12/28/2007
12/26/2007
Cristo en el crisol
Para el 29 de diciembre de 2007
Lee: Mateo 2:1-18; 27:51, 52; Lucas 2:7, 22-24; 22:41-44; Juan 8:58, 59; Romanos 6:23; Tito 1:2.
Descubra y responde: ¿Por qué razones Cristo vino en esta tierra? ¿Qué crisoles enfrentó Jesús? ¿Cuáles de su niñez y juventud? ¿Cuáles en su ministerio? ¿Cuáles en el Getsemani? ¿Cuáles en el Calvario? ¿Por qué es necesario que el cristiano pase por tribulaciones, aflicciones, pruebas y persecuciones? En nuestros días, realmente, ¿Nos aborrece y persigue el mundo? Si no nos aborrece y persigue, ¿por qué no? ¿Se ha hecho el mundo más cristiano, o los cristianos más mundanos?
Memoriza y considera: “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mat. 27:46).
Pensamiento clave: ¿Qué es lo que sufrió Cristo en nuestro favor? ¿Qué podemos aprender de su sufrimiento?
“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”(Isa. 40:31). Buscar a Jehová con sinceridad y humildad para obtener sabiduría y fuerza, y luego aguardar con paciencia la dirección divina. Dios les concedería la dirección de su Espíritu para guiarlos rectamente Y para corregirlos cuando estuvieran a punto de extraviarse. Todos los que así lo deseen aún, pueden oír este "silbo apacible" (1 Rey. 19: 12) si tan sólo escuchan. “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isa. 30:21). La vida cristiana es un proceso constante de recibir de parte de Dios, y de dar a Dios. Se gastan fuerzas en el servicio del Maestro (Mar. 5: 30), pero siempre hay una nueva provisión de gracia y vitalidad que se puede recibir de Aquel que no conoce el cansancio. El que no recibe de continuo fuerza de Dios, pronto se hallará en una condición tal que no podrá servir a Dios (DTG 767). Uno de los espectáculos más asombrosos del mundo natural es el del águila que se remonta más y más sin aparente dificultad. Del mismo modo, el hijo de Dios que obtiene su fuerza de lo alto puede seguir siempre hacia adelante y hacia arriba, siempre alcanzando nuevas alturas (Sal. 103: 5), aun en medio de las pruebas y del dolor. Los cristianos tienen el privilegio de progresar continuamente de gracia en gracia y de victoria en victoria (1 Cor. 15: 57; 2 Cor 2: 14; Ed 16; DTG 633-634). Se añade fuerza sobre fuerza, y el progreso es constante. Surgen metas siempre más elevadas, y finalmente el cristiano llega al "premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Fil. 3: 14).
¿Usted ha sufrido alguna vez? ¿Habrá alguien que ha sufrido como Cristo sufrió?
· ¿Cuál es el mensaje central de esta lección?
· ¿Cómo aplicarías este mensaje en tu vida?
PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA
· Saber que Dios, por medio de Jesús, estuvo preparado para sacrificar todo para reconciliarnos con él.
· Sentir la inmensidad de lo que Cristo vino a hacer en la tierra por nosotros, y la insignificancia comparativa de nuestros propios aprietos.
· Hacer memoria de los resultados del sufrimiento de Cristo por nosotros, por nuestra redención, y entonces vivir nuestra vida en armonía con ello.
1. INFANCIA, JUVENTUD Y ADULTEZ DE JESÚS
¿De qué manera las experiencias victoriosas de Jesús, el “Yo soy”, nos ayudan en medio de las pruebas y sufrimientos?
¿Qué significado tiene el velo rasgado del templo en tu vida?
¿Qué promesas bíblicas recuerdas que te ayudan a lidiar con las experiencias difíciles de la vida?
1. ¿Cómo fue la vida de Jesús desde su niñez? ¿De manera enfrentó Jesús el sufrimiento y el dolor desde su niñez y juventud? (Luc. 2:7, 22-24; Lev. 12:6-8; Mateo 2:1-18).
Jesús nació en Belén, la ciudad de David, para poder identificarse más fácilmente como el Hijo de David y, por ello, el Mesías de las profecías del Antiguo Testamento (Lucas. 2:1-7; Miqueas 5:2).
Al octavo día fue circuncidado (Lucas 2:21), por cuanto la circuncisión era el signo del pacto y un compromiso de obediencia a sus requerimientos.
Jesús nació "bajo la ley" de Moisés y se sometió a su jurisdicción (Gálatas 4:4). Más tarde, José y María lo llevaron al templo para la ceremonia de la dedicación del primogénito (Lucas. 2:22-39; Levítico 12:1-4).
Desde muy temprano este rito había sido seguido por los hebreos como reconocimiento de la promesa de Dios de dar su Primogénito para salvar a los perdidos. En el caso de Jesús fue un reconocimiento del acto de Dios de dar a su Hijo al mundo, y el de la dedicación del Hijo a la obra que había venido a hacer.
Después de la visita de los magos (Mateo 2:1-12), mediante los cuales Dios llamó la atención de los dirigentes de la nación judía al nacimiento de su Hijo, José y María se refugiaron por breve tiempo en Egipto de la furiosa persecución de Herodes (Mateo 2:13-18).
De regreso a Palestina, por instrucción divina se establecieron en Galilea y no en Judea, sin duda para evitar el estado de anarquía que prevalecía allí durante el turbulento reinado de Arquelao (Mateo 2:19-23; Lucas 2:39, 40).
Se consideraba que a la edad de 12 años un varón judío pasaba el umbral de la niñez a la juventud. Como "hijo de la ley" llegaba a ser personalmente responsable de cumplir los requisitos de la religión judía, y se esperaba que participara en sus sagrados servicios y fiestas. De acuerdo con esto, a la edad de 12 años Jesús asistió a su primera Pascua, donde por primera vez dio evidencia de comprender su propia relación especial con el Padre y la misión de su vida (Lucas 2:41-50).
II. MINISTERIO PÚBLICO TEMPRANO DE JESÚS
¿Quién es el Espíritu Santo?
¿Cuán importante es la unción del Espíritu Santo en el ministerio evangélico?
1. ¿Qué evento importante determino el inicio del ministerio de Cristo en esta tierra? (Mateo 3:13-17)
“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mat. 3:16,17)
El bautismo de Jesús y su ungimiento con el Espíritu Santo, posiblemente en la época de la fiesta de los Tabernáculos (otoño del 27 d.C.), fue para él un acto de consagración a la tarea de su vida, que lo separó para el ministerio (Mateo 3:13-17; Hechos 10:38).
El Padre declaró públicamente que Jesús era su propio Hijo (Mateo 3:17), y Juan el Bautista reconoció la señal que se le había indicado para identificar al Cordero de Dios (Juan 1:31-34).
Después de su bautismo, se retiró al desierto para contemplar su misión. Allí, el tentador lo sometió a pruebas destinadas a apelar a sus sentidos, al orgullo y al logro de su propia misión. Antes que pudiera salir a salvar a los hombres, él mismo debía obtener la victoria sobre el tentador (Mateo 4:1-11; Hebreos 2:18).
Más tarde regresó al Jordán, donde Juan estaba predicando (Juan 1:28-34), y poco después reunió a su alrededor un pequeño grupo de seguidores: Juan, Andrés, Simón, Felipe y Natanael (Juan 1:35-51).
Su primer milagro, en Caná de Galilea (Juan 2:1-11), fortaleció la fe de ellos en él como el Mesías y les dio una oportunidad de dar testimonio de su nueva fe a otros.
III. MINISTERIO DE JESÚS EN JUDEA
¿Cuáles son las evidencias de que Cristo es vuestro Creador y Redentor?
¿Qué herramientas utilizo Jesús para enfrentar las pruebas que se le presentaron?¿De qué manera puedes utilizar esas mismas herramientas para triunfar?
1. ¿Podrías describir brevemente los diferentes crisoles que enfrentó Jesús mientras realizaba su ministerio?
Con la limpieza del templo en la época de la Pascua (la primavera siguiente, unos seis meses después de su bautismo), Jesús anunció públicamente su misión de limpiar los corazones de los hombres de la contaminación del pecado (Juan 2:13-17). Desafiado por las autoridades del templo por este acto, señaló hacia adelante en forma velada a su muerte en la cruz como el medio por el cual se proponía limpiar el templo del alma (Juan 2:18-22). La visita nocturna de Nicodemo, un consejero importante, dio a Jesús una oportunidad, bien al principio de su ministerio, de explicar el propósito de su misión a un miembro del Sanedrín (Juan. 3:1-21) cuya mente era receptiva.Más tarde, Nicodemo pudo desbaratar temporariamente los intentos de los sacerdotes para destruir a Jesús (Juan 7:50-53).
Saliendo de Jerusalén, ministro por un período prolongado en Judea (Juan 3:22). La gente se agolpaba para escucharlo, y la marea de popularidad gradualmente pasó de Juan a Jesús (Juan 4:1).
Cuando esto afectó a los discípulos de Juan (Juan 3:25-36), Jesús, deseando evitar toda ocasión de incomprensiones y disensiones, calladamente dejó sus labores y se retiró, por un tiempo, a Galilea (Juan 4:1-3).
Aprovechó esta interrupción de su ministerio en Judea para preparar el camino para su posterior ministerio exitoso en Samaria y en Galilea.
A su regreso a Jerusalén (la Pascua del 29 d.C.) sanó en sábado a un paralítico junto al estanque de Betesda, tal vez el caso peor y más conocido de cuantos se encontraban allí (Juan 5:1-15).
Los dirigentes judíos habían tenido un año entero para observar a Jesús y evaluar su mensaje, y Cristo sin duda quería que este milagro los condujera a una decisión abierta.
Acusado por los judíos de quebrantar el sábado, se defendió afirmando: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:16-18).
2. ¿Tenían evidencias los dirigentes judíos de que Jesús era el Mesías?
Habían oído y profesaban aceptar el mensaje de Juan el Bautista, y Juan había declarado que Jesús era el Hijo de Dios (Juan 5:32-35; 1:31, 34).
Los muchos milagros que había realizado durante su ministerio en Judea (Juan 2:23) y, en particular, la curación del hombre paralítico ese mismo sábado, testificaban acerca de su afirmación (Juan 5:16). Por estar haciendo las obras de su Padre (Juan 5:17,36) testificaba de que había venido del Padre.
El Padre mismo había declarado que era su Hijo (Juan 5: 37, 38).
La evidencia suprema del mesianismo de Jesús era la que se encontraba en los escritos de Moisés que ellos profesaban aceptar, y que serían sus acusadores si lo rechazaban (Juan 5:39-47).
Los sacerdotes y gobernantes sin duda hubieran matado a Jesús allí mismo si se hubiesen atrevido, pero temieron los sentimientos populares que estaban demasiado en su favor (Juan 5:16, 18). Sin embargo, rechazaron sus afirmaciones y decidieron quitarle la vida en algún momento futuro. De allí en adelante, los escritores evangélicos mencionan con frecuencia a espías enviados para observar a Jesús e informar lo que hacía y decía, lo que mostraba que los sacerdotes y gobernantes intentaban consolidar acusaciones contra él (Lucas 11:54; 20:20). También, por esta época, Herodes Antipas encarceló a Juan el Bautista (Lucas 3:19, 20). Estos dos eventos: el rechazo por el Sanedrín y el encarcelamiento de Juan el Bautista; señalan el fin del ministerio de Jesús en Judea (Mateo 4:12; Juan. 7:1). Para evitar conflictos sin sentido con los maestros de Jerusalén, desde entonces restringió sus labores principalmente a Galilea y, en realidad, no volvió a Jerusalén hasta la fiesta de los Tabernáculos (un año y medio más tarde).
IV. PLOCLAMANDO EL REINO DE DIOS EN GALILEA Y LA ORDENACIÓN DE LOS DOCE DISCIPULOS
¿Cuáles son las estrategias para proclamar “el reino de Dios”?
Los galileos eran menos complicados y menos dominados por sus dirigentes que los judíos de Judea, y sus mentes estaban más abiertas para recibir la verdad. Durante su ministerio en Galilea el entusiasmo creció tanto que se vio obligado, algunas veces, a esconderse para que las autoridades romanas no tuvieran ocasión de temer una insurrección. Por un tiempo pareció que los galileos lo recibirían como el Mesías. Abrió su obra en Galilea, en Nazaret, cuya población lo conocía mejor y deberían haber sido los que estuvieran mejor preparados para darle la bienvenida (Lucas 4:16-30). En la sinagoga, el sábado les explicó la naturaleza y el propósito de su misión, pero ellos rehusaron aceptarlo y quisieron quitarle la vida.
1. ¿Qué evidencias nos da la Biblia que Jesús era realmente hombre y también divino, Creador de los cielos y la tierra? (Marcos 1:14, 15; 2:1-12; Lucas 4:31, 43).
Dejando Nazaret, Jesús hizo de Capernaum su centro de labores en Galilea (Mateo 4:13-17). Junto al mar, una mañana llamó a Pedro y Andrés, y a Jacobo y a Juan para que se le unieran como colaboradores suyos y lo siguieran como discípulos de tiempo completo (Lucas 5:1-11; Mateo. 4:18-22). Los sentimientos subieron tanto de tono, que Jesús se sintió impulsado a abandonar Capernaum por un tiempo y trabajar en otra parte (Marcos 1:28, 33, 37, 38). Así salió en su primer viaje por los pueblos y las aldeas de Galilea, proclamado que "el reino de Dios" se había "acercado" (Marcos 1:14, 15; Lucas 4:31, 43). De regreso en Capernaum, sanó al paralítico que había sido bajado por el techo (Marcos 2:1-12). Como testigos del milagro había una delegación de "fariseos y doctores de la ley" de todas partes de Judea y de Galilea y también representantes de las autoridades de Jerusalén (Lucas 5:17) que sin duda habían venido para investigar y estorbar sus labores exitosas. Al perdonar y sanar al paralítico, les dio una evidencia indiscutible del poder del Cielo en operación, y que su autoridad era divina (Lucas 5:18-24). El fracaso de los intentos de desacreditar a Jesús es evidente por el aumento de la popularidad que caracterizaba su obra (Marcos 3:7, 8).
Durante el intervalo entre la primera y la segunda gira por Galilea, Jesús ordenó a doce de sus seguidores para que fueran apóstoles (Marcos 3:13-19). El mismo día (Lucas 6:13-20) presentó el Sermón del Monte, dirigido primariamente a sus discípulos, pero que oyó también una gran multitud (Mateo 5-7).
2. ¿De qué manera Jesús se ofreció como un sacrificio por los pecados de todo el mundo? (Mateo 12:22-24; Lucas 4:21-30; Juan 8:38, 59).
“Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre” (Juan 8:37,38)
En este sermón, que se puede considerar como el discurso inaugural de Jesús como Rey del reino de la gracia divina y como su constitución, planteó sus principios fundamentales. Poco después salió en su segunda gira por Galilea (Lucas 8:1-3), que está descripta con más detalles que cualquiera de las otras. Durante ella, demostró el poder de su reino y su valor para los hombres.
Se inició (Lucas 7:11-17) y terminó (Marcos 5:21-43) con revelaciones de su potestad sobre la muerte.
Jesús también demostró su dominio sobre la naturaleza (Mateo 8:23-27) y sobre los demonios (Mateo 12:22-45; Marcos 5:1-20).
Como Rey del reino de la gracia divina, Jesús podía liberar a los hombres del temor a la muerte, a los elementos de la naturaleza y a los demonios, lo que resumía muy bien los temores populares de la época.
Durante esta gira Jesús dio su sermón junto al mar (Mateo 13:1-53), con una serie de parábolas en las que presenta los mismos principios que había enseñado de un modo más formal en el Sermón del Monte.
En su tercera gira por Galilea envió a los Doce, de dos en dos, para adquirir experiencia en la evangelización personal (Mateo 9:36-11:1).
En su ausencia, en compañía de otros discípulos, visitó de nuevo Nazaret, donde sus conciudadanos lo rechazaron por segunda vez (Marcos 6:1-6).
Esta gira terminó por el tiempo de la Pascua (primavera del 30 d.C.). La evidencia del poder divino en el milagro de los panes y los peces (Marcos 6:30-44) fue aceptada por los 5 000 hombres presentes como la prueba cumbre de que el Libertador largamente esperado estaba entre ellos.
Tenían un hombre que podía alimentar a todo un ejército, sanar a todos los soldados heridos y aun levantarlos de los muertos, conquistar las naciones, restaurar el dominio a Israel y transformar a Judea en un paraíso terrenal, como lo habían predicho los profetas de la antigüedad.
Quisieron coronarlo rey, pero se rehusó (Juan 6:14, 15).
Este fue el punto culminante de su ministerio. Después de una noche de tormenta en el mar (Mateo 14:22-36) regresó a Capernaum, donde dio el sermón sobre el Pan de Vida (Juan 6:25-7:1).
La gente que había pensado en Jesús como gobernante de un reino terrenal ahora se dio cuenta de que el suyo era un reino espiritual, y la mayoría de ellos "se volvieron atrás" (Juan 6:66).
La corriente del entusiasmo popular se volvió contra Jesús en Galilea como había ocurrido en Judea un año antes.
V. JESÚS RECHAZADO POR LOS LÍDERES Y EL PUEBLO
1. ¿Por qué razones os aborrece el mundo?
“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra” (Juan 15:18-20).
· El mundo odia a aquellos cuyos intereses y cuyas simpatías discrepan con él (Juan 7: 7).
· En el futuro los discípulos verían la furia plena del odio del mundo.
· Los discípulos no son del mundo, por eso el mundo no los ama. Ellos habían sido del mundo, pero habían prestado atención a la invitación de Jesús de salir del mundo.
Las razones por las cuales el mundo os aborrece son:
· La permanencia en Cristo (Juan 15: 4)
· El dar los frutos de justicia (Juan 15:5)
· La demostración de esos frutos (Juan 15:16).
Los hechos del mundo son reprobados por la vida recta y el testimonio manifiesto del cristiano (Juan 7: 7; 1 Juan 3: 13).
2. ¿Nos aborrece el mundo? Si no nos aborrece, ¿por qué no? ¿Se ha hecho el mundo más cristiano, o los cristianos más mundanos?"
Jesús ahora suspendió sus labores públicas en favor del pueblo de Galilea. Rechazado por los líderes y por el pueblo, percibió que su obra estaba llegando rápidamente a su conclusión. Ante él se erguían en un vívido bosquejo las escenas de su sufrimiento y muerte, pero ni sus discípulos lo entendieron. Como la gente en general, todavía concebían su reino como un dominio terrenal. En repetidas ocasiones Jesús volvió a analizar con ellos su condición de Mesías y su misión en un esfuerzo por prepararlos para el gran chasco que experimentarían. En Cesarea de Filipo (Mateo 16:13-28), sobre el Monte de la Transfiguración (Mateo 7:1-13), Y mientras andaban por el camino (Mateo 7: 22, 23), les explicó que como Mesías tenía que sufrir y morir. También, durante ese período, se retiró a las regiones no judías de Fenicia (Mateo 15:21-28), Cesarea de Filipo (Mateo 16:13-28) y a Decápolis (Marcos 7: 31-8:10), intentando despertar en sus discípulos un sentido de responsabilidad por lo paganos. La confesión de fe en Cesarea de Filipo (Mateo 16:13-20) señaló un punto notable en la relación de los discípulos hacia Jesús.
Su comprensión de la misión de Cristo había crecido durante el tiempo de su asociación con él. Ahora, por la vez, dieron evidencia de su aprecio por ella.
3. ¿Qué podemos aprender de Cristo para soportar el dolor del rechazo? (Juan 8:12-59).
“Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue” (Juan 8:57-59).
En el otoño de ese año, Jesús y sus discípulos asistieron a la fiesta de los Tabernáculos (Juan 7:2-13). Esta fue su primera visita a Jerusalén desde la curación del paralítico junto al estanque de Betesda y el rechazo del Sanedrín unos 18 meses antes. El tema de Cristo como el Mesías estaba en la mente de todos, y sabían también del complot contra su vida (Juan 7:25-31). Había una clara división de opinión acerca de si Jesús debía ser aceptado como Mesías o debía ser muerto (Juan 7:40-44). Cuando hubo un intento de arrestar a Jesús, Nicodemo silenció a los complotadores (Juan 7:45-53). Se hizo otro intento de entramparlo (Juan 8:2-11). Mientras estaba enseñando en el templo, las autoridades lo desafiaron otra vez, y él, a su vez, abiertamente afirmó que Dios era su Padre y se declaró el Enviado de Dios. Como resultado intentaron apedrearle allí mismo (Juan 8:12-59). Sin embargo, escapó (Juan 8:59), y aparentemente regresó brevemente a Galilea antes de salir de allí en su último viaje a Jerusalén (Lucas 9:51-56).
VI. EN SAMARIA Y PEREA Y LA COMISION DE LOS 70 DISCIPULOS
¿Qué crees que quiso decir Jesús cuando afirmó, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”
1. ¿Por qué razones Jesús comisionó otros 70 discípulos más? ¿No eran suficientes los primeros?
Los siguientes meses Jesús los pasó trabajando en Samaria y Perea, y envió a los 70 en su misión (Lucas 10:1-24). Poco se sabe de la ruta exacta que tomó Jesús, pero Lucas registra en forma completa las parábolas y las experiencias de este período (Lucas 9:51-18: 34). Ahora se movía públicamente y enviaba mensajeros delante de sí que anunciaban su llegada (Lucas 9:52; 10:1); avanzaba hacia el escenario de su gran sacrificio, y la atención de la gente debía ser dirigida hacia él. Durante su estadía en Perea, la multitud otra vez se reunió a su alrededor como lo había hecho en los primeros días de su ministerio en Galilea (Lucas 12:1). Unos tres meses antes de la Pascua subió a Jerusalén para asistir a la fiesta de la Dedicación (Juan 10:22). Las autoridades otra vez se acercaron a él en el templo, exigiéndole: "Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente" (Juan 10: 24). Después de una breve discusión, los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle por hacerse Dios (Juan 10:25-33). Un poco más tarde procuraron arrestarlo, pero otra vez escapó de sus manos y regresó a Perea (Juan 10:39, 40).
2. ¿De qué manera Jesús manifestó evidencias de que él es la resurrección y la vida?(Juan 11:1-44).
La muerte de Lázaro, pocas semanas antes de la crucifixión, le hizo regresar brevemente a la región de Jerusalén, donde realizó su milagro supremo, en presencia de una cantidad de dirigentes judíos, que puso de manifiesto evidencias que los sacerdotes no podían negar ni malinterpretar (Juan 11:1-44).
· Este milagro estampó el sello de Dios sobre la obra de Jesús como el Mesías, pero cuando los dirigentes de Jerusalén fueron informados al respecto (Juan 11: 45, 46), decidieron quitar a Jesús de su camino en la oportunidad que se les presentara (Juan 11:47-53).
· Esta evidencia del poder sobre la muerte fue la prueba culminante de que en la persona de Jesús, Dios había realmente enviado a su Hijo al mundo para salvar a los hombres del pecado y de su penalidad, la muerte.
· Los saduceos, que negaban una vida después de la muerte, estaban sin duda completamente alarmados, y se unieron con los fariseos en una decidida determinación de silenciar a Jesús (Juan 11: 47).
· No deseando apresurar la crisis antes de tiempo, Jesús otra vez se retiró de Jerusalén por una temporada (Juan 11:54).
VII. LA ENTRADA TRIUNFAL DE JESUS
¿Qué armas estan dirigidas contra ti?
¿Quién dirige nuestras reacciones, nuestra fe o nuestras circunstancias?
¿Te sientes vencido y destruido por las pruebas, o eres un vencedor y has sido fortalecido por ellas? ¿Sí?¿No?¿Por qué?
¿De qué manera has exaltado el nombre de Jesús?
1. ¿Por qué Jesús se declaró públicamente como el Mesías? (Mateo 21:1-11).
“Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”(Mat. 21:8,9)
Unas pocas semanas después de la resurrección de Lázaro, Jesús dirigió sus pasos una vez más hacia Jerusalén. Pasó el sábado en Betania (Juan 12:1) donde Simón le ofreció un banquete (Mateo 26:6-13; Lucas 7:36-50). Por ese tiempo, Judas fue al palacio del sumo sacerdote y se ofreció para traicionar a Jesús y entregarlo en sus manos (Mateo 26:14,15).
El domingo Jesús entró triunfalmente en Jerusalén, manifestándose públicamente como el Mesías-Rey (Mateo 21:1-11). El entusiasmo del pueblo que había venido a Jerusalén para la Pascua llegó a un punto muy alto y lo saludaron como rey. Sus discípulos sin duda tomaron su aceptación de estos homenajes como prueba de que sus acariciadas esperanzas estaban a punto de cumplirse, y la multitud creyó que la hora de su emancipación del yugo romano estaba por llegar. Jesús sabía que estos actos lo llevarían a la cruz, pero era su propósito llamar públicamente la atención de todos al sacrificio que estaba a punto de realizar.
El lunes limpió el templo por segunda vez (Mateo 21:12-17), repitiendo al fin de su ministerio el mismo acto con el que había iniciado su obra tres años antes. Esto era un desafío directo a la autoridad de los sacerdotes y gobernantes. Cuando disputaron su derecho a actuar del modo en que lo hizo "¿Con qué autoridad haces estas cosas?" (Mateo 21:23), les contestó de modo que revelaron su incompetencia para evaluar sus credenciales como Mesías (Mateo 21:24-27). Con una serie de parábolas (Mateo 21:28-22:14) describió el curso que los dirigentes judíos estaban tomando al rechazarlo como el Mesías, y en sus respuestas a una serie de preguntas que le hicieron (Mateo 22:15-46) refutó a sus críticos al punto de que ninguno de ellos se atrevió a preguntarle más.
2. ¿Cuáles eran los crisoles que enfrentó Jesús mientras realizaba su ministerio en esta tierra? (Mateo 23:37).
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”(Mat. 23:37)
Después de exponer públicamente el carácter corrupto de los escribas y fariseos, Jesús se apartó del templo para siempre (Mateo 23) declarando: "He aquí vuestra casa os es dejada desierta" (Mateo 23:38); apenas el día anterior se había referido al templo como "mi casa" (Mateo 21:13). Con esta declaración desheredó a la nación judía de la relación de pacto. Le quitó "el reino de Dios" para darlo "a gente que produzca los frutos de él" (Mateo 21:43). Esa noche Jesús se apartó al monte de los Olivos, y a la pregunta de cuatro de sus discípulos (Marcos 13:3) bosquejó lo que todavía debía ocurrir antes del establecimiento de su reino visible sobre la tierra (Mateo 24 y 25).
El miércoles de la semana de la pasión lo pasó aislado con sus discípulos.
El jueves de noche celebró la Pascua con ellos, y a su vez instituyó la Cena del Señor (Lucas 22:14-30; Mateo 26:26-29; Juan 13:1-20). Después de la cena les dio extensos consejos acerca del futuro y de su regreso (Juan 14-16).
VIII. EN EL JARDIN DEL GETSEMAÍ Y EL CALVARIO
¿Qué significa la expresión de Jesús: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte”?
¿De qué manera la victoria de Cristo en el jardín nos ayuda con nuestras batallas?
¿Cómo puedes encontrar alegría en medio de la pruebas?
1. ¿Qué hubiera ocurrido si Jesús rechazaba la copa del sufrimiento?
Al entrar al jardín del Getsemaní, el peso de los pecados del mundo cayó sobre él (Mateo 26:37) y le pareció que quedaba aislado de la luz de la presencia de su Padre para experimentar la suerte del pecador: la eterna separación de Dios. Torturado por ese temor_ porque en su humanidad no pudiera soportar el sufrimiento que estaba delante de él_ y angustiado por el rechazo de quienes habían venido a salvar, fue tentado a abandonar su misión y dejar que la raza humana cargara con las consecuencias de sus pecados (Mateo 26: 39, 42).
2. ¿Qué nos dicen los siguientes textos acerca del sufrimiento de Cristo en el Getsemaní? (Mateo 26:39; Marcos 14:33-36; Lucas 22:41-44)
“Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad” (Mar. 14:34).
Jesús bebió la copa del sufrimiento hasta las heces. Al caer moribundo al suelo, sintiendo los sufrimientos de la muerte por todos los hombres, un ángel del cielo vino a fortalecerle para soportar las horas de tortura que quedaban delante de él (Mateo 26:30-56; Lucas 22:43).
Esa noche Jesús fue arrestado y llevado primero ante las autoridades judías (Juan 18:13-24; Mateo 26:57-75; Lucas 22:66-71), y más tarde ante Pilato (Juan 18:28-19:16) y ante Herodes (Lucas 23:6-12). Jesús fue condenado a muerte por algunos judíos, y la sentencia recibió una vacilante ratificación del procurador romano. Ese mismo día Jesús fue conducido para su crucifixión (Juan 19:17-37).
IX. JESÚS Y USTED
Escribe un poema donde hable el sacrificio de Cristo por ti.
Haz una lista de cosas que consideran que habías sentido que Dios te abandono.
Haz una lista de cosas que consideras que Dios siempre ha estado contigo a pesar de las pruebas.
¿Qué eventos ocurrieron en la muerte de Jesús? ¿Por qué la mayor parte de la gente que presenciaba no comprendieron la magnitud del evento? ¿De qué manera podemos encontrarle el mayor significado para nuestras vidas en cada uno de esos eventos? (Mat. 27:45; Mat. 27:51, 52; Mar. 15:38)
“Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron” (Mat 27:45, 51,52).
· Nombra algunas cosas que nos revelan que Jesús esta con nosotros en los momentos difíciles.
1. ¿Qué significa para usted el sacrificio de Jesús en la cruz? (Juan 3:16).
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”(Juan 3:16).
Con su muerte en la cruz, pagó la penalidad del pecado y vindicó la justicia y la misericordia de Dios. Al pie de la cruz, el egoísmo y el odio de un ser creado que aspiró ser igual a Dios, pero que se interesaba muy poco en Dios al punto de estar dispuesto a asesinar al Hijo de Dios, se enfrentaron cara a cara con el abnegado amor del Creador, que se preocupó tanto por los seres que había creado, que estuvo dispuesto a tomar la naturaleza de un esclavo y morir la muerte de un criminal con el fin de salvarlos de sus propios caminos perversos (Juan 3:16).
La cruz demostró que Dios podía ser tanto misericordioso como justo cuando perdona a los hombres sus pecados (Rom. 3:21-26).
Jesús murió en la cruz más o menos a la hora del sacrificio el viernes de tarde, y se levantó de entre los muertos el siguiente domingo de mañana (Mateo 27:45-56; 28:1-15). Después de su resurrección, quedó en la Tierra un tiempo más con el fin de que sus discípulos se familiarizaran con él como un ser resucitado y glorificado.
Sus repetidas apariciones (Lucas 24:13-45; Juan 20:19-21,25) autenticaron la resurrección. Cuarenta días más tarde ascendió al Padre, concluyendo así su ministerio terrenal (Lucas 24:50-53). "Subo a mi Padre y a vuestro Padre", dijo Jesús (Juan. 20:17). Sus instrucciones de despedida a sus seguidores eran que debían Proclamar las buenas noticias del evangelio a todo el mundo (Mateo 28:19, 20).
La confianza de que Jesús verdaderamente había surgido de la tumba y había ascendido al Padre (Lucas 24:50-53) dio un poder dinámico al evangelio mientras los apóstoles salieron a proclamarlo a todo el mundo conocido en esa generación (Hechos 4:10; 2 Pedro 1:16-18; 1 Juan 1:13).
2. ¿Cuáles fueron los crisoles que afrontó Cristo? ¿De qué maneras son similares a los nuestros o de qué modos son diferentes? ¿Qué podemos aprender acerca de la manera en que él manejó estos desafíos, que pueden ayudarnos en medio de nuestros propios crisoles? (Hechos 14:22; Filipenses 1:19; 2 Timoteo 3:12)
“Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Tim. 3:12).
No sólo los ministros de la iglesia sino todos los que se consagran a vivir como Cristo ordena, deben esperar ser mal interpretados, calumniados y sometidos a sufrimientos de toda clase (Juan 15: 18-20; 1 Ped. 4: 12-19).
REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA
Mí querido(a) amigo(a) o hermano(a): ¿Qué significa tener una vida acrisolada? ¿Podrías dar algunos ejemplos que ocurren en la vida cotidiana que se consideran como crisoles? Como cristianos, ¿realmente seguimos el ejemplo de Jesús? ¿Cuáles son las evidencias? ¿De qué manera podemos enfrentar los crisoles mientras esperamos la Segunda Venida de Cristo? Al pasar por cualquier lucha que tengas que afrontar, ¿qué esperanza y consuelo puedes obtener de la realidad del sufrimiento de Cristo por ti en la cruz? ¿Cuáles son tus textos favoritos de la Biblia con promesas, que puedes aferrarte en medio del dolor y el sufrimiento? Escríbelas, reclámalas para ti, compártelas con los demás miembros de la clase. Escribe un párrafo a modo de resumen, destacando algunos conceptos notables que obtuviste de las lecciones de este trimestre. ¿Existe todavía algunas dudas o preguntas que no quedaron resueltas de manera satisfactoria? Si permitimos que Cristo more en nuestros corazones y su regazo nos cubra, seremos triunfadores para heredar la vida eterna aunque aquí no entendamos muchas cosas, ya habrá oportunidad para Cristo nos explique cada uno de esos eventos. Lo que resta, hoy por hoy tengamos una vida de oración, consagración, estudio de la Palabra de Dios, ser y hacer discípulos, proclamar las verdades eternas, trabajar mientras el día dura, ¿Por qué no? Salir del rezago económico, progresar económicamente para la honra y la gloria de Dios mientras el dolor y el sufrimiento nos apremia.
Reflexiona conmigo el siguiente texto: “Tenemos todo que ganar en el conflicto con el poderoso enemigo, y no nos atrevamos por un momento a rendirnos a su tentación. Sabemos que en nuestra propia fuerza no es posible que tengamos éxito; pero así como Cristo se humilló y tomó nuestra naturaleza, conoce nuestras necesidades y ha soportado las más difíciles tentaciones que el hombre deba soportar, ha vencido al enemigo al resistir sus sugestiones, a fin de que el hombre pueda aprender a ser vencedor. Fue revestido con un cuerpo como el nuestro, y en todo respecto sufrió lo que sufrirá el hombre, y muchísimo más. Nunca se nos demandará que suframos como sufrió Cristo, pues los pecados no de uno sino de todo el mundo fueron colocados sobre Cristo. Sufrió la humillación, el reproche, sufrimiento y muerte para que siguiendo su ejemplo pudiéramos heredar todas las cosas” (Manuscrito 65, 1894).
Ore conmigo, por favor…“…Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hech. 14:22)…Feliz sábado
RESUMEN
Dios no solo nos proveyó consuelo y conducción en el crisol de la vida sobre la tierra, sino también envió a su único Hijo para mostrarnos la salida. Recordemos esto al afrontar las pruebas inevitables que vienen a nuestro encuentro.
Elaboró: Delfino Jarquín López, visítanos en: (www.vivafeliz.es.tl); (http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com), hay temas de interés y enlaces inmediatos.
Bibliografía: Anthony Gavin, El fuego refinador, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Octubre-Diciembre de 2007__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Octubre-Diciembre de 2007__Y. Penniecook Tricia, Sebastián Arturo, M. Roca Bernalena, Fletcher Leesa, Beard Kenneth, et al, La fragua del Orfebre, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, el universitario, Octubre-Diciembre de 2007 __ G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Pratiarcas y profetas, Profetas y reyes__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo I, II, III, IV, V, VI, VI - Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007, _ E. Wensell Paul, Vibrantes anécdotas de humor y sabiduría, APIA., 2000.
12/13/2007
Esperando en el crisol
Para el 15 de diciembre de 2007
Lee: 1 Samuel 26; Salmos 37:1-11; Romanos 5:3-5; 15:4, 5.
Descubra y responde, ¿Por qué razones debemos tener paciencia en medio de los crisoles? ¿Qué relación existe entre la paciencia y la esperanza? ¿Cuál es el lugar de la oración, para obtener paciencia?
Memoriza y considera: “Mas el fruto del Espíritu es… paciencia” (Gál. 5:22).
Pensamiento clave: ¿Por qué a veces tenemos que esperar las cosas por tanto tiempo? ¿Qué lecciones podemos aprender acerca de la paciencia mientras estamos en el crisol?
¿Usted ha esperado alguna vez? ¿Quién ha esperado? ¿Cuánto tiempo ha esperado? ¿Por qué ha esperado? ¿Qué virtud se desarrolla al esperar?
Los que cobran en los bancos son tiempo de espera. En las grandes ciudades el tráfico es aglomerado, conviene esperar. Esperar hasta que la luz verde encienda en los semáforos para continuar. Esperar el avión, el autobús, ¿Cuánto tiempo esperas?
Esperar para estudiar y terminar una carrera, esperar para casarse con la chica o el chico que amas, esperar tu turno en una cola para comprar algo, esperar es una conducta aprendida o una virtud, ¿Por qué tenemos que esperar siempre? ¿Qué función tiene el tiempo en la espera? ¿Sabes esperar? ¿Cuánto falta para que amanezca?
Las familias sufren por motivos económicos, falta de empleo y por ende de dinero. ¿Eres un desempleado? ¿Cuánto tiempo tienes que esperar para que te contraten? ¿Cuánto tiempo ha transcurrido ya, mientras esperas la paga por el trabajo realizado?
¿Hasta cuando tenemos que esperar en nuestro sufrimiento? Los enfermos imploran, por favor, ya no más dolor. Ya no lo soporto. ¿Hasta cuando Señor?
· ¿Cuál es el mensaje central de esta lección?
· ¿Cómo aplicarías este mensaje en tu vida?
PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA
· Saber que Dios quiere que tengamos cosas buenas, pero que las tengamos en el momento correcto para nuestro desarrollo espiritual.
· Sentir que la entrega y la sumisión sean hechas en el tiempo de Dios: en otras palabras, tener paciencia.
· Hacer peticiones a Dios para que nos dé la paciencia que no nos viene en forma natural, y a permanecer abiertos a aceptar los tiempos de Dios.
I. LA PACIENCIA VERSUS IMPACIENCIA
· ¿Qué significa paciencia?
¿Cuál es el antídoto de la desesperación?
· ¿Cuáles son las características de una persona paciente?
1. ¿Qué es la paciencia?
“La paciencia es la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Es la facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho”.
2. ¿Qué significa la paciencia, desde la perspectiva bíblica?
La palabra griega makrothumía, "paciencia", "firmeza", "constancia", "resistencia"; hupomone, "paciencia", "constancia", "fortaleza", "perseverancia", "firmeza".
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La paciencia esta incluida en la lista de las virtudes cristianas (Rom. 5:3, 4; 2 Cor. 6:4; 1 Tim. 6:11; 2 Ped. 1:6; 2 Tim. 3:10).
La paciencia se basa en la esperanza (Rom. 8:24, 25; 1 Tes. 1:3). En vista de que "a través de muchas tribulaciones entraremos en el reino de Dios" (Hech. 14:22), y particularmente por cuanto la entrada en ese reino venidero de gloria involucra un prolongado período de espera, la paciencia o constancia perseverante llega a ser una virtud cristiana cardinal (Heb. 10:36; Sant. 1:3, 4); paciencia que siempre nos recuerda: "Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" (Rom. 8:18).
El término "paciencia" aparece dos veces en el Antiguo Testamento: en Job 6:11, cuyo sentido es "prolongar la vida" y en Prov. 25:15 es, "soportar con buen ánimo".
3. ¿Sabes algo… de algunos personajes bíblicos que tuvieron paciencia? (Sant. 5:7-11).
“Hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra. Aguarda con paciencia hasta recibir la lluvia temprana y tardía. Tened también vosotros paciencia, afirmad vuestro corazón, porque la venida del Señor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos de otros, para que no seáis condenados. Mirad que el Juez está a la puerta. Hermanos míos, tomad por modelo de aflicción y paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. Consideramos felices a los que soportaron con paciencia. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor. El Señor es muy misericordioso y compasivo” (Sant. 5:7-11).
Noé esperó con paciencia 120 largos años mientras construía el arca y predicaba el mensaje del Diluvio.
David estaba contento en dejar todo en las manos de Dios, y en ninguna forma intentaba determinar el camino que Dios debía seguir. Alegremente puso todos sus planes a los pies de su Maestro, para esperar con paciencia el desarrollo de los misteriosos procedimientos de Dios. Mientras Saúl lo intentaba matarlo.
Job soportó la prueba más atroz y con paciencia nos dejo un legado digno de imitar cuando pasemos en los momentos más difíciles de nuestra vida.
Ezequiel con la muerte de su esposa y sin dejar huella de luto y lágrimas, ¿quién podrá soportar?
Oseas suportó con paciencia su esposa Gomer.
4. ¿Podrías citar algunos hombres o mujeres que actuaron de modo impaciente? ¿Qué lecciones podemos aprender, nosotros que vivimos en el siglo XXI, cuando la vida es agitada, apresurada e impaciente? (1 Sam. 26; Gén. 16:1-3; Núm. 20:10-12; Juec. 14:1-3; Mat. 20:20, 21; Luc. 9:52-56; Hech. 9:1.
Saúl (1 Sam 26)
El triunfo de Elías (1 Reyes 18) e inmediatamente el contraste del desaliento y el temor de Elías (1 Reyes 19:1-9)
Abraham (Gén. 16:1-3)
Moisés hiere la roca (Núm. 20:10-12)
La locura de Sansón por no saber esperar, tomó mujer de los filisteos (Juec. 14:1-3).
El pedido de la madre de los hijos de Zebedeo (Jacobo y Juan). Jesús le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
5. Reflexiona, ¿Practicas la paciencia? ¿Cuál es el remedio si te encuentras desesperado y desalentado? (Rom 15:4,5).
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Rom. 15:4).
La esperanza significa: "confianza", "expectativa", "seguridad", "deseo expectante". En la Biblia estas actitudes se expresan frecuentemente como dirigidas hacia Dios y las cosas celestiales, y afirmadas en ellas.
El salmista, al meditar sobre la incertidumbre y la vanidad de la vida, se dirigía a Dios como la base sólida de su esperanza (Sal. 39:7; 71:5; 146:5) y centraba su expectativa de salvación en Dios (Sal. 119:116).
La venida de Jesús al mundo dio nuevo contenido y forma a la esperanza. El cristiano se salva en la "esperanza" (Rom. 8:24), esperanza que recibimos por gracia (2 Tes. 2:16). Fuera de Cristo no hay esperanza (Efe. 2:12,13), pero Cristo es para el creyente "la esperanza de gloria" (Col. 1:27).
La justificación por la fe produce paz y gozo "en la esperanza de la gloria de Dios" (Rom. 5:1,2). Mediante el Espíritu el cristiano espera "por fe la esperanza de la justicia" (Gál. 5:5). La segunda venida de Cristo es para él la bienaventurada esperanza (Tit. 2:13).
Se dice que la esperanza es una "segura y firme ancla del alma" (He. 6:17-19). Basada en el sólido fundamento de la fe cristiana, imparte valor, entusiasmo, optimismo y gozo. Es un antídoto para la desesperación y el desaliento. Estimula a una actividad plena de propósito, particularmente para el avance del reino de Dios.
II. ¿HASTA CUANDO SEÑOR?
· ¿Cuánto tiempo has esperado para terminar una carrera profesional? Tal vez, veinte años o más.
· ¿Con qué alegría esperas ver un nuevo amanecer? ¿Con cuanta alegría esperas el sábado? ¿Has esperado la venida de Nuestro Señor Jesucristo? ¿Cuál es el lugar de la oración en el desarrollo de la paciencia?
· ¿Qué seguridad nos dan las profecías de tiempo?¿Qué profecías de tiempo conoces?¿Con qué exactitud fueron cumplidas?¿Qué profecías de la Biblia falta por cumplirse?
1. ¿Sabemos esperar y tenemos paciencia en los momentos de tribulación, aflicción y desdenes?
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”(Rom. 5:3-5)
La esperanza de la gloria futura y el paciente sufrimiento de las dificultades actuales van juntos. Jesús lo destacó cuando dijo: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16: 33).
La palabra griega thlípsis significa "presión", "aplastamiento", "opresión", y se ha traducido de diversas formas, como "congojas", "aflicciones". Los cristianos no deben convertirse en fanáticos que se gloríen en el sufrimiento por el sufrimiento mismo; pero sí regocijarse en las aflicciones porque consideran que es un honor sufrir por Cristo, porque comprenden que es una ocasión para testificar del poder de Jesús que los sostiene y los libera, porque saben que el sufrimiento debidamente soportado (Heb. 12: 11) se convierte en un medio de su propia santificación y preparación, y también para ser útiles aquí y en el más allá. Tal vez unas de las razones más contundentes por las cuales debemos esperar dentro del crisol, sería por dar un testimonio viviente a los que nos rodean. El apóstol Pablo que había vivido, sabía perfectamente lo que decía: "la tribulación produce paciencia".
La "paciencia" puede sugerir sólo una resistencia pasiva ante el mal, la tranquila sumisión del alma que se resigna a sufrir, sin embargo; equivale también a una virtud activa, una valiente perseverancia y persistencia que no puede ser conmovida por temor al mal o al peligro. Dos palabras que el cristiano, nunca debe de olvidar mientras el pronto regreso de su Señor, es la "perseverancia" o "resistencia". El “hupomone”, se ha traducido por lo general en el Nuevo Testamento como "perseverar", "soportar" (Mat. 10: 22; 24: 13; Mar. 13: 13; 1 Cor. 13: 7; 2 Tim. 2: 10; Heb. 10: 32; 12: 2, 7; Sant. 1: 12; 5: 11).
2. ¿Qué relación existe entre la paciencia y la esperanza? (Rom. 5: 3-5; 1 Tes. 1: 3).
Las pruebas y las aflicciones que son soportadas pacientemente demuestran que la religión y el carácter de una persona son genuinos. Cuando las pruebas de la tribulación se soportan con paciencia, la fe del cristiano se confirma y purifica, y se engendra una esperanza cada vez más confiada. Lo que en primer lugar fortalece al creyente para soportar las pruebas es su esperanza inicial de compartir la gloria de Dios (Rom. 5:2); y a medida que continúa soportando, va obteniendo una seguridad firme y tranquila. La esperanza y la fe crecen a medida que son probadas y ejercitadas. Por ejemplo, la fe en Cristo que ya existía en los discípulos fue confirmada y aumentada por el milagro que Jesús hizo en Caná (Juan 2: 11).
3. ¿De qué manera soportó Job los crisoles y cómo fue bendecido después? (Job 42:12-17).
La experiencia de Job ilustra la forma en que una severa disciplina del carácter puede fortalecer la fe y la esperanza de un creyente sincero. La Palabra de Dios dice, al respecto: “Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, y tuvo siete hijos y tres hijas. Llamó el nombre de la primera, Jemima, el de la segunda, Cesia, y el de la tercera, Keren-hapuc. Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos. Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno de días” (Job 42:12-17).
Job, el que estuvo tan seguro de encontrarse al borde del sepulcro, vivió casi siglo y medio más. La vida que había parecido arruinada, floreció de nuevo con mayor brillo que antes. Las bendiciones que parecían haberse esfumado para siempre, regresan en forma más maravillosa. Job tuvo de nuevo, propiedad, familia, amigos y buena reputación. Pero aun mayor que estas bendiciones fue el recuerdo de una experiencia en la cual se había encontrado cara a cara con Dios y había aprendido lecciones de más valor que las riquezas materiales. Dios creyó conveniente, en su providencia, compartir estas lecciones con toda la humanidad. Por esto se ha conservado el libro de Job como uno de los grandes legados espirituales del pasado, y del caso de Job podemos hoy aprender lecciones de confianza y fe en Dios.
La esperanza cristiana nunca causa oprobio ni deshonra, porque es una esperanza que se basa en la seguridad de la justificación y es sostenida por la presencia del Espíritu Santo en el corazón del creyente(Rom. 8: 16). Esta esperanza nunca defrauda ni avergüenza. La esperanza del cristiano no se basa en nada que haya en el creyente, sino en la seguridad del inmutable amor de Dios para él. Esta certidumbre del amor de Dios nos induce a su vez a amar al Señor (1 Juan 4: 19) y a nuestros prójimos, y esta experiencia de amor fortalece la confianza y la esperanza para el futuro. El amor de Dios para nosotros es la base de nuestra seguridad de que la esperanza no nos causará la vergüenza de ser defraudados.
III. LA PACIENCIA DE LOS SANTOS
¿Qué significa “deleitarse en Dios”?
¿Cómo podemos deleitarnos en Dios mientras estamos en el crisol?
¿De qué manera se desarrolla la paciencia en la vida de los Santos? ¿Cuáles son las evidencias?
1. Lee: Sal. 37:1-11, ¿Quién escribió este salmo? ¿Por qué lo escribió? ¿Cuáles eran los crisoles que experimentaba el autor? (1 Sam. 26)
“No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad…Confía en Jehová, y haz el bien…Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará…Guarda silencio ante Jehová, y espera en él…Deja la ira, y desecha el enojo…Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra…Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz” (Sal. 37:1-11).
2. ¿Cómo podemos deleitarnos en Dios mientras estamos en el crisol? ¿Cuáles son los antídotos frente a la impaciencia?
No debemos preocuparnos por el aparente triunfo de los impíos (Prov. 24: 19). Como cristianos deberíamos ganar la victoria sobre la impaciencia, porque al impacientarnos perdemos la perspectiva de las cosas y la claridad de visión. Más aún cuando nos enojamos con el pecador, no podemos ayudarlo; y además, nos ponemos de parte del error. Los mejores antídotos para la impaciencia son la confianza en Dios y hallarse siempre ocupado en lo que tiene valor ante Dios y para el prójimo.
Cuatro reglas para mantener la paz mental en los momentos de crisol:
(a) Confiar en Dios.
(b) Mantenerse ocupado haciendo el bien.
(c) Vivir tranquilamente en el lugar donde Dios nos sitúe.
(d) Buscar la fidelidad de Dios.
Si escogemos y amamos lo que Dios ama, nos gozaremos en nuestros deseos o peticiones. Con referencia a la identificación de nuestros pensamientos y nuestras metas con los planes que Dios tiene para nosotros (DTG 621).
Si confiamos en Dios cuando se nos calumnia, él hará que las nubes se disipen a fin de que nuestro verdadero carácter, nuestros verdaderos motivos, sean tan claros como la luz del sol a mediodía (Jer. 51: 10)
Si guardáramos silencio podríamos oír en la quietud la voz de Dios que nos habla para aquietarnos.
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”(Sal 27:1).
“Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová” (Sal. 27:14).
3. ¿Cómo podemos deleitarnos en el Señor mientras experimentamos el crisol de las pruebas? ¿Puedes encontrar delicias al obedecer a Dios? ¿Qué significa obedecer a Dios? ¿Hay un día de delicias para el cristiano, ahora mismo?
Entonces la paciencia significa esperar en Dios, aun en medio de los crisoles. La paciencia, significa tener fe y confianza en Dios esperando que sus promesas sean cumplidas en nuestras vidas. La fe es estar seguros de lo que esperamos, y ciertos de lo que no vemos. La fe es creer con todo nuestro corazón que Dios nos ama, que nos cuida y que tiene en cuenta nuestros mejores intereses. La fe es confiar plenamente en Dios. El cristiano considera por fe que ya posee lo que le ha sido prometido. Su plena confianza en Aquel que ha hecho las promesas no deja lugar para incertidumbre alguna en cuanto a su cumplimiento a su debido tiempo.
Por lo tanto, la fe capacita al cristiano no sólo para pedir las bendiciones prometidas sino para recibirlas y disfrutar de ellas ahora mismo. La herencia prometida se convierte de ese modo en una posesión presente. Los bienes venideros no dejan de ser sólo un sueño que se cumplirá en el futuro, sino vivientes realidades presentes. Para el ojo de la fe se hace visible lo que de otra manera es invisible. La palabra de Dios describe: "¡Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los Mandamientos de Dios y la fe de Jesús!"(Apoc. 14:12).
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal” (Sal. 19:7-10).
Nombre de la ley Su naturaleza Sus efectos
Ley Perfecta Convierte
Testimonio Fiel Hace sabio
Mandamientos Rectos Alegran
Precepto Puro Alumbra
Temor Limpio Permanece
Juicios Verdad Justos
4. ¿Por qué la prueba produce paciencia? (Sant. 1: 3, 4).
“Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Sant. 1: 3, 4).
“Acudan a Cristo tal como son, débiles, desvalidos y condenados a morir. Entréguense completamente a su misericordia. No hay ninguna dificultad interna o externa que no pueda ser vencida con su fuerza. Algunos tienen temperamentos irascibles; pero Aquel que calmó el borrascoso mar de Galilea puede decir al corazón, si se arrepiente, "calla, enmudece". No hay naturaleza que Cristo no pueda dominar, temperamento tan tormentoso que no pueda sojuzgar, si el corazón se ha rendido a su cuidado. Nadie que haya entregado su alma a Cristo necesita desalentarse. Tenemos un Salvador todopoderoso. Mirando a Cristo, autor y consumador de nuestra fe, podemos decir: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza" (Sal. 46: 1-3). En la vida futura comprenderemos cosas que aquí nos confunden grandemente. Nos daremos cuenta de la gran fuerza de nuestro adversario, y de cómo los ángeles de Dios fueron comisionados para guardarnos mientras seguíamos el consejo de la Palabra de Dios. Cristo nos dice que nuestro mar no siempre será tranquilo. Tendremos tribulación. Esto es parte de nuestra educación, necesaria para la formación de un carácter fuerte y equilibrado” (Alza tus ojos, p.320)
5. ¿De qué manera la paciencia está vinculada con virtudes espirituales como la fe y la confianza?
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús” (Rom. 15:4,5)
Las Escrituras inspiran esperanza en aquellos que soportan el sufrimiento por causa de Dios y de sus prójimos. La fortaleza que el cristiano puede demostrar y el consuelo que recibe en su aflicción, confirman y fortalecen esa esperanza.
“Como pueblo estamos esperando que nuestro Señor venga en las nubes de los cielos con poder y gran gloria. Con qué cuidado deberíamos examinarnos a nosotros mismos para ver si estamos en la fe. Pareciera que hubiese neblina delante de los ojos de muchos que no pueden realmente discernir las cosas espirituales y las obras de Satanás, que amenazan atraparnos y destruirnos. Los cristianos no serán esclavos de las pasiones; serán controlados por el Espíritu de Cristo. Cuando estén perplejos no perderán la paciencia, la fe y la esperanza. Hasta ahora el Señor Jesús nos ayudó a superar los peligros, las dificultades abrumadoras y las perplejidades, y El puede ayudarnos en nuestras aflicciones presentes” (Alza tus ojos, p. 281)
6. ¿Por qué muchos dejan los deleites divinos a cambio de los deleites mundanos? (2 Tim. 3:1-5).
"En los postreros días vendrán tiempos peligrosos: que habrá hombres amadores de si mismos... amadores de los deleites más que de Dios; teniendo apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella". Absortos en sus negocios y en los deleites mundanos, los contemporáneos de Noé "no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó a todos." (Mat. 24: 39.) Las advertencias celestiales les fueron dirigidas, pero rehusaron escuchar. Asimismo hoy el mundo, sin prestar atención alguna a las amonestaciones de Dios, se precipita hacia la ruina eterna. Cuanta gente ha escuchado y aceptado el mensaje del tercer ángel, muchos han creído que la Segunda de Venida de Cristo esta cerca y hasta han aceptado a Jesús como su Salvador personal, pero, ¿Cuántos han perseverado esperando el glorioso amanecer? Realmente, ¿Se deleitaron en las cosas sagradas? ¿Se dieron gusto de albar el nombre de Dios? ¿Encontraron placer estar en la presencia de Dios? ¿Se deleitaron exquisitamente cuando las pruebas llegaron? ¿Dónde se encuentran en estos momentos? Tal vez, como dijera el apóstol Pedro: “Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo Mandamiento que les fue dado. Les sucede lo del proverbio tan cierto: "El perro se volvió a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el lodo"” (2 Ped. 2:21,22). Cuando el hombre retorna a sus malos caminos, se le compara como un perro. El nombre "perro" describe a los que son desvergonzados, descarados, perversos, murmuradores, descontentos y peleadores. La puerca no es un proverbio bíblico, pero pudo haber sido común en los círculos judaicos de los días de Pedro. Es una figura, se usa para describir al cristiano que ha sido limpiado de las contaminaciones del mundo, pero que apóstata y vuelve a ensuciarse una vez más con las impurezas morales de las cuales había sido rescatado por poder del Evangelio. Una cosa debe quedar claro, los que han conocido el evangelio, jamás se quedan en el mismo lugar que cuando escucharon y aceptaron el mensaje de las buenas nuevas de salvación, o son mejores o peores.
REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA
Mí querido(a) hermano(a): ¿Qué significa tener paciencia? ¿Podrías dar ejemplos que ocurren en la vida cotidiana que necesitamos esperar? ¿De qué manera practicamos la paciencia? Como cristianos, ¿realmente somos pacientes? ¿Cuáles son las evidencias? ¿Tenéis paciencia en los momentos difíciles? ¿Cuándo el alimento escasea? ¿Cuándo el desempleo os aprecia? ¿Cuándo las cosas no van muy bien el matrimonio? ¿Cuándo todas las cosas parece oscuro y turbio? ¿Cómo reaccionamos ante los embates de la vida y mayormente cuando la vida nos trae sorpresas? ¿De qué manera podemos encontrar un equilibrio entre las cosas pasajeras y eternas? ¿Vuestra vida depende completamente de Jesús o simplemente es hojarasca que con un poco de viento es llevado a la ruina y la desesperación? ¿Has orado sin cesar?
Reflexiona conmigo el siguiente texto: “La vida cristiana no consiste meramente en el ejercicio de la humildad, la paciencia, la mansedumbre y la bondad. Uno puede poseer estos preciosos y amables rasgos, y sin embargo faltarle nervio y espíritu, y puede ser casi inútil cuando la obra es difícil. A tales personas les falta una actitud positiva, energía, solidez y fortaleza de carácter que las capacitarían para resistir el mal y las convertirían en un poder en la causa de Dios.
No importa cuán completa haya sido nuestra consagración cuando nos convertimos, no nos valdrá de nada a menos que la renovemos diariamente pero una consagración que abarca realmente lo presente es fresca, genuina y aceptable a Dios. No tenemos semanas y meses para estar a los pies del Señor, mañana no es nuestro, porque no lo hemos recibido todavía, pero hoy podemos trabajar para Jesús” (A fin de conocerle, p158).
Ore conmigo, por favor…“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Heb. 12: 1)...Feliz sábadoRESUMEN
Aunque la paciencia es crucial en la vida espiritual, es una de las virtudes más difíciles, no solo para desarrollar, sino también para querer tener. Pero la idea de que las cosas buenas vienen a quienes esperan – específicamente, en Dios – no es meramente una frase gastada.
Elaboró: Delfino Jarquín López, visítanos en: (www.vivafeliz.es.tl); (http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com), hay temas de interés y enlaces inmediatos.
Bibliografía: Anthony Gavin, El fuego refinador, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Octubre-Diciembre de 2007__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Octubre-Diciembre de 2007__Y. Penniecook Tricia, Sebastián Arturo, M. Roca Bernalena, Fletcher Leesa, Beard Kenneth, et al, La fragua del Orfebre, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, el universitario, Octubre-Diciembre de 2007 __ G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Pratiarcas y profetas, Profetas y reyes__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo I, II, III, IV, V, VI, VI - Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007, _ E. Wensell Paul, Vibrantes anécdotas de humor y sabiduría, APIA., 2000.
12/07/2007
Mansedumbre en el crisol
Lee: Éxodo 32:1-14; Salmo 62:1-8; Ezequiel 24:15-27; Mateo 5:43-48; 1 Pedro 2:18-25. Descubra, ¿De qué manera podemos practicar la mansedumbre en medio de la adversidad?
Memoriza y considera: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mat. 5:5).
Pensamiento clave: ¿Cuál es la relación entre el sufrimiento y la mansedumbre? ¿Cómo podemos nosotros, con nuestros propios sufrimientos y dolores, ser un testimonio viviente para otros? ¿De qué modo la mansedumbre realmente puede ser una fortaleza y no una debilidad del cristiano?
La palabra griega praús "manso", "suave", gentil". Cristo dijo que él era "manso
La mansedumbre es la capacidad dada por Dios para soportar: injurias, traición, injusticias, agravios, difamación, críticas, chismes, entre otros crisoles, con “paciencia y sin resentimiento”. La mansedumbre es una actitud del corazón, de la mente y de la vida, que prepara el camino para la santificación. A la vista de Dios, el espíritu "afable" -praús- es "de grande de estima" (1 Ped. 3: 4). La "mansedumbre" aparece repetidas veces en el Nuevo Testamento como una virtud importantísima del cristiano (Gál. 5: 23; 1 Tim. 6: 11).
· ¿Cuál es el mensaje central de esta lección?
· ¿Cómo aplicarías este mensaje en tu vida?
PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA
· Saber que, en la vida cristiana, es necesaria la mansedumbre o la paciencia frente a los agravios.
· Sentir una disposición de amar a nuestros enemigos en el sentido de que podemos verlos a través de los ojos de Dios.
· Hacer que Dios tome el control de nuestras reacciones en los casos en que afrontamos injusticias o malos tratos.
I. LA MANSEDUMBRE Y LA HUMILDAD DE MOISÉS
· ¿Qué significa ser humilde?
· ¿Cuáles son las características de una persona humilde?
· ¿Qué es la humildad?
· ¿De manera el sufrimiento y la mansedumbre están relacionados?
1. ¿Sabes algo… de Moisés? ¿Quién fue Moisés? (Exo. 2:1-15; 6:16-20)
Moisés fue hijo de Amram y Jocabed, descendiente de Leví, de la cuarta generación (Exo. 6:16-20), de la familia de Coat (Exo.6:18-20). Su hermano Aarón tenía 3 años más que él (Exo. 7:7), y una hermana, María, también era mayor (Exo. 15:20; 2:6, 7). Cuando nació Moisés los hijos de Israel ya estaban en Egipto unos 135 años (Gén. 12:4; 21:5; 25:26; 47:9; Det. 2:7; 34:7; Hech. 7:30; Exo. 7:7; 12:40, 41; Gál. 3:16, 17). Jacob había muerto hacia unos 118 años (Gén. 47:28), y José, unos 64 años (Gén. 50:22; 41:46, 47, 54; 45:6; 47:9). Con el criterio de un éxodo en el 1445 a.C., Moisés debió haber nacido en el 1525 a.C. (Exo. 7:7).
Nacimiento de Moisés
Al nacer Moisés, los padres reconocieron que "era hermoso" (Ex. 2:2).
Sus esfuerzos por conservarlo con vida se mencionan como un acto de fe (He. 11:23).
La princesa tomó al niño como hijo propio, y contrató a la propia madre de Moisés como su nodriza.
La educación hogareña inculcó en el niño el amor a Dios y el sentido de la misión de su vida (Hech. 7:25).
Moisés instruido por los egipcios
Moisés fue instruido "en toda la sabiduría de los egipcios" (Hech. 7:22). Bajo los sacerdotes llegó a dominar las letras, la literatura, las ciencias y la religión; bajo los comandantes del ejército obtuvo la habilidad para el mando militar; y de otros oficiales reales el conocimiento de las leyes y de la administración civil.
Su aspecto exterior, su vestido, su conversación, su conducta y su cultura pudieron haber sido completamente egipcios, pero su corazón nunca llegó a serlo. Su carácter, su religión y su lealtad siguieron siendo hebreos (Exo. 2:11-13; Heb. 11:24, 25).
Moisés decide dejar el trono de Egipto
Cuando llegó a los 40 años, en el año de 1485 a.C, Moisés supo que había llegado el momento de escoger entre su fe hebrea y el trono de Egipto (Hch. 7:23). La profunda lealtad a Dios (Heb. 11:24-26) y la percepción del propósito divino para su vida (Hech. 7:25) lo condujeron a echar su suerte con su propio pueblo y ser "maltratado" con ellos antes que "gozar de los deleites temporales del pecado" (Heb. 11:25).
Actuando en forma precipitada, mató a un capataz egipcio (Exo. 2:11, 12), y por ese acto necio se puso en las manos de sus enemigos.
Moisés huye de Egipto y habita en Madián
Moisés estuvo con parientes durante sus 40 años de peregrinación, algunos de los cuales todavía adoraban al Dios verdadero. Entre ellos estaba Jetro, un sacerdote de Jehová (Exo. 18:1, 12, 23).
Jetro también figura con el nombre de Reuel (Exo. 2:16-18), que significa "amigo de Dios". Su hospitalaria recepción indujo a Moisés a entrar a su servicio, y con el tiempo su hija Séfora llegó a ser su esposa (Exo. 2:18-21). Moisés halló refugio en la casa de Jetro, que adoraba al Dios verdadero (Exo. 2: 15; 3: 1; 18: 1-6).
Durante los 40 años que pasó en la región sur de la Península del Sinaí, sin duda Moisés se familiarizó con la geografía, los recursos y el clima de esa región desértica.
Moisés reflexiona de sus experiencias pasadas
Al conducir los rebaños de Jetro en medio de la solemne grandeza de las montañas, tuvo tiempo suficiente para reflexionar sobre sus experiencias pasadas. El Salmo 90, que se atribuye a Moisés, refleja sus pensamientos, tal vez hacia el fin de su peregrinación en Madián. Allí también escribió el libro del Génesis bajo la inspiración del Espíritu Santo (PP256).
Sin duda reflexionó que su acto impetuoso de matar al egipcio había frustrado el propósito de Dios y distorsionado el plan divino para su propia vida. Ya había pasado la marca de los "setenta años" y se estaba aproximando a la de "ochenta" (Sal. 90:9, 10), pero con su gran chasco en la mente, oró a Dios para que le enseñara a "contar" sus días para poder aplicar su corazón a la sabiduría (Sal. 90:12). Todavía tenía fe en las promesas de Dios a los padres y esperaba su cumplimiento. Sus pensamientos se volvieron luego a sus hermanos sufrientes en Egipto (Sal. 90:13, 14) y oró por su liberación (Sal.90:15, 16).
Tal vez en la época en que se hacía estas reflexiones se le apareció Dios en una zarza ardiendo y le encargó que volviera a Egipto para liberar a los hebreos (Exo. 3:1-10).
Moisés regresa a Egipto para liberar los hebreos
En camino de vuelta a Egipto se encontró con Aarón, a quien Dios había enviado al desierto para encontrarse con él, y juntos regresaron y se reunieron con los ancianos de Israel (Exo. 3:20-31) antes de presentarse a Faraón.
Su primera audiencia con Faraón (Exo. 5:1-3) sólo consiguió empeorar la situación de los hebreos (Exo. 5:4-19).
Diez plagas cayeron sobre el país antes que el rey cambiara de idea. Con la última, la muerte de los primogénitos, Faraón llamó a Moisés de noche y le dio la orden de que los hebreos salieran del país (Exo. 12:29-32).
Bajo la conducción divina, Moisés sacó a Israel de la tierra de servidumbre (Exo. 13:17-22).
Después de varias crisis y liberaciones providenciales, Moisés y el pueblo hebreo llegaron al monte Sinaí (Exo. 19:1, 2).
Un vistazo del ministerio de Moisés
La gran capacidad literaria de Moisés es evidente por la cantidad y variedad de sus escritos.
En el Génesis contó la historia del mundo desde la creación hasta la muerte de José.
En Éxodo y en partes de Números y Deuteronomio conservó un registro del éxodo de Egipto y de los eventos más importantes en el camino hasta Canaán.
En los últimos capítulos de Éxodo registró los detalles de la construcción del tabernáculo, y en Levítico describió los reglamentos del servicio sagrado.
En Éxodo (20-24), Levítico (18-20; 24:10-23) y partes de Deuteronomio escribió las leyes civiles que Dios le había dado para Israel. También fue un poeta consumado (Éxodo 15:1-19; Sal. 90).
Pero más que un escritor; fue uno de los grandes líderes y administradores de todos los tiempos.
Bajo la dirección de Dios, organizó a Israel como nación y la guió con seguridad desde Egipto hasta las fronteras de Canaán.
Le dio sus instituciones civiles, judiciales y religiosas.
Como profeta (Deut. 18:15) fue favorecido con comunicaciones especiales de Dios durante 40 años y gozó de privilegios que ningún otro hombre tuvo.
2. ¿Por qué Moisés tuvo tanto éxito en su ministerio? ¿De qué manera Moisés transformó su vida, de precipitado y sagaz a manso y humilde? (Exo. 2: 11-14; Núm. 12:3).
Los grandes logros que obtuvo sobre la nación hebrea fueron el resultado del carácter, de la personalidad y de la vida consagrada de Moisés, que, por sobre todos los demás dirigentes, unificó sus familias y tribus para formar el pueblo escogido de Dios.
Abrahán fue el padre de Israel, pero Moisés fue el fundador y legislador de la nación. Como legislador y líder, Moisés sobrepasó a todos los hombres de la antigüedad, pero a pesar de sus talentos superiores fue "muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra" (Núm. 12:3). La palabra manso, es de una raíz que significa "humilde", "sumiso", "modesto". La misma palabra se traduce de varias maneras, como "pobres" (Job 24: 4), "afligidos" (Sal. 9: 12) y "humildes" (Prov. 3: 34; 16: 19). El rasgo de carácter que aquí se describe como humildad es esencial para ser dirigente en la causa de Dios.
· Moisés no era naturalmente humilde (Exo. 2: 11-14); desarrolló esa cualidad como resultado de los 40 años pasados en la dura escuela del desierto de Madián.
· Sólo un hombre humilde sabe cómo ser sumiso ante Dios y ante sus subordinados y, al mismo tiempo, ser un caudillo valiente y dinámico.
· No hay lugar en la obra de Dios para un dirigente que cree tener la prerrogativa de dominar a sus colaboradores y ser su dictador.
3. ¿Por qué razones Moisés intervino como intercesor para que Dios no destruyera a Israel? (Exo. 32:1-14)
“Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre” (Exo. 32:9-14).
Éxodo 32:1-14 plantea dos problemas importantes. Primero, la oferta de Dios de destruir al pueblo rebelde y bendecir a Moisés era una prueba para él. Dios quería que Moisés demostrara cuánta compasión sentía él mismo por ese pueblo que era terriblemente desobediente. Y Moisés pasó la prueba. Como lo hizo Jesús, él suplicó pidiendo misericordia para los pecadores. Esto revela algo muy interesante: a veces Dios también puede permitirnos afrontar oposición, puede permitirnos estar en el crisol, de modo que él, nosotros y el universo que observa podamos ver cuánta compasión tenemos por los que están extraviados.
4. Lee Mat. 5:38-48, ¿Hasta que punto la humildad debe llevarnos a “poner la otra mejilla”?
“Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mat. 5: 38-48).
Ojo por ojo, y diente por diente
Esta ley fue instituida para evitar los abusos del sistema de justicia común en la antigüedad. Era práctica corriente cobrar las deudas o daños con intereses exorbitantes. Esta ley era un estatuto civil, y el castigo debía hacerse bajo la supervisión de los tribunales. Pero no se justificaba la venganza personal (DMJ 62-63).
· El cristiano no debe luchar por lo que considera que es su derecho. Sufrirá un menoscabo antes que procurar desquitarse.
· Jesús mismo observó plenamente el espíritu de esta orden, aunque literalmente no atrajo sobre sí sufrimientos adicionales (Juan 18: 22-23; Isa. 50: 6; 53: 7). Tampoco lo hizo Pablo (Hech. 22: 25; 23: 3; 25: 9-10). En la cruz, Cristo manifestó el espíritu del cual habló aquí cuando pidió al Padre que perdonara a quienes lo atormentaban (Luc. 23: 34).
· El cristiano se ha de someter callada y mansamente ante un agravio.
5. ¿Qué significa “amad a vuestros enemigos”?
El agapáo , cuya rica gama de matices no es reflejada adecuadamente por el verbo "amar". La palabra "amar" implica tantas ideas diferentes, que el verdadero significado del verbo agapáo se tergiversa. Los griegos tenían tres verbos para expresar las ideas que se expresan por medio del verbo llamar": agapáo, filéo, eráo
· Filéo describe en general el amor afectuoso, basado en emociones y afectos. Es el amor entre amigos, entre familiares; es el cariño para quienes también nos tienen cariño. Se lo traduce correctamente como "querer" en Juan 21: 15-17.
· El verbo eráo no aparece en el Nuevo Testamento. Se refiere al amor sensual. Es la raíz de la palabra "erotismo", y como tal describe el amor que se manifiesta en el plano físico.
· El verbo agapáo se relaciona con el respeto y la estima. Es un principio de acción y no una acción regida por sentimientos. Pone en acción las facultades superiores de la mente y de la inteligencia. Al paso que el verbo filéo implica amar a quienes nos aman, el verbo agapáo expresa respetar, estimar y amar aun a quienes no nos aman. Demuestra un amor altruista, mientras que el verbo erá describe un amor puramente egoísta, y aun el sentimiento expresado con filéo puede estar teñido de egoísmo.
El sustantivo correspondiente con este verbo es a agapáo. Se encuentra casi exclusivamente en la Biblia. El agapáo del Nuevo Testamento es el amor más puro y excelso, amor que no puede ser igualado, amor que obliga a una persona a sacrificarse en bien de otros (Juan 15: 13). Implica reverencia para Dios y respeto a los prójimos. Es un principio divino de pensamiento y de acción que modifica el carácter, gobierna los impulsos, controla las pasiones y ennoblece los afectos (Luc. 6: 30).
6. Reflexiona, ¿Qué podemos decir en cuanto las actividades y campañas que abogan por los derechos humanos? ¿Son contrarias a las enseñanzas de la Biblia? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?
II. HUMILDAD VERSUS ORGULLO
· ¿Por qué el Señor Jesús hizo tanto énfasis en la vida futura? ¿Significa que la vida del cristiano en esta tierra no puede ser plena y feliz? (Mat. 5:5).
· ¿Por qué la humildad se hace tan extraña en nuestros tiempos?
· ¿Cómo representarías la humildad a través de un dibujo?
· ¿Qué significa el lavamiento de los pies durante el servicio de comunión?
· ¿Por qué existen disputas en un partido de fútbol o básquetbol? ¿Cuál es la reacción natural de los perdedores? y ¿Cuál de los ganadores? ¿De qué manera podrías participar para que el equipo contrario ganara?
1. ¿Por qué la humildad se hace tan extraña en nuestros tiempos?
“…os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” (Efe. 4:1,2).
La palabra griegra tapeinofrosúne, "humildad de corazón", y "modestia". Pablo, dijo: “sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas” (Hech. 20: 19). Pablo, que sólo se gloriaba en la cruz de Cristo, por el cual él estaba crucificado para el mundo (Gál. 6: 14), no sentía orgullo de su llamamiento o investidura, ni autosuficiencia alguna. Podía confiar en la carne, pero no lo hacía (Fil. 3: 4-7). Podía haberse gloriado en sus vicisitudes por su apostolado y sus sufrimientos, pero no lo hizo (2 Cor. 11: 18-30). Su humildad era la de un noble cristiano que compara su pequeñez y debilidad con la grandeza y el poder de Cristo. La idea de "humildad" no era tenida en gran estima entre los pueblos no cristianos. En escritos seculares, tapeinofrosúne y las palabras relacionadas con ella significaban degradación o envilecimiento del espíritu; pero el cristiano ensalzó el sentido del término haciéndolo significar humildad abnegada. El Maestro se describió a sí mismo, en relación con el yugo que sus seguidores deben asumir, como "manso y humilde de corazón" (Mat. 11: 29).
· La orden de andar en toda humildad es dura para el corazón inconverso, pues está en contra de cada impulso natural del espíritu humano.
· El que es humilde acepta ser perjudicado por causa de otros y se somete a las dificultades de la vida con resignación cristiana y esperanza. Sin esta cualidad tan esencial para la unidad de la iglesia, pronto se producirán divisiones.
· Como la mansedumbre es la negación de la agresividad aun ante la provocación, no puede existir sin humildad.
· Soportar, "sufrir", "tolerar", las agresiones, injurias, injusticias, con humildad, paciencia y amor es la verdadera mansedumbre que procede de un corazón convertido por la gracia transformadora de Jesús.
2. ¿Qué virtudes deben de tener los dirigentes de la iglesia? (Exo. 18:21; Hech. 6:3; 1 Tim. 3:7; 2 Tim. 2:2; Tito 1:5-11)
Jetro no sólo le aconsejó a Moisés que eligiera "varones de virtud" sino que hizo una lista de las cualidades que debían tener esos varones: piedad, integridad moral y honradez, dijo “… escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia…” (Exo. 18:2). En la iglesia primitiva el consejo era, “…Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo” ( Hech. 6:3).
· La situación de la iglesia no mejoraría a menos que se asigne la tarea de distribuir equitativamente los fondos a hombres de reputación intachable. Debían ser personas honradas y eficientes, aceptables ante sus hermanos.
· Además de tener buena reputación se espera que cada uno estuviera lleno del Espíritu Santo.
· Los varones elegidos no sólo debían atender las necesidades espirituales de los pobres, sino manifestar prudencia, discreción, humildad, mansedumbre, capacidad administrativa y sabiduría en su obra.
· El cristianismo sería poco atractivo si los dirigentes de la iglesia fueran tan poco íntegros como los que no pertenecen a ella.
· Cuando la influencia del ministro es anulada por el juicio crítico de la comunidad tanto de los miembros de la iglesia y de los incrédulos, casi inevitablemente se producen desanimo y desazón.
· El ministro que ha perdido el respeto de los miembros de la iglesia y de los extraños, ha caído por lo menos en un "lazo del diablo", y caerá en otros, a menos que ocurra un cambio radical en su corazón.
· El dirigente cristiano no sólo debe predicar el Evangelio a la grey y a los incrédulos, sino también preparar a jóvenes capaces para que se encarguen de la conducción de la iglesia cuando desaparezca la generación de más edad.
· Un dirigente cristiano debe ser un ejemplo de los principios que profesa si quiere convencer a otros de la dignidad de su mensaje.
· Una corriente de agua no alcanza un nivel más alto que el de su fuente, y por lo general una congregación no se elevará más alto que quienes la dirigen.
3. ¿Qué cualidades o virtudes se espera en la vida de los creyentes? 1 Corintios 13)
· El cristiano se esfuerza por servir a Dios ejerciendo el verdadero poder de la voluntad, y al mismo tiempo ora y depende plenamente del Señor (Juan 17:15; Judas 24).
· En la vida cristiana sólo conquista el éxito aquel que une el esfuerzo humano con el omnipotente poder de Dios.
III. EL MAXIMO EJEMPLO DE HUMILDAD Y MANSEDUMBRE
1. ¿Quién es nuestro máximo ejemplo de humildad y mansedumbre? (Mat. 11.28-30).
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mat. 11:28-30)
· El que es manso no desea sino el bien para otros. La mansedumbre significa “apacibilidad", "dulzura".
· El que es de veras humilde, reconoce que depende enteramente de Dios y coloca los deseos y las necesidades de su hermano antes que los propios. Por ser "manso y humilde", Cristo es un maestro comprensivo, y quienes aprenden de él también serán mansos y humildes. Los así llamados cristianos que no han aprendido a ser mansos y humildes, no han aprendido en la escuela de Cristo (Fil. 2: 2-8).
· La mansedumbre es una actitud del corazón, de la mente y de la vida, que prepara el camino para la santificación. A la vista de Dios, el espíritu "afable" -praús- es "de grande de estima" (1 Ped. 3: 4).
· La "mansedumbre" aparece repetidas veces en el Nuevo Testamento como una virtud importantísima del cristiano (Gál. 5: 23; 1 Tim. 6: 11).
· La "mansedumbre" en relación con Dios significa que habremos de aceptar su voluntad y la forma en que nos trata, que nos someteremos a él en todas las cosas sin vacilación (DMJ 18).
· Una persona "mansa" domina perfectamente su yo. Debido al enaltecimiento del yo, nuestros primeros padres perdieron el reino que les había sido confiado. Por medio de la mansedumbre éste puede ser recuperado (DMJ 20; Miq. 6: 8).
2. ¿Ser humildes significa que debemos dejarnos pisotear por los demás? ¿Pueden los cristianos defenderse y pelear por sus “derechos”? ¿Es aceptable que los cristianos estén involucrados en revueltas, enfrentamientos y conflictos contra el Estado? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué? ¿Qué dice la Palabra de Dios? (Filip. 2:2-8; Rom. 12:14-21)
“Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, no que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filip. 2:2-8).
Toda la vida de Cristo estuvo subordinada a la voluntad de su Padre, y así deben estarlo, nuestras vidas. La vida de Cristo llegó a ser en esa forma el sencillo cumplimiento de la voluntad de Dios (DMJ 17-19; DTG 178). Supera a la comprensión humana el saber cómo pudo realizarse todo esto; es una parte del gran "misterio de la piedad" (1 Tim. 3: 16). Pero sí podemos ver claramente cuán pequeño es cualquier sacrificio de Aquel a quien profesamos seguir. Nosotros, que somos tan inferiores a Cristo, ¿nos preocuparemos tanto por nuestra frágil reputación que nos resulte difícil o imposible rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios?
· Cuando compartamos el verdadero espíritu de Cristo, cuando él more en nosotros y vivamos la vida del Hijo de Dios, seremos realmente humildes y mansos, entonces llegaremos a ser semejantes a Cristo.
· La obediencia de Jesús lo llevó a entregar su vida. Fue sin duda una humillación el hecho de que Hasta la muerte.
· La obediencia de Jesús lo llevó a entregar su vida. Fue sin duda alguna una humillación el hecho de que Dios se hiciera hombre, y que después -siendo hombre- muriera una muerte oprobiosa en la cruz. Así como Isaac se había sometido voluntariamente a su padre cuando se le dijo que él era la víctima que sería colocada sobre el altar, así también Cristo -quien podría haber rehuido la cruz- se sometió voluntariamente a morir por los seres humanos pecadores.
· La obediencia de Cristo fue de la misma naturaleza como debe ser la nuestra. "En la carne" (Rom. 8: 3) fue donde Cristo consintió en obedecer. Era hombre, sometido a los mismos deseos de conservar su vida como lo somos nosotros. Fue tentado por Satanás, pero lo venció por el poder del Espíritu Santo, y así también podemos vencer nosotros. No ejerció en favor de él ningún poder que nosotros no podamos emplear (Heb. 4: 15; DTG 94, 677, 683).
"Mía es la venganza y el pago, para cuando su pie resbale. Porque cerca está el día de su aflicción, y lo que les está preparado se apresura” (Det.32:35).
"Bendecid a los que os persiguen, bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran. Sed unánimes entre vosotros. No altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra opinión. No paguéis a nadie mal por mal. Procurad lo bueno ante todos los hombres. En lo posible, en cuanto dependa de vosotros, tened paz con todos. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, antes dad lugar a la ira de Dios. Porque escrito está: "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor". Al contrario, si tu enemigo tuviera hambre, dale de comer; si tuviera sed, dale de beber. Actuando así, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza. No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien" (Rom. 12:14-21).
· El cristiano debe "practicar" la hospitalidad para con los hermanos y bendecir a los impíos que lo "persiguen".
· Manifestar simpatía en todas las circunstancias, ya sean buenas o malas, es una prueba segura de que el amor es genuino.
· Parece más fácil y más natural simpatizar con los afligidos; pero se necesita un alma noble para regocijarse con el éxito y los gozos de otros. Los adversarios de estas virtudes son la envidia que siente pena por la buena fortuna ajena y la malignidad que se complace con las desgracias de otros. Tales manifestaciones de egoísmo son las tendencias naturales del corazón no regenerado.
· En 1 Cor. 12: 26-27 Pablo compara la simpatía que debe existir entre los miembros de la iglesia cristiana con la que siente una parte del cuerpo por otra. Jesús lloró con simpatía ante la tumba de Lázaro (Juan 11: 35; DTG 490). Él se regocija aun en la salvación del más indigno pecador (Luc. 15: 5-7, 10, 23-24, 32; Judas 24).
· Cada cristiano debe compenetrarse de tal manera de los sentimientos y deseos de sus hermanos en la fe, que pueda tener un mismo sentir con ellos (Rom. 15: 5; 2 Cor. 13: 11; Fil. 2: 2; 4: 2). Entre los cristianos siempre debería existir la armonía que resulta de propósitos, esperanzas y deseos comunes.
· El orgullo aun puede ser provocado por los progresos espirituales (1 Cor. 12). No puede existir amorosa concordia donde hay algunos que son "altivos", donde hay ambiciones personales, fatuidad o menosprecio por otros.
· Los cristianos debían tener una mente como la de Jesús. El era divino, pero no era "altivo"; por el contrario, tomó "forma de siervo" y "se humilló a sí mismo" para poder tratar de cerca a los humildes y pecadores con el propósito de ocuparse de su salvación (Fil. 2: 5-8). Si el Hijo de Dios estuvo dispuesto a bajar tanto por amor a sus criaturas corruptas, no hay duda de que los cristianos agradecidos deben también estar dispuestos a "asociarse" con cualquiera de sus prójimos mortales (OE 345-351; Sant. 1: 9-10).
· Sentirse orgulloso de las propias opiniones es una ofensa contra el amor cristiano, pues implica despreciar las opiniones ajenas y finalmente aun los consejos de Dios. Por eso el profeta advierte: "¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!" (Isa. 5: 21; Prov. 3: 7).
· El cristiano cuya mente ha sido renovada no confiará en la presunción de su propia habilidad superior y comprensión, ni se negará a escuchar el consejo de otros; por el contrario, con amor y humildad respetará el juicio de sus hermanos en la fe, y estará dispuesto a escuchar y aprender. Estará listo para reconocer y admitir sus propias limitaciones y errores y para aprender de otros.
Los cristianos nunca deben tratar de vengarse de los que los tratan con injusticia, sino dejar las cosas con Dios. Sólo un Dios perfecto, que todo lo conoce y que ama a todos, puede juzgar con rectitud a los impíos y castigarlos con justicia.
Los que albergan pensamientos de venganza están dando la oportunidad para que Satanás les inspire ira, odio y amargura, cuando deberían estar fomentando el crecimiento de los frutos del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia (Gál. 5: 22). Dios, a su debido tiempo, tomará venganza por ellos, pues "¿acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?" (Luc. 18: 7; Deut. 32: 40-43; 2 Tes. 1: 6-10; Apoc. 6: 9-11).
3. ¿Cuál es la recompensa de los mansos? (Mat.5:5)
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mat. 5:7).
Los "pobres en espíritu" han de recibir las riquezas del reino de los cielos (Mat. 5: 3); los mansos han de "recibir la tierra por heredad"(Sal. 37:11) Es evidente que no son los "manos" quienes ahora poseen la tierra, sino los orgullosos. Sin embargo, a su debido tiempo los reinos de este mundo serán entregados a los santos, a los que hayan aprendido la virtud de la humildad (Dan. 7: 27). Finalmente, dijo Cristo, los que se humillen, los que aprendan la mansedumbre, serán ensalzados (Mat. 23: 12).
REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA
Mí querido(a) hermano(a): ¿Qué significa ser humildes y mansos? Sabes Usted, ¿por qué debemos ser humildes? ¿Cómo reaccionamos cuando alguien nos esta agrediendo? ¿Por qué muchos cristianos reaccionan violentamente ante la adversidad o cuando esta de por medio el prestigio, el honor de su nombre o de su familia? ¿Qué beneficios y bendiciones nos traen ser mansos? ¿De qué manera practicamos la humildad y la mansedumbre en nuestros hogares? Realmente, ¿Somos humildes? ¿Cuáles son las evidencias de que eres un hombre o una mujer que tienes esas virtudes como la humildad y la mansedumbre? ¿Qué tal con tus hijos? ¿Qué tal con tu esposa o esposo? ¿Que tal con tus compañeros de trabajo? ¿De qué modo demostramos nuestra humildad cuando nos involucramos en un deporte, si el equipo pierde? ¿Qué tal con la gente que te rodea? ¿Qué significa amar a vuestros enemigos? ¿Cuál es el antídoto contra el orgullo y la autosuficiencia? ¿Es Cristo el centro de vuestra vida? ¿Vuestro carácter se asemeja el de Cristo?
Reflexiona conmigo el siguiente texto: "La bondad, la humildad, la mansedumbre y el amor son los atributos del carácter de Cristo. Si tenéis el espíritu de Cristo, vuestro carácter se modelará a semejanza del suyo. Cuando, por causa de Cristo, se nos llama a pasar por pruebas que son humillantes, si tenemos la mente de Cristo, las sufriremos con mansedumbre, sin resentirnos por las injurias ni resistiendo el mal. Manifestaremos el espíritu que mora en Cristo. Hemos de comprender que el sacrificio, los trabajos y los sufrimientos de Cristo existieron para que podamos cooperar con él para que se efectúe el gran plan de la redención" (A fin de conocerle, pp. 97, 107)
Ore conmigo, por favor… “Con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros en amor” (Efe. 4:2).
RESUMEN
Aunque la mansedumbre y la humildad puedan parecer debilidades según las normas del mundo, Jesús las valoró lo suficiente como para prometer que los mansos heredarían la tierra.
Elaboró: Delfino Jarquín López, visítanos en: (http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com), hay temas de interés y enlaces inmediatos.
Bibliografía: Anthony Gavin, El fuego refinador, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Octubre-Diciembre de 2007__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Octubre-Diciembre de 2007__Y. Penniecook Tricia, Sebastián Arturo, M. Roca Bernalena, Fletcher Leesa, Beard Kenneth, et al, La fragua del Orfebre, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, el universitario, Octubre-Diciembre de 2007 __ G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Pratiarcas y profetas, Profetas y reyes__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo I, II, III, IV, V, VI, VI - Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007, _ E. Wensell Paul, Vibrantes anécdotas de humor y sabiduría, APIA., 2000.