1/04/2008

Un panorama del discipulado

Lección 01: Un panorama del discipulado

Para el 5 de enero de 2008
Lee: Mateo 4:18-22; 10:24. 25; Marcos 3:13, 14; 8:34, 35; Lucas 14:25, 26

Descubre: ¿Por qué es importante hacer discípulos?

Memoriza y considera: “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; por que eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mat 4:18,19).

Pensamiento clave: ¿Qué es el discipulado? ¿Quién es un discípulo? ¿Puede alguien ofrecerse para ser discípulo? ¿Cuáles son los requerimientos del discipulado? ¿Cuál es la esencia del discipulado?

Muchas naciones, pueblos y tribus han utilizado el discipulado para transmitir su cultura a las nuevas generaciones siguientes, a pueblos y grupos vecinos. Los discípulos de Jesús aprendieron y comunicaron no solamente la sabiduría de su Maestro, sino la vida eterna que los otorgó a aquellos que lo aceptaron como su salvador personal y a nosotros si aceptamos el reto de ser un verdadero discípulo. ¿Cuáles son los privilegios del discipulado? ¿Podrías escribir tres ideas que describen el discipulado y el crecimiento cristiano?

· ¿Cuál es el mensaje central de esta lección?
· ¿Cómo aplicarías este mensaje en tu vida?

PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA
  1. Saber describir lo que son los discípulos y cómo llegamos a ser discípulos de Cristo.
  2. Sentir el deseo de comprometernos sin reservas con Jesús.
  3. Hacer la decisión de comprometerse a atraer a otros a Jesús.

1. DISCIPULO Y DISCIPULADO

¿Qué entiendes por discípulo?
¿Quién es un discípulo?
¿Cómo llegamos a ser discípulos de Cristo?
¿Qué es el discipulado?
¿Cuál es la diferencia entre un feligrés y un discípulo?

1. ¿Qué es el discipulado? (Mateo 4:18-22)
2. ¿Sabes algo…de la historia de los primeros discípulos de Jesús?

“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron” (Mat. 4:18-22)

· Cuando Jesús hizo el llamado de sus primeros discípulos, estos no vacilaron en lo más mínimo.
· La decisión de disolver su exitosa sociedad pesquera para participar de una sociedad mucho más elevada con Jesús como pescadores de hombres, fue hecha en forma instantánea y sabiendo bien lo que hacían.
· No necesitaron tiempo para cavilar ni para hacer provisión para las necesidades de sus familias (Mat. 8: 19-22).
· Habían lanzado sus barcas a la mar como simples pescadores; pero cuando regresaron a tierra se lanzaron por fe "mar adentro", tal como Cristo los llamaba, para pescar hombres.
· Toda la noche habían buscado en vano lo que necesitaban para sustentar su vida; ahora, por amor a Cristo, estuvieron dispuestos a perder todo lo que la vida tenía para ofrecerles, y al hacerlo comenzaron una vida más rica, más abundante (Mat. 10: 39).
· Tomaron la cruz del servicio, y siguieron en las pisadas de Jesús (Mar. 3: 14).
· Como Pablo algunos años más tarde, estuvieron listos a considerar como pérdida todas sus posesiones terrenales, porque consideraron que "la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús" era de un valor infinitamente mayor.
· Las cosas que antes les habían parecido valiosas, ahora les parecían despreciables.
· Desde ahora en adelante su suerte sería aprender de Jesús, tener comunión con él en sus sufrimientos y compartir con todos los hombres el conocimiento del poder de la resurrección del Salvador (Fil. 3: 8-10).
· Hallaron la perla de gran precio; se deshicieron de todos sus intereses y posesiones terrenales, e invirtieron todo su capital material e intelectual en la causa del reino de los cielos (Mat. 13: 45-46).

El texto bíblico es contundente, simplemente dice: “Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron”. Hasta este momento, por lo menos tres de los cuatro: Pedro, Andrés y Juan, habían acompañado a Jesús en forma intermitente.

El llamamiento que habían recibido los discípulos dos otoños atrás en el Jordán era una invitación a reconocer a Jesús como el Mesías, el Cordero de Dios que había venido a quitar el pecado del mundo (Juan 1: 35-50).

Ahora se los llamaba a unir su vida y su fortuna con la de él, no sólo como creyentes sino también como aprendices y obreros.
Antes de esto, ninguno del grupo se había unido a Jesús plena y permanentemente (DTG 213).
No habían sido discípulos permanentes, pues su interés estaba dividido entre esta vida y la celestial. Pero a partir de ahora su tiempo y sus talentos serían consagrados a un servicio de dedicación exclusiva.
Los cuatro siguieron a Jesús, no porque fueran demasiado haraganes para trabajar con las manos para ganarse la vida, ni porque sus trabajos físicos no hubieran tenido éxito, sino debido a sus profundas convicciones. Como los otros a quienes Cristo llamó, fueron activos en su oficio hasta que se les pidió que dejaran todo y siguieran a Jesús.

Ninguno de los cuatro habría sido considerado por los sabios de la nación poseedor de suficientes cualidades como para ser maestro.
Eran humildes y les faltaba conocimiento, pero esas características eran los requisitos previos para ser discípulos de Jesús.
El hecho de que no habían sido educados en los falsos conceptos de los rabinos, les facilitaría más aprender las lecciones necesarias para convertirlos en hábiles obreros en el establecimiento del reino de los cielos (Mar. 3: 15).
Aunque a veces eran lentos en aprender las lecciones que Jesús procuraba enseñarles, estaban enteramente consagrados a él.
El amor de Jesús gradualmente transformó su corazón y su mente en proporción a la entrega que cada uno hizo de sí mismo.
Cuando terminaron el período de instrucción, ya no eran incultos ni faltos de preparación, sino que eran hombres de discernimiento penetrante y sano juicio. Se parecían tanto a Jesús, que otros se daban cuenta de que habían estado con él (Hech. 4: 13).

La utilidad del obrero en la causa de Dios no depende tanto de un intelecto brillante, como de la consagración a Cristo y a la tarea que le corresponde efectuar. La influencia de una persona de grandes capacidades e inteligencia superior generalmente se hará sentir, sin duda alguna, en un círculo más amplio, siempre que esas capacidades estén consagradas a Dios (PVGM 268). Sin embargo, Dios puede prescindir de esas capacidades con más facilidad que de un corazón amante, una mente sumisa y manos bien dispuestas. Lo más importante de todo en el servicio de Dios, es que el yo sea puesto de lado y se dé lugar a la acción del Espíritu Santo sobre el corazón (DTG 215).

“Y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron” (Luc. 5:10,11).

En ese mismo momento el gran Pescador estaba "pescando" a Pedro, Andrés, Jacobo y Juan. El milagro radicaba en su "red". Su propósito al "pescar" vivos a estos cuatro era que ellos, a su vez, "pescaran" a otros aún vivos. La figura no era tan enteramente nueva, porque mucho antes el profeta Jeremías había empleado un lenguaje similar (Jer. 16: 16). Pedro, Andrés, Jacobo y Juan habían sido prendidos en la red del Evangelio. No podían escapar; en verdad, no tenían ningún deseo de escapar (Luc. 5: 8-9).

¡Qué contraste! Los peces que ellos habían pescado durante toda su vida, morían al ser sacados del agua. Pero desde ahora en adelante serían pescadores de hombres "para que" tuvieran "vida, y para que la" tuvieran "en abundancia" (Juan 10: 10; Luc. 19: 10).

Ahora aquí estaban los cuatro socios, dueños de la pesca más abundante que jamás hubieran traído a tierra; pero en el momento de su mayor éxito material, abandonaron la empresa (DTG 239). A pesar del alto significado del milagro, debe haberles demandado una verdadera medida de fe el dejar su ocupación para llevar una vida incierta como seguidores de un maestro itinerante, que hasta ese momento no parecía haber logrado mucho éxito (DTG 211- 212). Pero Jesús, al proporcionarles abundantes pescados, demostró su poder para hacer frente a las necesidades de sus seguidores, y creyeron con humilde fe.
El discipulado es una manera de vivir. Para los cristianos, es una relación con Jesús, el Maestro; cuyo llamado crea discípulos que se comprometen con la tarea del disci­pulado. Los discípulos cristianos imitan a su Maestro, Jesús, en todos los aspectos de su vida diaria. El discipulado no solo involucra lo que un cristiano hace en favor de Cristo sino también de qué modo el discípulo representa a Cristo en el mundo.

3. ¿Quién es un discípulo? (Lucas 14:25, 26)

“Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo”(Luc. 14:25,26).

· "Aborrecer" muchas veces debe entenderse como un hebraísmo que significa llamar menos" (Deut. 21: 15-17).
· Este sentido se ve claramente en el pasaje paralelo donde Jesús dice: "El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí" (Mat. 10: 37).
· Es evidente que Cristo presentó esta hipérbole para destacar en forma concreta ante sus seguidores que en todo momento deben darle al reino de los cielos el primer lugar en sus vidas.
· Se repite el principio que debe regir en cuanto a los bienes materiales: a qué le daremos el primer lugar en la vida (Mat. 6: 19-34).

El que tiene intereses personales que sean superiores a la lealtad a Cristo y a la dedicación a su servicio, le será imposible hacer lo que Cristo pide de él. La invitación del reino debe tener el primer lugar siempre y en todas las circunstancias. El servicio de Jesús pide la renuncia total y permanente al yo (Mat. 10: 37-38).

Existen dos palabras griegas en el Nuevo Testamento para la palabra discípulo. Mathetés, que significa "aprendedor", "discípulo", "aprendiz" o "adherente". La palabra discípulo viene de la palabra griega mathetés, que significa “aprendedor”, “aprendiz” o “adherente”. Un discípulo, es un alumno o un aprendedor que es aprendiz de un maestro o de un jefe, con el propósito de recibir instrucción.

· Un discípulo es "un aprendiz, o alumno, apegado a un maestro o un movimiento, uno quien es leal a la instrucción y los compromisos con el maestro o el movimiento". La otra palabra que esta vinculada con discípulo es el verbo akolouthein. Implica "ir detrás", "acompañar" e "ir junto a".
· En conclusión un discípulo es un alumno, o aprendedor; es como un aprendiz de un maestro, un profesor o un gurú, con el propósito de recibir instrucción. Los términos griegos también implican seguir a un maestro o un amo para llegar a ser un discípulo o un alumno de esa persona.
· No puede haber discípulo sin un maestro. En el Nuevo Testamento, y es­pecíficamente en los evangelios y los Hechos, el término discípulo se usa con referencia a los seguidores más íntimos de Jesús.
En ocasión de la ascensión de Jesús, él comisionó a sus discípulos: "Id, y haced discípulos a todas las naciones" (Mateo 28:19). En consecuencia, aun aquellos de nosotros que no nos encontramos con Jesús mientras vivía sobre la tierra, podemos de hecho ser sus discípulos, asumir la tarea del discipulado y ayudarlo en la realización de la comisión evangélica.

4. ¿Cómo llegamos a ser discípulos de Cristo? (Luc. 14:26-35)

Jesús expone cuatro principios para ser un discípulo:

· Ser su discípulo significa llevar la cruz (Luc. 14: 26-27).
· El costo de ser su discípulo debe calcularse cuidadosamente (Luc. 14: 28-32). Ser discípulo de Cristo equivale a renunciar completa y permanentemente a las ambiciones personales y a los intereses mundanos. El que no está dispuesto a recorrer todo el camino, ni aun debería comenzar.
· Todas las ambiciones personales y las posesiones terrenales deben colocarse sobre el altar del sacrificio (Luc. 14:33). Ser discípulo de él implica colocar completamente sobre el altar todo lo que el hombre tiene en esta vida: planes, ambiciones, amigos, parientes, posesiones, riquezas, cualquier cosa y todas las cosas que puedan interferir con su servicio para el reino de los cielos (Luc. 9: 61-62; Fil. 3: 8-10).
· El espíritu de sacrificio debe ser permanente (Luc. 14:34-35).

5. ¿De qué manera Jesús nos ha llamado al discipulado? ¿Cuál es la diferencia entre un miembro de iglesia o feligrés y un discípulo?

El feligrés simplemente acepta las enseñanzas o las doctrinas de Jesús mientras que un discípulo también las acepta pero hace un compromiso con Jesús. Esto significa el hecho de que hay una distinción entre los segui­dores de Jesús: no todo el que lo acepta a él entra en el discipulado. Por eso, hay una diferencia entre feligresía y discipulado. El discipulado es un compromiso, no solamente de seguir sus enseñanzas sino también de hacerlas normativas para la vida de la persona y de compartirlas con otros. Esto confirma la idea de que el discipulado involucra el seguir a Jesús.

II. ESCENCIA Y RASGOS DEL DISCIPULADO

¿Cuál es la esencia del discipulado?
¿Qué significa dejarlo todo atrás para seguir a Jesús?
· ¿A quiénes llama Jesús?
· ¿Por qué pasó por alto a la elite intelectual y escogió a estos hombres rudos, tales como Pedro, Andrés, Santiago y Juan, de poca educación formal o posición social?
· ¿Qué nos dice esto acerca de a quiénes Jesús puede usar? ¿Qué esperanza nos da esto?

1. ¿Cuáles son los rasgos distintivos del discipulado genuino y efectivo? (Juan 15:5; 2 Tim. 4:5)
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”( Juan 15:5)

“Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2 Tim. 4:5)

Los rasgos distintivos del discipulado

(1) Compromiso. Una entrega de todo corazón y confianza plena en Jesús, son necesarias antes de que tomemos los retos del discipulado (Juan 15:5; Sal. 37:5). El discipulado involucra comprometerse. Esto fue lo que hicieron Pedro y Andrés, deja­ron todo lo que tenían y siguieron a un Maestro nuevo, no probado y desconocido además.

Los discípulos de Jesús no solo deben estar dispuestos a seguir a la persona de Jesús sino también sus instrucciones, su misión y sus requerimientos. Los pri­meros discípulos dejaron todo, su forma de ganar la vida, su comu­nidad, el hogar, los padres, las familias, los cónyuges y siguieron a Jesús. Esto significa obediencia. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). La verdadera prueba del discipulado es la obediencia, esto significa amor, servicio y lealtad a Dios y a nuestros prójimos.


(2) Planificación. Los discípulos deben estudiar y planificar que van utilizar para presentar el mensaje. El mensaje del discípulo es la Palabra de Dios. Es portavoz de Dios y predica el mensaje divino. Predica la "sana doctrina", no teorías sensacionalistas para llamar la atención, ni suposiciones caprichosas para complacer una curiosidad estéril.

El método de Cristo de comunicar la verdad constituye el modelo para cada cristiano.
Él se concentraba en la revelación de la verdad, y se negaba a malgastar su tiempo discutiendo falsas teorías o refutando a los que las proponían. Necesitamos aprender de Cristo.
Jesús destacaba los deberes prácticos relacionados con las experiencias diarias de sus oyentes.
Anhelaba que los seres humanos fueran fortalecidos para cumplir los deberes cotidianos.
Por lo tanto, no predicaba doctrinas caprichosas o suposiciones sensacionales con el propósito de complacer la curiosidad o de cimentar su prestigio personal ante la turba voluble.
De la misma manera, los predicadores, los discípulos, los evangelistas, no deben incluir tradiciones y opiniones humanas en sus sermones, pues sólo la Palabra es eficaz para hacer frente a las necesidades de seres humanos debilitados por el pecado (Heb. 4:12). Los relatos agradables que sólo atraen la atención y mueven a risa, son incompatibles con la solemne responsabilidad de un ministro que profesa representar a Cristo. Cuando los ministros cumplen su misión como eslabones vivientes entre la infinita suficiencia de Dios y las necesidades de los hombres, sus mensajes consisten únicamente en el Pan de Vida puro (Juan 6: 51, 63). Sus sermones serán de tal naturaleza que sus oyentes no sólo queden complacidos con la presentación, sino también constreñidos a recordar los principios de verdad que han sido presentados. La Palabra genuina fomentará nuevos hábitos y creará nuevas inspiraciones y esperanzas. Y recordemos siempre cuando un mensaje no presenta a Cristo, es simplemente un discurso ordinario como lo dan los políticos.

(3) Preparación. La preparación para el discipulado se logra a diario; al atesorar las preciosas verdades de la Palabra de Dios, mediante la oración y la fe personal (Juan 5:39; Efe. 6:10-17).

(4) La compañía divina. Los verdaderos discípulos jamás caminarán solos. Únete a un compañero, este debe ser Jesús, para alcanzar los altos ideales del discipulado (Sal. 18:32,33).

(5) Perseverancia. Los discípulos de éxito son aquellos que logran sus objetivos: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil. 1:6).

Dios es el autor de nuestra salvación (Fil. 2:13; Heb. 12:2; 13:20-21).
El Señor es un obrero perfecto. Termina cada obra en la cual pone su mano, si el material humano le permite hacerlo; además, el producto de una obra tal será perfecto.
Y Dios no se cansa de hacer el bien. Había aceptado a los filipenses dentro de la comunión del Evangelio, pero esta no es una obra que se concluye con un solo acto, sino que se completa gradualmente, pero con toda seguridad. La confianza en el constante interés y la conducción de Dios es importante para alcanzar los objetivos propuestos.


III. LA TAREA DEL DISCIPULADO MODERNO

En nuestros días, hoy cuando vivimos en época de las comunicaciones y de la cibernética, ¿Qué podemos aprender de la respuesta de Pedro y Andrés al llamado de Jesús?
¿Cuán inmediata fue la respuesta de los discípulos en el llamamiento que les hizo Jesús? ¿Vacilaron? ¿Pidieron tiempo para pensarlo y darle la respuesta mas tarde?
¿De manera respondes el llamado de Jesús en este momento? ¿Dejarías tu respuesta para mañana u otro día? ¿Sabes cuál es el riego de posponer tu decisión?
¿Por qué crees que en el llamamiento se requiere de fe y acción?
¿Cómo eran los discípulos de Cristo antes que lo conocieran? ¿Qué cualidades adoptaron al relacionarse todos los días con Jesús su Maestro?
¿Eres un miembro de iglesia o un discípulo? ¿Defina tu situación? ¿Has experimentado la obra trasformadora del Espíritu Santo en tu vida? ¿Eres un verdadero discípulo? ¿Cuáles son las evidencias?

1. ¿Cuál es el contraste entre el discipulado histórico y moderno?

“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciara el evangelio!”(1 Cor. 9:16).

Los discípulos confesaron a Cristo antes que otras personas. Confesar involucra más que hablarle a la gente acerca de Jesús. ¿Cómo puedes, mediante tus actos, mostrar a otros que amas a Dios en forma suprema y a tu prójimo como a ti mismo?
Andrés y Pedro, Santiago y Juan, rompieron completamente con su pasado para unirse a Cristo.

¿De qué modos nosotros tenemos que romper con las cosas del pasado?

Pablo conocía el castigo del silencio. Sabía que estaba comisionado por Dios para proclamar las alegres nuevas de la liberación del pecado, y que si permanecía callado no tendría paz, ni alegría, ni completa comunión con Cristo. Permanecer callado habría significado para él negar la comisión que el Señor le había dado (Hech. 22: 14-15, 21; Rom. 11: 13; 15: 16; Efe. 3: 7-8).

2. ¿Usted por cuánto tiempo a permanecido callado en el asunto de la proclamación del evangelio de paz? ¿Los diferentes ministerios de la iglesia han cumplido su cometido? ¿Atraen almas los pies de Cristo? ¿Ministerio infantil? ¿Ministerio de la mujer? ¿Ministerio Personal y Escuela Sabática?

“Dios no escoge para que sean sus representantes entre los hombres, a ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, a hombres de pasiones semejantes a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo se humanó a fin de poder alcanzar a la humanidad. Se necesitaba un Salvador a la vez divino y humano para traer salvación al mundo. Y a los hombres y mujeres ha sido confiado el sagrado cometido de dar a conocer las inescrutables riquezas de Cristo"(Los Hechos de los Apóstoles, p. 109)

Todos los que son llamados por Dios para predicar el Evangelio como ministros, no pueden ocuparse en ninguna otra clase de actividad y sentirse felices o contentos. Si un hombre puede con limpia conciencia y paz mental dejar de predicar, entonces de ninguna manera debiera entrar en el ministerio (OE 452). El ministerio del Evangelio es la vocación que implica la mayor responsabilidad en el mundo, y sólo debieran entrar en él los que están dispuestos a ser guiados por el Espíritu del Señor y responden al sentimiento de un deber sagrado (3T 243).
El verdadero ministro de Jesucristo no se tiene en cuenta a sí mismo y a su propia conveniencia. No trata de hacer lo menos posible ni limita su servicio a cierto número de horas diarias; anhela hacer más de lo que parece necesario porque ama al Señor y aprecia el valor de las almas. Se siente impulsado por un sentimiento íntimo de urgencia de buscar y salvar las almas perdidas (Jer. 20: 9).
Y lo que es verdad y necesario en relación con el ministerio, también se aplica a cada seguidor del Señor. Jesús ha ordenado a todos los que creen en él que sean sus testigos (Mat. 28: 19-20; Hech. 1: 8;).
Todos los que aman al Salvador responderán a esa orden dejando que el Espíritu Santo brille a través de ellos para beneficio de todos aquellos con quienes se relacionan (Dan. 12: 3; Mat. 5: 16; Fil. 2: 15).

3. ¿Por qué es importante hacer discípulos en este tiempo? (Mat. 28:19,20)

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”

En la orden, "id y haced discípulos", Cristo incluyó a todos los creyentes hasta el mismo fin del mundo (DTG 761).
Como discípulos, habían aprendido en la escuela de Cristo; ahora fueron enviados a enseñar a otros (Mar. 3: 14).
Tenían la responsabilidad de compartir su fe, por precepto y ejemplo (Mat. 5: 13-16; Luc. 24: 48).
“Ninguna alma se salvará por una mera teoría de la verdad o por una profesión de discipulado. No pertenecemos a Cristo a menos que seamos totalmente suyos. La tibieza en la vida cristiana es lo que hace a los hombres débiles en su propósito y volubles en sus deseos” (PVGM 30).
“El estar en Cristo significa recibir constantemente de su Espíritu, una vida de entrega sin reservas a su servicio” (DTG 630).

4. ¿Qué métodos utilizas para testificar a los que te rodean? ¿Qué ven los demás en ti?
Tu testimonio, ¿es pasivo o activo?

“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos” (Mat. 7: 16, 17)

“El fruto del árbol testifica si éste es bueno o corrupto. Ningún buen árbol puede producir frutos malos. Ni el árbol malo producir buen fruto. Por sus frutos los conocerán. Hablemos y obremos para que nuestros frutos puedan ser de justicia, y dejemos brillar nuestra luz en buenas obras. La profesión no significa nada. Dios aprobará solamente una vida piadosa” (Alza tus ojos, p. 152).

Todos los que sigan verdaderamente a Cristo llevarán frutos para su gloria. Su vida testifica que el Espíritu de Dios ha realizado una buena obra en ellos, y dan fruto para la santidad.
Las acciones correctas son el fruto inequívoco de la verdadera piedad y los que no llevan fruto de esta clase revelan que no tienen experiencia en las cosas de Dios.
Jesús definió claramente, no podemos dar nada lo que no tenemos: "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15: 4, 5).

“La práctica de la verdad es esencial. El llevar frutos testifica del carácter del árbol. Un buen árbol no puede llevar malos frutos. La línea demarcatoria será sencilla y distinta, entre los que aman a Dios y guardan sus mandamientos por una parte, y los que no lo aman y descuidan sus preceptos, por la otra. Se necesita una conversión cabal” (Ev. p.227)


REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA

Mí querido(a) amigo(a) o hermano(a): ¿Qué significa ser un discípulo de Cristo? ¿Cuáles son las características de un verdadero discípulo? ¿Qué diferencia existe entre un miembro de iglesia y un discípulo? ¿Cuáles son las evidencias de que somos realmente discípulos de Cristo? ¿De qué manera podemos hacer discípulos? ¿Cuál es la gran tarea de los discípulos? ¿Qué decisión debes tomar ahora que sabes que eres un discípulo? ¿Cuanto tiempo nos hemos dedicado para ser felices a otros? ¿Por qué es importante hacer un compromiso con Jesús en este mismo momento?

Reflexiona conmigo el siguiente texto: “Examinad bien de cerca vuestro propio corazón y el estado de vuestros afectos hacia Dios… ¿He dedicado los preciosos momentos de hoy a tratar de complacerme, de entretenerme, o he hecho a otros felices? ¿He ayudado a los que tienen relación conmigo a rendir una mayor devoción a Dios y a apreciar las cosas eternas? ¿He llevado conmigo la religión mi casa, revelando la gracia de Cristo por mis palabras y mi conducta?... ¿He emprendido alegremente los pequeños deberes diarios, cumpliéndolos con fidelidad, haciendo lo que podía para aligerar las cargas de otros? ¿He guardado mis labios del mal y mi lengua de hablar engaño? ¿He honrado a Cristo mi Redentor, quien dio su preciosa vida para que estuviese a mi alcance la vida eterna?”(Mensaje para los jóvenes, p. 120).



Actividades
· Dibuja la foto de un discípulo de 2008, indicando con una fecha la función de las manos, los pies, las piernas, los ojos, la boca, los oídos, la mente y del corazón a favor de un necesitado espiritual y físicamente.
· Recopila tres coritos que hablen de la ganancia de almas y cántenlo con tu célula durante todo el trimestre.
· Haz una lista de 10 nombres de personas para pescar en este trimestre y ore por ellos.
· Fija una hora todos los días para buscar almas para Cristo.
· Proponte de alcanzar por lo menos dos almas para reino de los cielos en este trimestre.

Ore conmigo, por favor…“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciara el evangelio!”(1 Cor. 9:16)…Feliz sábado

RESUMEN

El discipulado es una relación íntima entre Jesús y sus seguidores.
Elaboró: Delfino Jarquín López, Versión completa en: (www.vivafeliz.es.tl); (http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com), temas de interés y enlaces inmediatos.
Bibliografía: Melbourne Bertram, El discipulado cristiano, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Enero-Marzo de 2008__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Enero-Marzo de 2008__G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Servicio Cristiano Eficaz__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo V- Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007, _ Martín Carlos, Como trastornar al mundo, ACES, 2000.

Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.

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