así sería igualar a Dios con el Verbo, limitando así la Deidad exclusivamente al Verbo. Los dos términos "Verbo" y "Dios" no son enteramente intercambiables. Sería tan erróneo decir que "Dios era el Verbo" como decir que "el amor es Dios" (1 Juan 4: 16) o que "la carne fue hecha el Verbo" (Juan 1: 14). Aunque, en Juan 1:1, a la palabra "Dios" le falta el artículo definido (lo cual en griego suele indicar que debe añadirse el artículo indefinido), sin embargo tiene un sentido definido. La declaración no se puede traducir "el Verbo era un Dios", como si el Verbo fuera un Dios entre muchos otros dioses. En griego, la ausencia del artículo con frecuencia hace resaltar una cualidad expresada por una palabra o inherente a ella. Por lo tanto, Juan quiere decir que el Verbo participaba de la esencia de la Deidad, que era divino en el sentido máximo y absoluto. De esa manera, en una breve declaración, Juan niega que el Verbo fuera un Dios, uno entre muchos, o el Dios, como si él solo fuera Dios.

En el prólogo (Juan 1:1-18) Juan declara el propósito que lo guiaba al escribir el Evangelio: a saber, presentar al hombre Jesús como a Dios encarnado (1 Juan 1: 1). Narrando un acontecimiento y después otro, y registrando discurso tras discurso, Juan va fielmente en pos de ese fin. En su conclusión, observa que su propósito al escribir era guiar a otros para que creyeran "que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo" pudieran tener "vida en su nombre" (Juan 20: 30-31). En la introducción de su primera epístola, otra vez Juan se refiere a su experiencia personal con "el Verbo" (1 Juan 1: 1-3). Así también, las palabras iniciales del Apocalipsis declaran que éste es "la revelación de Jesucristo" (Apoc. 1: 1).

2. ¿Cuáles son las evidencias de la deidad de Cristo?

Las evidencias de la deidad de Cristo son muchas e irrefutables. Se las puede resumir brevemente:

· La vida que vivió (Heb. 4: 15; 1 Ped. 2: 22)
· Las palabras que habló (Juan 7: 46; 14: 10; Mat. 7: 29)
· Los milagros que realizó (Juan 5: 20; 14: 11)

· Las profecías que se cumplieron en él (Luc. 24: 26-27, 44; Juan 5: 39; DTG 740).

Juan al referirse en el Lógos, o "Verbo", no pensaba en el sentido abstracto y metafísico de la filosofía griega. La íntima relación de Cristo con el Padre en la obra de la creación se presenta vez tras vez en el Nuevo Testamento (Rom. 11: 36; 1 Cor. 8: 6; Col. 1: 16-17; Heb. 1: 1-2; Apoc. 3: 14). Aquí Juan presenta a Cristo como el Creador de todas las cosas, así como en Juan 1: 14 lo hace resaltar como el instrumento de la misericordia divina y de la gracia para la restauración o nueva creación de todas las cosas. En la eternidad pasada, el Verbo no fue una entidad pasiva e inactiva, sino que estuvo activa e íntimamente relacionado con el Padre en el desarrollo y en el manejo de "todas las cosas".

Aterrizando, diríamos la palabra griega gínomai, "llegar a ser", "llegar a existir", "aparecer". Juan describe la creación como un acto completo. Las cosas materiales no son eternas; hubo un tiempo cuando "fueron hechas". La misma verdad presentada negativamente. El "Verbo" es Creador única y exclusivamente.

3. Considera, ¿Por qué en nuestros días se buscan suficientes motivos para no aceptar el sacrificio de Jesús en la cruz y su divinidad?

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:8,9)

La norma siempre debe ser estar de acuerdo con Cristo. Se presenta a Cristo en oposición a todas las filosofías engañosas. Los argumentos usados por los falsos maestros siempre deben compararse con las doctrinas del gran Maestro. Cristo, el Creador y Sustentador, es la norma para medir todo verdadero conocimiento. En Cristo habita la suma total de la naturaleza y de los atributos de Dios. Todos los derechos y poderes de la Deidad residen permanentemente en él. Toda la plenitud de Dios se revela en Cristo. Los alcances abarcados por este término son ilimitados en tiempo, espacio y poder. En Cristo se encuentra todo lo que Dios es, cada cualidad de la Deidad: dignidad, autoridad, excelencia, poder para crear y ordenar el mundo, energía para sostener y guiar el universo, amor para redimir a la humanidad, previsión para suministrar todo lo necesario a cada una de sus criaturas.

“Otro error peligroso es la doctrina que niega la divinidad de Cristo y asevera que él no existió antes de su venida a este mundo. Esta teoría encuentra aceptación entre muchos que profesan creer en la Biblia; y, sin embargo, contradice las declaraciones más positivas de nuestro Salvador con respecto a sus relaciones con el Padre, a su divino carácter y a su preexistencia. Esta teoría no puede ser sostenida sino violentando el sentido de las Sagradas Escrituras del modo más incalificable. No solo rebaja nuestro concepto de la obra de redención, sino también socava la fe en la Biblia como revelación de Dios. A la par que esto hace tanto más peligrosa dicha teoría, la hace también más difícil de combatir. Si los hombres rechazan el testimonio que dan las Escrituras inspiradas acerca de la divinidad de Cristo, inútil es querer argumentar con ellos al respecto, pues ningún argumento, por convincente que fuese, podría hacer mella en ellos…Ninguna persona que haya aceptado este error puede tener justo concepto del carácter o de la misión de Cristo, ni del gran plan de Dios para la redención del hombre” (CS 578, 579).
· Cristo es eternamente Dios en el sentido supremo y absoluto del término.

III. ¡SEÑOR MÍO, Y DIOS MÍO!”

1. ¿Sabes algo? ¿Podrías citar algunos personajes que se dirigieron a Jesús como su Dios?

Juan

Juan describe a Jesús como el divino Verbo que “fue hecho carne” (Juan 1:1,14)

Tomás

“Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!”(Juan 20:28)
Señor mío. Del griego ho kúriós mou. Tomás usa el título con su significado más excelso. Kúriós (Señor) en la LXX es la traducción del Heb. YHWH, el nombre divino que se translitera en castellano como "Jehová" (RVR) y como "Yahveh" (BJ).
· Mediante esta confesión, Tomás relacionó al que estaba ante él con el Jehová del Antiguo Testamento. Es evidente que más tarde una confesión tal llegó a ser una fórmula de fe (1 Cor. 12: 3).
Dios mío. La palabra griega ho theós mou. Theós (Dios) es en la LXX la traducción del Heb. 'Elohim, el título divino de "Dios". En el Nuevo Testamento Theós por lo general se usa para el Padre (Rom. 1: 7; 1 Cor. 1: 3); pero aquí, como en Juan 1: 1, la palabra atribuye la deidad a Cristo.
· Aunque había muchas cosas acerca de la relación de las Personas de la Deidad que Tomás todavía no comprendía claramente, su confesión fue más profunda y más abarcante en sus alcances e implicaciones que las que habían hecho antes otros de los discípulos (por ejemplo en Mat. 16: 16).

Pablo

Pablo se refirió a Cristo diciendo que “es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos” (Rom. 9:5); y el autor de Hebreos se dirige a él como Dios y Señor de la creación” (Heb. 1:8,10).
El Mesías tiene otra naturaleza que no es carnal, y Pablo ahora añade a la descripción de Cristo, "el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos". La forma en que Pablo habla de la humanidad de Cristo parece exigir como antítesis esta clara afirmación de su divinidad (Rom. 1: 3-4). Que Cristo es divino y que es Aquel que está "por encima de todas las cosas", se enseña en muchos pasajes del Nuevo Testamento (Juan 1: 1-3; Efe. 1: 20-22; Fil. 2: 10,11; Col. 1: 16-17; 2: 9).

Sus seguidores

En mas de una ocasión, sus seguidores lo adoraron, y el se lo permitió (Mat. 22:17: Luc. 14:33). "Hijo, tus pecados te son perdonados", le dijo al paralítico. Y Marcos da la razón por la cual lo dijo: quería que los dirigentes de los judíos supieran" que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados" (Mar. 2: 5-10). Los demonios lo reconocieron. Dijo uno de ellos: "Sé quién eres, el Santo de Dios" (Mar. 1: 23-25, 34). Algo había en él que les dijo a los agentes del abismo que ya lo habían visto antes.

Los ángeles de Dios

“Adórenle todos los ángeles de Dios” (Heb. 1:6).

Todos

Pablo escribió: “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:10,11).

IV. EL GRAN “YO SOY”

1. ¿Por qué Jesús afirmó su igualdad con Dios?

El mismo Jesús afirmó su igualdad con Dios, Se identificó a si mismo como el “YO SOY”, el Dios del Antiguo Testamento. El registro bíblico dice: “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abrahán fuese, Yo Soy” (Juan 8: 58).

"Antes que naciese Abrahán" (BJ, 1966). El verbo es gínomai ("aparecer", "llegar a ser") como en Juan 1: 6, y no eimí ("ser"). La misma combinación de verbos aparece en la LXX (Sal. 90: 2). "Antes que naciesen ["aparecieron", gínomai] los montes. . . desde el siglo y hasta el siglo, tú eres [eimí] Dios".

· Llamaba a Dios “mi Padre”, en vez de “nuestro Padre” (Juan 20:17). Y su declaración: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30) establece la aseveración de que Cristo era de una sustancia con el padre, poseyendo los mismos atributos.

· La igualdad de Cristo con el Dios el Padre se da por sentada en la fórmula bautismal (Mat. 28:19), la bendición apostólica completa (2 Cor. 13:13), su último consejo (Juan 14-16) y la exposición de Pablo de los dones espirituales (1 Cor. 12:4-6).

· La Escritura describe a Jesús como el resplandor de la gloria de Dios, y “la imagen misma de su sustancia” (Heb. 1:3).

· Y cuando se le pidió que revelará a Dios el Padre, Jesús replicó: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9)

“Yo Soy significa una presencia eterna. El pasado, el presente y el futuro son iguales para Dios. Él ve los acontecimientos más remotos de la historia pasada y el futuro lejano con una visión tan clara como nosotros vemos las cosas que suceden diariamente. No sabemos lo que está delante de nosotros, y si lo supiéramos, no contribuiría a nuestro bienestar eterno. Dios nos da una oportunidad de ejercitar la fe y confiar en el gran Yo Soy... Nuestro Salvador dice: "Abrahán vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio y se gozó" (Juan 8:56). Quince siglos antes de que Cristo dejara sus atavíos reales, su corona real y dejara su puesto de honor en las cortes celestiales, asumiera la humanidad y caminara entre los hijos de los hombres, Abrahán vio su día, y se alegró. "Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abrahán fuese, yo soy" (Juan 8:57, 58). Cristo estaba usando el gran nombre de Dios que fue dado a Moisés para expresar la idea de la presencia eterna (Éxo.3: 14). Isaías también vio a Cristo, y sus palabras proféticas están llenas de significado. Hablando por él, el Señor dice: "Yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu salvador... No temas porque yo estoy contigo... Yo, yo Jehová, y fuera de mi no hay quien salve... Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. Aún antes de que hubiera día, yo era;... Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey" (Isa. 43: 3-15). Cuando Jesús vino a nuestro mundo, se clamó a si mismo: "Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14: 6). Debe creerse en el Señor y debe servírselo como al gran "YO SOY", y debemos confiar implícitamente en él” (A fin de conocerle, p.15).

2. ¿Quién es el Alfa y la Omega? ¿Por qué? ¿En qué sentido Jesús es el principio y el fin? ¿Cuál es vuestra respuesta?

“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apoc. 1:8)

El Alfa y la Omega. La primera letra y la última del alfabeto griego; es como si dijéramos: "desde la A hasta la Z". La frase indica integridad, plenitud, y tiene el mismo significado que "el principio y el fin, el primero y el último" (Apoc. 22:13). En este caso el que habla es "el Señor, el que es y que era y que ha de venir", identificado como Dios el Padre; sin embargo, en Apoc. 1:11-18 la expresión "el Alfa y la Omega" se identifica claramente con Cristo, quien también declara que es "el primero y el último". En Apoc. 22:13 la frase "el Alfa y la Omega" se refiere a Cristo. El Padre y el Hijo comparten estos atributos eternos. La referencia al Padre expone su eternidad y declara que el mismo Ser que ahora continuamente existe, siempre ha existido y siempre existirá. La existencia personal de Dios trasciende al tiempo, pero una eternidad infinita sólo puede ser expresada en palabras humanas por medio de términos limitados y temporales como los que aquí emplea Juan.

REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA

Mí querido(a) amigo(a), hermano(a): Desde la perspectiva de la lección de esta semana, ¿Cómo es carácter de Dios? ¿De qué manera la esperanza, el gozo y la confianza en Dios, es una realidad en nuestras vidas? ¿Por qué se enfatiza tanto la preexistencia y la divinidad de Cristo? ¿Cuántos textos de la Biblia mencionan la preexistencia y la divinidad de Cristo? Realmente, ¿Crees que Cristo es Dios? ¿Comprendes como siendo Dios mismo se convirtió en un niñito? ¿Es Jesús tu “Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”? ¿Aceptas a Jesús como tu Salvador Personal?

Reflexiona conmigo el siguiente texto: “No podemos entender cómo Cristo se convirtió en un niñito impotente. Podría haber venido a la tierra con tal belleza que no hubiera sido como los hijos de los hombres. Su rostro podría haber resplandecido de luz, y su forma podría haber sido alta y bella. Podría haber venido de tal manera como para encantar a los que lo miraran; pero ésa no era la forma en que Dios quería que viniera entre los hijos de los hombres. Había de ser como los que pertenecen a la familia humana y a la raza judía. Había venido a ocupar el lugar del hombre, a darse en prenda a si mismo por el hombre a pagar la deuda de los pecadores. Había de vivir una vida pura en esta tierra, y mostrar que Satanás había dicho una falsedad cuando pretendió que la familia humana le pertenecía para siempre y que Dios no podía arrebatar a los hombres de sus manos.
Los hombres primero vieron a Cristo como a un nene, como a un niño. Sus padres eran muy pobres, y no tuvo nada en esta tierra salvo lo que tienen los pobres. Pasó por todas las pruebas por las que pasan los pobres y humildes desde la niñez a la adolescencia, de la juventud a la virilidad.
Mientras más pensamos en Cristo convertido en un niñito aquí en la tierra, más maravilloso nos parece. ¿Cómo puede ser que el desvalido niño del establo de Belén sea el divino Hijo de Dios? Aunque no podamos comprenderlo, podemos creer que Aquel que hizo los mundos, debido a nosotros se convirtió en un niño desvalido. En él, Dios y el hombre se vuelven uno, y en ese hecho radica la esperanza de nuestra raza caída. Contemplando a Cristo en la carne, contemplamos a Dios en la humanidad, y vemos en él el resplandor de la gloria divina, la expresa imagen de Dios el Padre” (A fin de conocerle, p.29).

· Cristo es el Hijo de Dios preexistente y existente por sí mismo. Nunca hubo un tiempo cuando él no haya estado en estrecha relación con el Dios eterno.
· Cristo era esencialmente Dios, y en el sentido más excelso. Estuvo con Dios desde toda la eternidad; Dios sobre todo, bendito para siempre.
· El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad, como persona diferente, y sin embargo una con el Padre.

Ore conmigo, por favor… “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Col. 1:17)...Feliz sábado.

RESUMEN

Jesús, el Hijo de Dios, existió eternamente con el Padre antes de que el mundo comenzara, y es tanto divino como humano. Jesús habló de su propia existencia con el Padre antes de venir para salvar a la humanidad, y permaneció en constante comunión con Dios mientras estuvo aquí sobre la tierra.

Elaboró: Delfino Jarquín L, Si usted gusta toda la versión haga clic en:
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Bibliografía: Adams Roy, Jesús es maravilloso, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Abril-Junio de 2008__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, , Abril-Junio de 2008__G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes,__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo IV, V&,VI- Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007,__R. Thiele Edwin, ¡Mi Dios sin igual!, APIA,1998__H. Woolsey Raymond, El Amor más admirable, APIA, 1995.
Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com; delfinosabbathschoolcomment@gmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.