12/26/2007

Cristo en el crisol

Lección 13: Cristo en el crisol

Para el 29 de diciembre de 2007

Lee: Mateo 2:1-18; 27:51, 52; Lucas 2:7, 22-24; 22:41-44; Juan 8:58, 59; Romanos 6:23; Tito 1:2.

Descubra y responde: ¿Por qué razones Cristo vino en esta tierra? ¿Qué crisoles enfrentó Jesús? ¿Cuáles de su niñez y juventud? ¿Cuáles en su ministerio? ¿Cuáles en el Getsemani? ¿Cuáles en el Calvario? ¿Por qué es necesario que el cristiano pase por tribulaciones, aflicciones, pruebas y persecuciones? En nuestros días, realmente, ¿Nos aborrece y persigue el mundo? Si no nos aborrece y persigue, ¿por qué no? ¿Se ha hecho el mundo más cristiano, o los cristianos más mundanos?

Memoriza y considera: “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mat. 27:46).

Pensamiento clave: ¿Qué es lo que sufrió Cristo en nuestro favor? ¿Qué podemos aprender de su sufrimiento?

“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”(Isa. 40:31). Buscar a Jehová con sinceridad y humildad para obtener sabiduría y fuerza, y luego aguardar con paciencia la dirección divina. Dios les concedería la dirección de su Espíritu para guiarlos rectamente Y para corregirlos cuando estuvieran a punto de extraviarse. Todos los que así lo deseen aún, pueden oír este "silbo apacible" (1 Rey. 19: 12) si tan sólo escuchan. “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isa. 30:21). La vida cristiana es un proceso constante de recibir de parte de Dios, y de dar a Dios. Se gastan fuerzas en el servicio del Maestro (Mar. 5: 30), pero siempre hay una nueva provisión de gracia y vitalidad que se puede recibir de Aquel que no conoce el cansancio. El que no recibe de continuo fuerza de Dios, pronto se hallará en una condición tal que no podrá servir a Dios (DTG 767). Uno de los espectáculos más asombrosos del mundo natural es el del águila que se remonta más y más sin aparente dificultad. Del mismo modo, el hijo de Dios que obtiene su fuerza de lo alto puede seguir siempre hacia adelante y hacia arriba, siempre alcanzando nuevas alturas (Sal. 103: 5), aun en medio de las pruebas y del dolor. Los cristianos tienen el privilegio de progresar continuamente de gracia en gracia y de victoria en victoria (1 Cor. 15: 57; 2 Cor 2: 14; Ed 16; DTG 633-634). Se añade fuerza sobre fuerza, y el progreso es constante. Surgen metas siempre más elevadas, y finalmente el cristiano llega al "premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Fil. 3: 14).

¿Usted ha sufrido alguna vez? ¿Habrá alguien que ha sufrido como Cristo sufrió?

· ¿Cuál es el mensaje central de esta lección?
· ¿Cómo aplicarías este mensaje en tu vida?

PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA

· Saber que Dios, por medio de Jesús, estuvo preparado para sacrificar todo para reconciliarnos con él.
· Sentir la inmensidad de lo que Cristo vino a hacer en la tierra por nosotros, y la insignificancia comparativa de nuestros propios aprietos.
· Hacer memoria de los resultados del sufrimiento de Cristo por nosotros, por nuestra redención, y entonces vivir nuestra vida en armonía con ello.

1. INFANCIA, JUVENTUD Y ADULTEZ DE JESÚS

¿De qué manera las experiencias victoriosas de Jesús, el “Yo soy”, nos ayudan en medio de las pruebas y sufrimientos?
¿Qué significado tiene el velo rasgado del templo en tu vida?
¿Qué promesas bíblicas recuerdas que te ayudan a lidiar con las experiencias difíciles de la vida?

1. ¿Cómo fue la vida de Jesús desde su niñez? ¿De manera enfrentó Jesús el sufrimiento y el dolor desde su niñez y juventud? (Luc. 2:7, 22-24; Lev. 12:6-8; Mateo 2:1-18).

Jesús nació en Belén, la ciudad de David, para poder identificarse más fácilmente como el Hijo de David y, por ello, el Mesías de las profecías del Antiguo Testamento (Lucas. 2:1-7; Miqueas 5:2).

Al octavo día fue circuncidado (Lucas 2:21), por cuanto la circuncisión era el signo del pacto y un compromiso de obediencia a sus requerimientos.

Jesús nació "bajo la ley" de Moisés y se sometió a su jurisdicción (Gálatas 4:4). Más tarde, José y María lo llevaron al templo para la ceremonia de la dedicación del primogénito (Lucas. 2:22-39; Levítico 12:1-4).

Desde muy temprano este rito había sido seguido por los hebreos como reconocimiento de la promesa de Dios de dar su Primogénito para salvar a los perdidos. En el caso de Jesús fue un reconocimiento del acto de Dios de dar a su Hijo al mundo, y el de la dedicación del Hijo a la obra que había venido a hacer.

Después de la visita de los magos (Mateo 2:1-12), mediante los cuales Dios llamó la atención de los dirigentes de la nación judía al nacimiento de su Hijo, José y María se refugiaron por breve tiempo en Egipto de la furiosa persecución de Herodes (Mateo 2:13-18).

De regreso a Palestina, por instrucción divina se establecieron en Galilea y no en Judea, sin duda para evitar el estado de anarquía que prevalecía allí durante el turbulento reinado de Arquelao (Mateo 2:19-23; Lucas 2:39, 40).

Se consideraba que a la edad de 12 años un varón judío pasaba el umbral de la niñez a la juventud. Como "hijo de la ley" llegaba a ser personalmente responsable de cumplir los requisitos de la religión judía, y se esperaba que participara en sus sagrados servicios y fiestas. De acuerdo con esto, a la edad de 12 años Jesús asistió a su primera Pascua, donde por primera vez dio evidencia de comprender su propia relación especial con el Padre y la misión de su vida (Lucas 2:41-50).


II. MINISTERIO PÚBLICO TEMPRANO DE JESÚS

¿Quién es el Espíritu Santo?
¿Cuán importante es la unción del Espíritu Santo en el ministerio evangélico?

1. ¿Qué evento importante determino el inicio del ministerio de Cristo en esta tierra? (Mateo 3:13-17)

“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mat. 3:16,17)
El bautismo de Jesús y su ungimiento con el Espíritu Santo, posiblemente en la época de la fiesta de los Tabernáculos (otoño del 27 d.C.), fue para él un acto de consagración a la tarea de su vida, que lo separó para el ministerio (Mateo 3:13-17; Hechos 10:38).

El Padre declaró públicamente que Jesús era su propio Hijo (Mateo 3:17), y Juan el Bautista reconoció la señal que se le había indicado para identificar al Cordero de Dios (Juan 1:31-34).
Después de su bautismo, se retiró al desierto para contemplar su misión. Allí, el tentador lo sometió a pruebas destinadas a apelar a sus sentidos, al orgullo y al logro de su propia misión. Antes que pudiera salir a salvar a los hombres, él mismo debía obtener la victoria sobre el tentador (Mateo 4:1-11; Hebreos 2:18).
Más tarde regresó al Jordán, donde Juan estaba predicando (Juan 1:28-34), y poco después reunió a su alrededor un pequeño grupo de seguidores: Juan, Andrés, Simón, Felipe y Natanael (Juan 1:35-51).
Su primer milagro, en Caná de Galilea (Juan 2:1-11), fortaleció la fe de ellos en él como el Mesías y les dio una oportunidad de dar testimonio de su nueva fe a otros.

III. MINISTERIO DE JESÚS EN JUDEA

¿Cuáles son las evidencias de que Cristo es vuestro Creador y Redentor?
¿Qué herramientas utilizo Jesús para enfrentar las pruebas que se le presentaron?¿De qué manera puedes utilizar esas mismas herramientas para triunfar?

1. ¿Podrías describir brevemente los diferentes crisoles que enfrentó Jesús mientras realizaba su ministerio?

Con la limpieza del templo en la época de la Pascua (la primavera siguiente, unos seis meses después de su bautismo), Jesús anunció públicamente su misión de limpiar los corazones de los hombres de la contaminación del pecado (Juan 2:13-17). Desafiado por las autoridades del templo por este acto, señaló hacia adelante en forma velada a su muerte en la cruz como el medio por el cual se proponía limpiar el templo del alma (Juan 2:18-22). La visita nocturna de Nicodemo, un consejero importante, dio a Jesús una oportunidad, bien al principio de su ministerio, de explicar el propósito de su misión a un miembro del Sanedrín (Juan. 3:1-21) cuya mente era receptiva.Más tarde, Nicodemo pudo desbaratar temporariamente los intentos de los sacerdotes para destruir a Jesús (Juan 7:50-53).
Saliendo de Jerusalén, ministro por un período prolongado en Judea (Juan 3:22). La gente se agolpaba para escucharlo, y la marea de popularidad gradualmente pasó de Juan a Jesús (Juan 4:1).
Cuando esto afectó a los discípulos de Juan (Juan 3:25-36), Jesús, deseando evitar toda ocasión de incomprensiones y disensiones, calladamente dejó sus labores y se retiró, por un tiempo, a Galilea (Juan 4:1-3).
Aprovechó esta interrupción de su ministerio en Judea para preparar el camino para su posterior ministerio exitoso en Samaria y en Galilea.
A su regreso a Jerusalén (la Pascua del 29 d.C.) sanó en sábado a un paralítico junto al estanque de Betesda, tal vez el caso peor y más conocido de cuantos se encontraban allí (Juan 5:1-15).
Los dirigentes judíos habían tenido un año entero para observar a Jesús y evaluar su mensaje, y Cristo sin duda quería que este milagro los condujera a una decisión abierta.
Acusado por los judíos de quebrantar el sábado, se defendió afirmando: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:16-18).

2. ¿Tenían evidencias los dirigentes judíos de que Jesús era el Mesías?

Habían oído y profesaban aceptar el mensaje de Juan el Bautista, y Juan había declarado que Jesús era el Hijo de Dios (Juan 5:32-35; 1:31, 34).
Los muchos milagros que había realizado durante su ministerio en Judea (Juan 2:23) y, en particular, la curación del hombre paralítico ese mismo sábado, testificaban acerca de su afirmación (Juan 5:16). Por estar haciendo las obras de su Padre (Juan 5:17,36) testificaba de que había venido del Padre.
El Padre mismo había declarado que era su Hijo (Juan 5: 37, 38).
La evidencia suprema del mesianismo de Jesús era la que se encontraba en los escritos de Moisés que ellos profesaban aceptar, y que serían sus acusadores si lo rechazaban (Juan 5:39-47).

Los sacerdotes y gobernantes sin duda hubieran matado a Jesús allí mismo si se hubiesen atrevido, pero temieron los sentimientos populares que estaban demasiado en su favor (Juan 5:16, 18). Sin embargo, rechazaron sus afirmaciones y decidieron quitarle la vida en algún momento futuro. De allí en adelante, los escritores evangélicos mencionan con frecuencia a espías enviados para observar a Jesús e informar lo que hacía y decía, lo que mostraba que los sacerdotes y gobernantes intentaban consolidar acusaciones contra él (Lucas 11:54; 20:20). También, por esta época, Herodes Antipas encarceló a Juan el Bautista (Lucas 3:19, 20). Estos dos eventos: el rechazo por el Sanedrín y el encarcelamiento de Juan el Bautista; señalan el fin del ministerio de Jesús en Judea (Mateo 4:12; Juan. 7:1). Para evitar conflictos sin sentido con los maestros de Jerusalén, desde entonces restringió sus labores principalmente a Galilea y, en realidad, no volvió a Jerusalén hasta la fiesta de los Tabernáculos (un año y medio más tarde).

IV. PLOCLAMANDO EL REINO DE DIOS EN GALILEA Y LA ORDENACIÓN DE LOS DOCE DISCIPULOS

¿Cuáles son las estrategias para proclamar “el reino de Dios”?

Los galileos eran menos complicados y menos dominados por sus dirigentes que los judíos de Judea, y sus mentes estaban más abiertas para recibir la verdad. Durante su ministerio en Galilea el entusiasmo creció tanto que se vio obligado, algunas veces, a esconderse para que las autoridades romanas no tuvieran ocasión de temer una insurrección. Por un tiempo pareció que los galileos lo recibirían como el Mesías. Abrió su obra en Galilea, en Nazaret, cuya población lo conocía mejor y deberían haber sido los que estuvieran mejor preparados para darle la bienvenida (Lucas 4:16-30). En la sinagoga, el sábado les explicó la naturaleza y el propósito de su misión, pero ellos rehusaron aceptarlo y quisieron quitarle la vida.

1. ¿Qué evidencias nos da la Biblia que Jesús era realmente hombre y también divino, Creador de los cielos y la tierra? (Marcos 1:14, 15; 2:1-12; Lucas 4:31, 43).

Dejando Nazaret, Jesús hizo de Capernaum su centro de labores en Galilea (Mateo 4:13-17). Junto al mar, una mañana llamó a Pedro y Andrés, y a Jacobo y a Juan para que se le unieran como colaboradores suyos y lo siguieran como discípulos de tiempo completo (Lucas 5:1-11; Mateo. 4:18-22). Los sentimientos subieron tanto de tono, que Jesús se sintió impulsado a abandonar Capernaum por un tiempo y trabajar en otra parte (Marcos 1:28, 33, 37, 38). Así salió en su primer viaje por los pueblos y las aldeas de Galilea, proclamado que "el reino de Dios" se había "acercado" (Marcos 1:14, 15; Lucas 4:31, 43). De regreso en Capernaum, sanó al paralítico que había sido bajado por el techo (Marcos 2:1-12). Como testigos del milagro había una delegación de "fariseos y doctores de la ley" de todas partes de Judea y de Galilea y también representantes de las autoridades de Jerusalén (Lucas 5:17) que sin duda habían venido para investigar y estorbar sus labores exitosas. Al perdonar y sanar al paralítico, les dio una evidencia indiscutible del poder del Cielo en operación, y que su autoridad era divina (Lucas 5:18-24). El fracaso de los intentos de desacreditar a Jesús es evidente por el aumento de la popularidad que caracterizaba su obra (Marcos 3:7, 8).

Durante el intervalo entre la primera y la segunda gira por Galilea, Jesús ordenó a doce de sus seguidores para que fueran apóstoles (Marcos 3:13-19). El mismo día (Lucas 6:13-20) presentó el Sermón del Monte, dirigido primariamente a sus discípulos, pero que oyó también una gran multitud (Mateo 5-7).

2. ¿De qué manera Jesús se ofreció como un sacrificio por los pecados de todo el mundo? (Mateo 12:22-24; Lucas 4:21-30; Juan 8:38, 59).

“Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre” (Juan 8:37,38)
En este sermón, que se puede considerar como el discurso inaugural de Jesús como Rey del reino de la gracia divina y como su constitución, planteó sus principios fundamentales. Poco después salió en su segunda gira por Galilea (Lucas 8:1-3), que está descripta con más detalles que cualquiera de las otras. Durante ella, demostró el poder de su reino y su valor para los hombres.

Se inició (Lucas 7:11-17) y terminó (Marcos 5:21-43) con revelaciones de su potestad sobre la muerte.
Jesús también demostró su dominio sobre la naturaleza (Mateo 8:23-27) y sobre los demonios (Mateo 12:22-45; Marcos 5:1-20).
Como Rey del reino de la gracia divina, Jesús podía liberar a los hombres del temor a la muerte, a los elementos de la naturaleza y a los demonios, lo que resumía muy bien los temores populares de la época.
Durante esta gira Jesús dio su sermón junto al mar (Mateo 13:1-53), con una serie de parábolas en las que presenta los mismos principios que había enseñado de un modo más formal en el Sermón del Monte.
En su tercera gira por Galilea envió a los Doce, de dos en dos, para adquirir experiencia en la evangelización personal (Mateo 9:36-11:1).
En su ausencia, en compañía de otros discípulos, visitó de nuevo Nazaret, donde sus conciudadanos lo rechazaron por segunda vez (Marcos 6:1-6).

Esta gira terminó por el tiempo de la Pascua (primavera del 30 d.C.). La evidencia del poder divino en el milagro de los panes y los peces (Marcos 6:30-44) fue aceptada por los 5 000 hombres presentes como la prueba cumbre de que el Libertador largamente esperado estaba entre ellos.

Tenían un hombre que podía alimentar a todo un ejército, sanar a todos los soldados heridos y aun levantarlos de los muertos, conquistar las naciones, restaurar el dominio a Israel y transformar a Judea en un paraíso terrenal, como lo habían predicho los profetas de la antigüedad.
Quisieron coronarlo rey, pero se rehusó (Juan 6:14, 15).
Este fue el punto culminante de su ministerio. Después de una noche de tormenta en el mar (Mateo 14:22-36) regresó a Capernaum, donde dio el sermón sobre el Pan de Vida (Juan 6:25-7:1).
La gente que había pensado en Jesús como gobernante de un reino terrenal ahora se dio cuenta de que el suyo era un reino espiritual, y la mayoría de ellos "se volvieron atrás" (Juan 6:66).
La corriente del entusiasmo popular se volvió contra Jesús en Galilea como había ocurrido en Judea un año antes.

V. JESÚS RECHAZADO POR LOS LÍDERES Y EL PUEBLO

1. ¿Por qué razones os aborrece el mundo?

“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra” (Juan 15:18-20).

· El mundo odia a aquellos cuyos intereses y cuyas simpatías discrepan con él (Juan 7: 7).
· En el futuro los discípulos verían la furia plena del odio del mundo.
· Los discípulos no son del mundo, por eso el mundo no los ama. Ellos habían sido del mundo, pero habían prestado atención a la invitación de Jesús de salir del mundo.

Las razones por las cuales el mundo os aborrece son:
· La permanencia en Cristo (Juan 15: 4)
· El dar los frutos de justicia (Juan 15:5)
· La demostración de esos frutos (Juan 15:16).
Los hechos del mundo son reprobados por la vida recta y el testimonio manifiesto del cristiano (Juan 7: 7; 1 Juan 3: 13).

2. ¿Nos aborrece el mundo? Si no nos aborrece, ¿por qué no? ¿Se ha hecho el mundo más cristiano, o los cristianos más mundanos?"

Jesús ahora suspendió sus labores públicas en favor del pueblo de Galilea. Rechazado por los líderes y por el pueblo, percibió que su obra estaba llegando rápidamente a su conclusión. Ante él se erguían en un vívido bosquejo las escenas de su sufrimiento y muerte, pero ni sus discípulos lo entendieron. Como la gente en general, todavía concebían su reino como un dominio terrenal. En repetidas ocasiones Jesús volvió a analizar con ellos su condición de Mesías y su misión en un esfuerzo por prepararlos para el gran chasco que experimentarían. En Cesarea de Filipo (Mateo 16:13-28), sobre el Monte de la Transfiguración (Mateo 7:1-13), Y mientras andaban por el camino (Mateo 7: 22, 23), les explicó que como Mesías tenía que sufrir y morir. También, durante ese período, se retiró a las regiones no judías de Fenicia (Mateo 15:21-28), Cesarea de Filipo (Mateo 16:13-28) y a Decápolis (Marcos 7: 31-8:10), intentando despertar en sus discípulos un sentido de responsabilidad por lo paganos. La confesión de fe en Cesarea de Filipo (Mateo 16:13-20) señaló un punto notable en la relación de los discípulos hacia Jesús.
Su comprensión de la misión de Cristo había crecido durante el tiempo de su asociación con él. Ahora, por la vez, dieron evidencia de su aprecio por ella.

3. ¿Qué podemos aprender de Cristo para soportar el dolor del rechazo? (Juan 8:12-59).

“Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue” (Juan 8:57-59).
En el otoño de ese año, Jesús y sus discípulos asistieron a la fiesta de los Tabernáculos (Juan 7:2-13). Esta fue su primera visita a Jerusalén desde la curación del paralítico junto al estanque de Betesda y el rechazo del Sanedrín unos 18 meses antes. El tema de Cristo como el Mesías estaba en la mente de todos, y sabían también del complot contra su vida (Juan 7:25-31). Había una clara división de opinión acerca de si Jesús debía ser aceptado como Mesías o debía ser muerto (Juan 7:40-44). Cuando hubo un intento de arrestar a Jesús, Nicodemo silenció a los complotadores (Juan 7:45-53). Se hizo otro intento de entramparlo (Juan 8:2-11). Mientras estaba enseñando en el templo, las autoridades lo desafiaron otra vez, y él, a su vez, abiertamente afirmó que Dios era su Padre y se declaró el Enviado de Dios. Como resultado intentaron apedrearle allí mismo (Juan 8:12-59). Sin embargo, escapó (Juan 8:59), y aparentemente regresó brevemente a Galilea antes de salir de allí en su último viaje a Jerusalén (Lucas 9:51-56).


VI. EN SAMARIA Y PEREA Y LA COMISION DE LOS 70 DISCIPULOS

¿Qué crees que quiso decir Jesús cuando afirmó, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”

1. ¿Por qué razones Jesús comisionó otros 70 discípulos más? ¿No eran suficientes los primeros?

Los siguientes meses Jesús los pasó trabajando en Samaria y Perea, y envió a los 70 en su misión (Lucas 10:1-24). Poco se sabe de la ruta exacta que tomó Jesús, pero Lucas registra en forma completa las parábolas y las experiencias de este período (Lucas 9:51-18: 34). Ahora se movía públicamente y enviaba mensajeros delante de sí que anunciaban su llegada (Lucas 9:52; 10:1); avanzaba hacia el escenario de su gran sacrificio, y la atención de la gente debía ser dirigida hacia él. Durante su estadía en Perea, la multitud otra vez se reunió a su alrededor como lo había hecho en los primeros días de su ministerio en Galilea (Lucas 12:1). Unos tres meses antes de la Pascua subió a Jerusalén para asistir a la fiesta de la Dedicación (Juan 10:22). Las autoridades otra vez se acercaron a él en el templo, exigiéndole: "Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente" (Juan 10: 24). Después de una breve discusión, los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle por hacerse Dios (Juan 10:25-33). Un poco más tarde procuraron arrestarlo, pero otra vez escapó de sus manos y regresó a Perea (Juan 10:39, 40).

2. ¿De qué manera Jesús manifestó evidencias de que él es la resurrección y la vida?(Juan 11:1-44).

La muerte de Lázaro, pocas semanas antes de la crucifixión, le hizo regresar brevemente a la región de Jerusalén, donde realizó su milagro supremo, en presencia de una cantidad de dirigentes judíos, que puso de manifiesto evidencias que los sacerdotes no podían negar ni malinterpretar (Juan 11:1-44).
· Este milagro estampó el sello de Dios sobre la obra de Jesús como el Mesías, pero cuando los dirigentes de Jerusalén fueron informados al respecto (Juan 11: 45, 46), decidieron quitar a Jesús de su camino en la oportunidad que se les presentara (Juan 11:47-53).
· Esta evidencia del poder sobre la muerte fue la prueba culminante de que en la persona de Jesús, Dios había realmente enviado a su Hijo al mundo para salvar a los hombres del pecado y de su penalidad, la muerte.
· Los saduceos, que negaban una vida después de la muerte, estaban sin duda completamente alarmados, y se unieron con los fariseos en una decidida determinación de silenciar a Jesús (Juan 11: 47).
· No deseando apresurar la crisis antes de tiempo, Jesús otra vez se retiró de Jerusalén por una temporada (Juan 11:54).

VII. LA ENTRADA TRIUNFAL DE JESUS

¿Qué armas estan dirigidas contra ti?
¿Quién dirige nuestras reacciones, nuestra fe o nuestras circunstancias?
¿Te sientes vencido y destruido por las pruebas, o eres un vencedor y has sido fortalecido por ellas? ¿Sí?¿No?¿Por qué?
¿De qué manera has exaltado el nombre de Jesús?

1. ¿Por qué Jesús se declaró públicamente como el Mesías? (Mateo 21:1-11).

“Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”(Mat. 21:8,9)
Unas pocas semanas después de la resurrección de Lázaro, Jesús dirigió sus pasos una vez más hacia Jerusalén. Pasó el sábado en Betania (Juan 12:1) donde Simón le ofreció un banquete (Mateo 26:6-13; Lucas 7:36-50). Por ese tiempo, Judas fue al palacio del sumo sacerdote y se ofreció para traicionar a Jesús y entregarlo en sus manos (Mateo 26:14,15).
El domingo Jesús entró triunfalmente en Jerusalén, manifestándose públicamente como el Mesías-Rey (Mateo 21:1-11). El entusiasmo del pueblo que había venido a Jerusalén para la Pascua llegó a un punto muy alto y lo saludaron como rey. Sus discípulos sin duda tomaron su aceptación de estos homenajes como prueba de que sus acariciadas esperanzas estaban a punto de cumplirse, y la multitud creyó que la hora de su emancipación del yugo romano estaba por llegar. Jesús sabía que estos actos lo llevarían a la cruz, pero era su propósito llamar públicamente la atención de todos al sacrificio que estaba a punto de realizar.
El lunes limpió el templo por segunda vez (Mateo 21:12-17), repitiendo al fin de su ministerio el mismo acto con el que había iniciado su obra tres años antes. Esto era un desafío directo a la autoridad de los sacerdotes y gobernantes. Cuando disputaron su derecho a actuar del modo en que lo hizo "¿Con qué autoridad haces estas cosas?" (Mateo 21:23), les contestó de modo que revelaron su incompetencia para evaluar sus credenciales como Mesías (Mateo 21:24-27). Con una serie de parábolas (Mateo 21:28-22:14) describió el curso que los dirigentes judíos estaban tomando al rechazarlo como el Mesías, y en sus respuestas a una serie de preguntas que le hicieron (Mateo 22:15-46) refutó a sus críticos al punto de que ninguno de ellos se atrevió a preguntarle más.

2. ¿Cuáles eran los crisoles que enfrentó Jesús mientras realizaba su ministerio en esta tierra? (Mateo 23:37).

“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”(Mat. 23:37)

Después de exponer públicamente el carácter corrupto de los escribas y fariseos, Jesús se apartó del templo para siempre (Mateo 23) declarando: "He aquí vuestra casa os es dejada desierta" (Mateo 23:38); apenas el día anterior se había referido al templo como "mi casa" (Mateo 21:13). Con esta declaración desheredó a la nación judía de la relación de pacto. Le quitó "el reino de Dios" para darlo "a gente que produzca los frutos de él" (Mateo 21:43). Esa noche Jesús se apartó al monte de los Olivos, y a la pregunta de cuatro de sus discípulos (Marcos 13:3) bosquejó lo que todavía debía ocurrir antes del establecimiento de su reino visible sobre la tierra (Mateo 24 y 25).
El miércoles de la semana de la pasión lo pasó aislado con sus discípulos.
El jueves de noche celebró la Pascua con ellos, y a su vez instituyó la Cena del Señor (Lucas 22:14-30; Mateo 26:26-29; Juan 13:1-20). Después de la cena les dio extensos consejos acerca del futuro y de su regreso (Juan 14-16).

VIII. EN EL JARDIN DEL GETSEMAÍ Y EL CALVARIO

¿Qué significa la expresión de Jesús: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte”?
¿De qué manera la victoria de Cristo en el jardín nos ayuda con nuestras batallas?
¿Cómo puedes encontrar alegría en medio de la pruebas?

1. ¿Qué hubiera ocurrido si Jesús rechazaba la copa del sufrimiento?

Al entrar al jardín del Getsemaní, el peso de los pecados del mundo cayó sobre él (Mateo 26:37) y le pareció que quedaba aislado de la luz de la presencia de su Padre para experimentar la suerte del pecador: la eterna separación de Dios. Torturado por ese temor_ porque en su humanidad no pudiera soportar el sufrimiento que estaba delante de él_ y angustiado por el rechazo de quienes habían venido a salvar, fue tentado a abandonar su misión y dejar que la raza humana cargara con las consecuencias de sus pecados (Mateo 26: 39, 42).

2. ¿Qué nos dicen los siguientes textos acerca del sufrimiento de Cristo en el Getsemaní? (Mateo 26:39; Marcos 14:33-36; Lucas 22:41-44)

“Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad” (Mar. 14:34).
Jesús bebió la copa del sufrimiento hasta las heces. Al caer moribundo al suelo, sintiendo los sufrimientos de la muerte por todos los hombres, un ángel del cielo vino a fortalecerle para soportar las horas de tortura que quedaban delante de él (Mateo 26:30-56; Lucas 22:43).

Esa noche Jesús fue arrestado y llevado primero ante las autoridades judías (Juan 18:13-24; Mateo 26:57-75; Lucas 22:66-71), y más tarde ante Pilato (Juan 18:28-19:16) y ante Herodes (Lucas 23:6-12). Jesús fue condenado a muerte por algunos judíos, y la sentencia recibió una vacilante ratificación del procurador romano. Ese mismo día Jesús fue conducido para su crucifixión (Juan 19:17-37).

IX. JESÚS Y USTED

Escribe un poema donde hable el sacrificio de Cristo por ti.
Haz una lista de cosas que consideran que habías sentido que Dios te abandono.
Haz una lista de cosas que consideras que Dios siempre ha estado contigo a pesar de las pruebas.
¿Qué eventos ocurrieron en la muerte de Jesús? ¿Por qué la mayor parte de la gente que presenciaba no comprendieron la magnitud del evento? ¿De qué manera podemos encontrarle el mayor significado para nuestras vidas en cada uno de esos eventos? (Mat. 27:45; Mat. 27:51, 52; Mar. 15:38)
“Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron” (Mat 27:45, 51,52).
· Nombra algunas cosas que nos revelan que Jesús esta con nosotros en los momentos difíciles.

1. ¿Qué significa para usted el sacrificio de Jesús en la cruz? (Juan 3:16).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”(Juan 3:16).
Con su muerte en la cruz, pagó la penalidad del pecado y vindicó la justicia y la misericordia de Dios. Al pie de la cruz, el egoísmo y el odio de un ser creado que aspiró ser igual a Dios, pero que se interesaba muy poco en Dios al punto de estar dispuesto a asesinar al Hijo de Dios, se enfrentaron cara a cara con el abnegado amor del Creador, que se preocupó tanto por los seres que había creado, que estuvo dispuesto a tomar la naturaleza de un esclavo y morir la muerte de un criminal con el fin de salvarlos de sus propios caminos perversos (Juan 3:16).

La cruz demostró que Dios podía ser tanto misericordioso como justo cuando perdona a los hombres sus pecados (Rom. 3:21-26).
Jesús murió en la cruz más o menos a la hora del sacrificio el viernes de tarde, y se levantó de entre los muertos el siguiente domingo de mañana (Mateo 27:45-56; 28:1-15). Después de su resurrección, quedó en la Tierra un tiempo más con el fin de que sus discípulos se familiarizaran con él como un ser resucitado y glorificado.
Sus repetidas apariciones (Lucas 24:13-45; Juan 20:19-21,25) autenticaron la resurrección. Cuarenta días más tarde ascendió al Padre, concluyendo así su ministerio terrenal (Lucas 24:50-53). "Subo a mi Padre y a vuestro Padre", dijo Jesús (Juan. 20:17). Sus instrucciones de despedida a sus seguidores eran que debían Proclamar las buenas noticias del evangelio a todo el mundo (Mateo 28:19, 20).
La confianza de que Jesús verdaderamente había surgido de la tumba y había ascendido al Padre (Lucas 24:50-53) dio un poder dinámico al evangelio mientras los apóstoles salieron a proclamarlo a todo el mundo conocido en esa generación (Hechos 4:10; 2 Pedro 1:16-18; 1 Juan 1:13).

2. ¿Cuáles fueron los crisoles que afrontó Cristo? ¿De qué maneras son similares a los nuestros o de qué modos son diferentes? ¿Qué podemos aprender acerca de la manera en que él manejó estos desafíos, que pueden ayudarnos en medio de nuestros propios crisoles? (Hechos 14:22; Filipenses 1:19; 2 Timoteo 3:12)

“Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Tim. 3:12).
No sólo los ministros de la iglesia sino todos los que se consagran a vivir como Cristo ordena, deben esperar ser mal interpretados, calumniados y sometidos a sufrimientos de toda clase (Juan 15: 18-20; 1 Ped. 4: 12-19).

REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA

Mí querido(a) amigo(a) o hermano(a): ¿Qué significa tener una vida acrisolada? ¿Podrías dar algunos ejemplos que ocurren en la vida cotidiana que se consideran como crisoles? Como cristianos, ¿realmente seguimos el ejemplo de Jesús? ¿Cuáles son las evidencias? ¿De qué manera podemos enfrentar los crisoles mientras esperamos la Segunda Venida de Cristo? Al pasar por cualquier lucha que tengas que afrontar, ¿qué esperanza y consuelo puedes obtener de la realidad del sufrimiento de Cristo por ti en la cruz? ¿Cuáles son tus textos favoritos de la Biblia con promesas, que puedes aferrarte en medio del dolor y el sufrimiento? Escríbelas, reclámalas para ti, compártelas con los demás miembros de la clase. Escribe un párrafo a modo de resumen, destacando algunos conceptos notables que obtuviste de las lecciones de este trimestre. ¿Existe todavía algunas dudas o preguntas que no quedaron resueltas de manera satisfactoria? Si permitimos que Cristo more en nuestros corazones y su regazo nos cubra, seremos triunfadores para heredar la vida eterna aunque aquí no entendamos muchas cosas, ya habrá oportunidad para Cristo nos explique cada uno de esos eventos. Lo que resta, hoy por hoy tengamos una vida de oración, consagración, estudio de la Palabra de Dios, ser y hacer discípulos, proclamar las verdades eternas, trabajar mientras el día dura, ¿Por qué no? Salir del rezago económico, progresar económicamente para la honra y la gloria de Dios mientras el dolor y el sufrimiento nos apremia.

Reflexiona conmigo el siguiente texto: “Tenemos todo que ganar en el conflicto con el poderoso enemigo, y no nos atrevamos por un momento a rendirnos a su tentación. Sabemos que en nuestra propia fuerza no es posible que tengamos éxito; pero así como Cristo se humilló y tomó nuestra naturaleza, conoce nuestras necesidades y ha soportado las más difíciles tentaciones que el hombre deba soportar, ha vencido al enemigo al resistir sus sugestiones, a fin de que el hombre pueda aprender a ser vencedor. Fue revestido con un cuerpo como el nuestro, y en todo respecto sufrió lo que sufrirá el hombre, y muchísimo más. Nunca se nos demandará que suframos como sufrió Cristo, pues los pecados no de uno sino de todo el mundo fueron colocados sobre Cristo. Sufrió la humillación, el reproche, sufrimiento y muerte para que siguiendo su ejemplo pudiéramos heredar todas las cosas” (Manuscrito 65, 1894).

Ore conmigo, por favor…“…Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hech. 14:22)…Feliz sábado

RESUMEN

Dios no solo nos proveyó consuelo y conducción en el crisol de la vida sobre la tierra, sino también envió a su único Hijo para mostrarnos la salida. Recordemos esto al afrontar las pruebas inevitables que vienen a nuestro encuentro.

Elaboró: Delfino Jarquín López, visítanos en: (www.vivafeliz.es.tl); (http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com), hay temas de interés y enlaces inmediatos.

Bibliografía: Anthony Gavin, El fuego refinador, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Octubre-Diciembre de 2007__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Octubre-Diciembre de 2007__Y. Penniecook Tricia, Sebastián Arturo, M. Roca Bernalena, Fletcher Leesa, Beard Kenneth, et al, La fragua del Orfebre, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, el universitario, Octubre-Diciembre de 2007 __ G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Pratiarcas y profetas, Profetas y reyes__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo I, II, III, IV, V, VI, VI - Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007, _ E. Wensell Paul, Vibrantes anécdotas de humor y sabiduría, APIA., 2000.

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