1/10/2008

El discipulado entonces y ahora


Para el 12 de enero de 2008

Lee: Mateo 24:14; 28:19,20; Marcos 16:20; Juan 3:21-30; Hechos 5:34-39.

Descubre: ¿Por qué el discipulado de Jesús es diferente a los demás discipulados? ¿En qué consiste el discipulado de Jesús?¿En qué radica la diferencia?

Memoriza y considera: “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían” (Mar. 16:20).

Pensamiento clave: ¿Cómo era el discipulado entre los griegos y los judíos? ¿De qué modo el discipulado de Juan el Bautista y de Jesús fueron diferentes? ¿Qué aplicaciones, para la tarea contemporánea del discipulado, podemos obtener del discipulado en los tiempos de Jesús?

No puede haber discipulado sin discípulos, y los discípulos requieren maestros para su instrucción. El discipulado requiere un instructor que enseña en un marco formal o informal. En muchos casos, se desarrolla un vínculo estrecho entre el maestro y los dis­cípulos. La mayoría de los que tenemos alumnos sabemos que significa esto. Como maestros convivimos con ellos y viceversa. Tal vez en las grandes ciudades la relación entre maestro y alumno son pocas las horas que se dedican uno hacia el otro. Pero en una comunidad pequeña o en una escuela interna se convive prácticamente las 24 horas del día. Este tipo de relaciones entre el alumno y el maestro, así como entre los discípulos y el maestro, existió durante siglos antes del mi­nisterio de Jesús. El Antiguo Testamento se refiere a los discípulos en Isaías: “Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos” (Isaías 8:16), y Esdras, el escriba, tenía sus seguidores o discípulos. Jesús llamó a sus discípulos, dijo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”.

· ¿Cuál es el mensaje central de esta lección?
· ¿Cómo aplicarías este mensaje en tu vida?

PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA

Saber y comprender cómo Jesús confirmó su palabra mediante sus discípulos con señales y milagros.
Sentir el deseo de trabajar estrechamente para Jesús y con él.
Hacer de los lugares adonde van cada día su campo misionero.

I. EL DISCIPULADO ENTRE LOS GRIEGOS

Si alguien viniera a ti, como esos griegos fueron a Felipe, y te dijera: “Quisiéramos ver a Jesús”, ¿qué responderías? ¿Cómo le presentarías a Jesús?

"Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús" (Juan 12:20, 21).

¿Está el autor de este pasaje comunicando algo a sus primeros lectores que nosotros no entendemos? ¿O tal vez los primeros lec­tores de este pasaje entendieron algo que se nos escapa, a los que estamos separados de ellos por dos mil años? ¿Por qué Juan incluyó este pasaje en su Evangelio?

En la cultura griega, el discipulado tomó diversas formas. Los filósofos tenían alumnos, los líderes religiosos __tanto los tradicio­nales como los de los cultos de misterio__tenían seguidores y los dirigentes políticos tenían adherentes. Estos maestros reunían tras sí discípulos. Eran personas sabias, de quienes los alumnos eran aprendices con el fin de recibir su sabiduría. La relación maestro-alumno era especial. Vinculaba a los maestros y a los alumnos de tal modo que no solo se reverenciaba el conocimiento y la instrucción del maestro sino también su vida y sus enseñanzas eran imitadas.

Algunos maestros iniciaban el llamado al dis­cipulado, sin embargo, la tradición más frecuente era que los discípulos elegían a su maestro basados en su fama y su reputación.

Los griegos vinieron del Occidente para hallar al Salvador al final de su vida, como los magos habían venido del Oriente al principio.

Cuando nació Cristo, los judíos estaban tan engolfados en sus propios planes ambiciosos que no conocieron su advenimiento. Los magos de una tierra pagana vinieron al pesebre con sus donativos para adorar al Salvador. Así también estos griegos, representando a las naciones, a las tribus y a los pueblos del mundo, vinieron a ver a Jesús.

Así también la gente de todas las tierras y de todas las edades iba a ser atraída por la cruz del Salvador. Y así "vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, e Isaac y Jacob, en el reino de los cielos."

Los griegos habían oído hablar de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. Algunos suponían que había echado a los sacerdotes y gobernantes del templo, y que iba a tomar posesión del trono de David y reinar como rey de Israel, y habían hecho circular ese rumor.

Los griegos anhelaban conocer la verdad acerca de su misión. "Quisiéramos ver a Jesús," dijeron. Lo que deseaban les fue concedido. Cuando la petición fue presentada a Jesús, estaba en aquella parte del templo de la cual todos estaban excluidos menos los judíos, pero salió al atrio exterior donde estaban los griegos, y tuvo una entrevista con ellos.

Había llegado la hora de la glorificación de Cristo.
Estaba en la sombra de la cruz, y la pregunta de los griegos le mostró que el sacrificio que estaba por hacer traería muchos hijos e hijas a Dios. El sabía que los griegos le verían pronto en una situación que no podían soñar. Le verían colocado al lado del ladrón y homicida Barrabás, al que se decidiría dar libertad antes que al Hijo de Dios.
Oirían al pueblo, inspirado por los sacerdotes y gobernantes, hacer su elección. Y a la pregunta: "¿Qué pues haré de Jesús que se dice el Cristo?" se daría la respuesta: "Sea crucificado."

Cristo sabía que su reino sería perfeccionado al hacer él esta propiciación por los pecados de los hombres, y que se extendería por todo el mundo.
El iba a obrar como Restaurador y su espíritu prevalecería. Por un momento, miró lo futuro y oyó las voces que proclamaban en todas partes de la tierra: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo."
En estos extranjeros, Cristo vio la garantía de una gran siega, para cuando el muro de separación entre judíos y gentiles fuese derribado, y todas las naciones, lenguas y pueblos oyesen el mensaje de salvación. Expresó esta expectativa de la consumación de sus esperanzas en las palabras: "La hora viene en que el Hijo del hombre ha de ser glorificado." Pero la manera en que debía realizarse esta glorificación no se apartaba nunca del pensar de Cristo. La reunión de los gentiles había de seguir a su muerte que se acercaba. Únicamente por su muerte podía salvarse el mundo. Como el grano de trigo, el Hijo de Dios debía ser arrojado en tierra y morir y ser sepultado; pero volvería a vivir (DTG 575).

Ø El ferviente pedido de un alma penitente y confiada siempre es concedido

II. EL DISCIPULADO ENTRE LOS HEBREOS

¿Has conocido a un maestro, a quien admiraste, que produjo un gran impacto en tu vida para el bien? ¿Qué aspectos de ese maestro te impresionaron más? ¿De qué maneras puedes imitar esos rasgos en tu propia vida?

1. ¿Cómo era el discipulado entre los hebreos? (Jer. 29:13; Juan 1:9; 6:44; Hech. 10:34, 35)

Aun cuando en el Antiguo Testamento no está plenamente desarrollada la idea del discipulado, contiene esa idea: la idea de relaciones entre un maestro y sus alumnos. En 1 Crónicas 25:8 se nos habla de maestros y alumnos que echaron suertes para la desig­nación de su tarea de alabar a Dios mediante la música, y en Isaías 8:16 se nos habla de discípulos del profeta Isaías.

Algunos eruditos mencionan que el Antiguo Testamento revela el concepto del discipulado, por ejemplo el escritor John J. Vincent afirma que Eliseo parece haber sido el discípulo de Elías (1 Reyes 19:19 y siguientes; 2 Reyes 2:1-15). Él nota que Eliseo echaba agua sobre las manos de su maestro, como lo harían sus discípulos (2 Reyes 3:11), y que otros eruditos también ven una relación de discipulado aquí. Su idea es digna de notar: que el discipulado no se enfatiza en el Antiguo Testamento porque Jehová Dios era el único maestro de Israel. Para nuestros propósitos, sea a un maestro humano o teniendo a Dios como maestro, lo que importa es el hecho de que el concepto de discipulado existió entre los he­breos.

Las relaciones alumno-maestro se mencionan en los escritos de eruditos judíos tales como Filón y Josefo.
Hubo dos rabíes famosos, Hillel y Shammai, que tenían escuelas rivales en Jerusalén y que atraían seguidores.
En Hechos, que Saulo de Tarso era discípulo del rabí Gamaliel, otro famoso maestro judío del primer siglo (Hech. 5:34-39; 22:3).

2. ¿Qué podemos aprender acerca de Gamaliel? (Hech. 5:34-39; 22:3).

Estos maestros tuvieron mucha reputación en todo el primer siglo entre los judíos. Atraían seguidores de todo el mundo hacia Jerusalén, el centro del conocimiento teológico y jurídico, para sentarse a los pies de estos maestros. Un joven judío que deseaba llegar a ser un rabí comenzaba su educación como alumno a una edad muy temprana, tal vez ya a los 14 años. Estaba en contacto personal con su maestro, escuchando sus instrucciones, imitando sus gestos, y aprendiendo de él en el aula y en la vida diaria. En la clase, asumía la posición de un aprendedor, sentado a los pies de su maestro. Cuando dominaba el material tradicional, se lo designaba como un erudito no ordenado. La ordenación venía más tarde, a una edad prefijada. En esa ocasión, se le otorgaba el título de rabí, así como la autoridad eclesiástica sobre los judíos del mundo entero.

Ø A los pies de Jesús encontramos no sólo un lugar de refugio sino también un lugar para la instrucción y una fuente de poder.

III. EL DISCIPULADO CON JUAN EL BAUTISTA

¿Cuál era el problema que causó cierta angustia entre los discípulos de Juan? (Juan 3:21- 30)
¿Qué señala esta actitud acerca de ellos? En contraste, ¿qué nos indica la respuesta de Juan acerca de su carácter?
¿Qué principios podemos aprender de la respuesta de Juan, que podríamos aplicar a nuestras propias vidas?

1. Lee el siguiente texto y contesta: “Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba. Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas, y venían, y eran bautizados. Porque Juan no había sido aún encarcelado. Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación. Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él. Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido. Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. El que de arriba viene, es sobre todos: el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos” (Juan 3:22-31).

2. ¿Cuáles fueron unas de las características del discipulado de Juan el Bautista?

La gran popularidad de Jesús (Juan 3: 26) despertó los celos de los discípulos de Juan a favor de su maestro, quien simultáneamente predicaba y bautizaba en la misma región. Por eso, transitoriamente, en torno del mes de diciembre, Jesús regresó a Galilea (Juan 4: 1-3).

Volvió a Jerusalén para la pascua de 29 d. C., cuando terminó su primer ministerio en Judea y se dedicó a su obra en Galilea (Luc. 4; Mat. 4: 12; Luc. 4: 16).

Al bautizar, Jesús dio su aprobación al ministerio de su precursor, pero no bautizaba en realidad sino bautizaban sus discípulos (Juan 4: 2).
Al igual que Juan, sin duda Jesús eligió lugares donde hubiera "muchas aguas" (Juan 3: 23). El ministerio de Juan continuó a lo menos hasta después del tiempo del retiro transitorio de Jesús de Judea, en torno del mes de diciembre. Fue arrestado y encarcelado entre ese tiempo y la pascua siguiente (Luc. 3: 19-20).

La predicación de Juan había recibido tal aprobación popular, que los escribas y fariseos estaban celosos de él (Juan 1: 19-25).
Pero aquí estaba un Maestro aun más popular que Juan. Los discípulos de Juan se resintieron por el aparente éxito de Jesús y sintieron celos por su maestro (Mar. 9: 38). Creían que como el bautismo de Juan les era característico (Juan 3: 25), Jesús y otros que no estaban directamente relacionados con Juan y con ellos, no tenían derecho a administrar el rito en la forma y para los propósitos con que lo hacía Juan.

Juan reconocía que su éxito había, provenido del cielo, y confirmaba su creencia en que el éxito mayor que acompañaba los trabajos de Jesús también debía provenir del cielo. En ambos casos la iniciativa estaba con Dios, ¿y qué derecho tenían los hombres para desafiar los actos de Dios? Juan estaba seguro de que cumplía una misión divina y desde el principio había predicho la venida de Uno aun mayor que él (Juan 1: 26-27). ¿Por qué habría de resentirse por el cumplimiento de su propia predicción?

La completa humildad y la sumisión abnegada de Juan son rasgos característicos del verdadero seguidor de Cristo.

Juan pudo decir: "Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe" (Juan 3: 30), sólo porque claramente entendió su relación con el Mesías y porque lo había transformado el toque del amor divino (DTG 151).

3. ¿De que manera eran diferentes entre el discipulado de Juan el Bautista y el de Jesús?

Cristo vino "de arriba" para que los hombres pudieran nacer "de arriba". Juan declara que, debido a que Cristo vino "de arriba", es correcto y propio _en realidad, necesario_ que él esté "sobre todos" los de origen terrenal.
Lo que es de origen terrenal, también es terrenal por naturaleza.
Juan era "de la tierra" y hablaba como hombre. Jesús era "de arriba" y hablaba con sabiduría "de arriba". No es de extrañarse que la gente se volviera de Juan a Jesús, de lo menor a lo mayor.

"El que viene del cielo, lo que vio y oyó, esto testifica". Al retener esa expresión, se hace notar que Juan admite que Cristo es infinitamente mayor que él; en realidad, que todos los hombres, y que Juan rehúsa considerarse a sí mismo como rival de Jesús.

Lo que Cristo ha visto y oído del carácter y de la voluntad del Padre (Juan 11: 13). Juan siempre recuerda a sus lectores que el testimonio de Jesús acerca de las cosas celestiales se originó con el Padre (Juan 8: 40; 15: 15).

Jesús dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" (Mat. 16: 24). ¿Quiere cada alma considerar el hecho de que el discipulado cristiano incluye la abnegación, el sacrificio de sí mismo, hasta el punto de entregar la propia vida, si esto fuera necesario, por amor al que dio su vida por la vida del mundo?

Cuando es implantado el principio del amor en el corazón, cuando el hombre es renovado conforme a la imagen del que lo creó, se cumple en él la promesa del nuevo pacto: "Pondré mis leyes en su corazón, y también en su mente las escribiré" (Hebreos 10: 16). Y si la ley está escrita en el corazón, ¿no modelará la vida? La obediencia, es decir, el servicio y la lealtad de amor, es la verdadera prueba del discipulado. Siendo así, la Escritura dice: “Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos" "El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y no hay verdad en él" (1 Juan 5: 3; 2: 4) En vez de que la fe exima al hombre de la obediencia, es la fe, y sólo ella, la que lo hace participante de la gracia de Cristo y lo capacita para obedecerlo.


Ø Los discípulos necesitan tener un concepto claro de si mismos y de su valor para Dios, y no deberían permitir, a cualquier costo, que otros los desvíen de su discipulado.

IV. EL DISCIPULADO CON JESÚS

"Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba" (Mateo 5:1, 2).

Cuando Jesús te llamó, ¿qué abandonaste para seguirlo a él? ¿Cuál fue tu respuesta a ese llamamiento? ¿Podrías todavía estar aferrándote a algo que está en tu camino para no comprometerte completamente con el Señor?

1. Como los discípulos contemporáneos de Jesús, se espera que nosotros representemos al Padre ante el mundo, como lo hizo Jesús. ¿Qué está enseñando mi discipulado a otros? ¿Le agrada a Dios mi discipulado?

“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”(Juan 15:16).

Ninguno de los doce fue elegido debido a su perfección, ya fuera de carácter o de capacidad.
Cristo eligió a hombres que estaban dispuestos a aprender y que podían hacerlo, cuyos caracteres podrían ser transformados.
Cuando fueron llamados, todos tenían serios defectos. Pero, por la gracia de Cristo, esos defectos fueron eliminados (excepto en el caso de judas), y en su lugar Jesús plantó las preciosas semillas del carácter divino que germinaron, crecieron hasta madurar y más tarde produjeron el fruto de un carácter semejante al de Cristo (Gál. 5: 22-23).

Cristo toma a los hombres donde están, y si están dispuestos y son sumisos, los transforma de acuerde con la voluntad de él. Coloca a hombres y a mujeres en posiciones de responsabilidad, no porque los considere plenamente preparados para lo que de ellos demandan esas posiciones, sino porque, al leer sus corazones, discierne habilidades latentes que, bajo la dirección divina, pueden ser fomentadas y desarrolladas para la gloria de Dios y para el adelantamiento de su reino.

“Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar” (Mar. 3:14). Los discípulos habían elegido ser los seguidores de Cristo, pero fue Jesús quien, entre sus muchos seguidores, había elegido a doce para que fueran apóstoles (Luc. 6: 13). Todos pueden elegir seguir a Cristo, pero él es Aquel que elige y capacita a los hombres para que ocupen cargos de responsabilidad y liderazgo en su causa (1 Cor. 12: 7-11, 28).

Ø La vida diaria de los discípulos atrae a la gente a Cristo o los repele.

V. EL DISCIPULADO CONTEMPORÁNEO

¿Qué aplicaciones, para la tarea contemporánea del discipulado, podemos obtener del discipulado en los tiempos de Jesús?

1. Lee los siguientes testos y comenta: “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían” (Mar. 16:20). “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:14). “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mat. 28:19,20).

2. ¿Cuál es el mensaje central del texto?

En la providencia de Dios, el poder divino siempre se ha de unir con el esfuerzo humano. Debían hacer discípulos entre judíos, gentiles, griegos y en todas las naciones ( Rom.1: 16; 2: 10). Si se compara esto con la gran promesa de que el Evangelio del reino será predicado en todo el mundo "para testimonio a todas las naciones" (Mat. 24: 14).

Esta comisión puede ser considerada como la razón básica del trabajo misionero de la iglesia.

El cristianismo fue la primera religión que asumió un carácter verdaderamente internacional. En buena medida, las religiones paganas carecían de celo misionero y de actividad. Eran básicamente de carácter nacional, y no se proponían convertir a gente de otras nacionalidades.
La comisión evangélica elimina las fronteras nacionales, y los habitantes de todas las naciones se convierten en miembros de una gran hermandad, y en la cual "no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos" somos "uno en Cristo Jesús" (Gál. 3: 28; Col. 3:11).
El cristianismo destruye todas las barreras de raza, de nacionalidad, de sociedad, de nivel económico y de costumbres sociales.

3. ¿De qué manera se distingue entre un miembro y un discípulo? (2 Tim. 1:2)

“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Tim. 1:2)

Nadie puede hacer la obra de un ministro cristiano a menos que sea continuamente guiado por la gracia y el poder de Dios (2 Cor. 12:9; Efe. 6: 10; Fil. 4-.13).
El dirigente cristiano no sólo debe predicar el Evangelio a la grey y a los incrédulos, sino también preparar a jóvenes en el discipulado. Una experiencia de vivir con Cristo, pero también capaces para que se encarguen de la conducción de la iglesia cuando desaparezca la generación de más edad.

4. ¿Cuál es el común denominador entre el discipulado de Jesús y el contemporáneo? ¿Existe alguna diferencia? ¿Si? ¿No? ¿Por qué?

La abnegación es una condición esencial del discipulado.
La relación del hombre con Dios debe fundarse en la razón y la inteligencia.
No es un discipulado ciego. El hombre ha de servir a Dios con toda la mente (Mat. 22: 37).
Pero el conocer a Dios va más allá de un mero entendimiento teórico. Es un conocimiento experimental y práctico. Se manifiesta cuando la persona anda por los caminos de Dios (Job 22: 21; Jer. 22: 16).
El discurso sobre el discipulado, Mateo 10.
El discipulado exige firmeza de propósito y paciencia frente a la dificultad o al chasco (Luc. 9: 62).
La invitación al discipulado incluye también el tomar el yugo de Jesús (Mat. 11: 29).
Son evidencias del discipulado las manifestaciones de amor constante y ferviente, y no los brotes de caridad aislados y espasmódicos.
El fulgor de las virtudes cristianas es una prueba del discipulado, Sin una unión vital con Cristo es imposible dar los frutos de justicia (Juan 15:5; 13: 35).
La estricta obediencia y el dominio propio son la prueba del discipulado (Mat. 5:13-23).

5. Hermano(a), ¿Eres un miembro o un discípulo?

Ser un miembro es fácil, ser un discípulo es más difícil.
El miembro espera panes y peces, el discípulo es un pescador.
El miembro busca crecer, el discipulado reproducirse.
El miembro se gana, el discípulo se hace.
El miembro busca comodidad, el discípulo sirve a los demás.
El miembro gusta del halago, el discípulo del servicio y sacrificio.
El miembro entrega parte de sus cosas, el discípulo toda la vida.
El miembro espera una tarea, el discípulo asume su responsabilidad.
El miembro murmura y reclama, el discípulo se niega así mismo.
El miembro es condicionado por las circunstancias, el discípulo las aprovecha.
El miembro reclama que lo visiten, el discípulo visita.
El miembro suma, el discípulo multiplica.
Los miembros de hoy son trastornados por el mundo, los discípulos de la iglesia trastornaron el mundo.
En nuestros días, ¿Trastornas al mundo con el evangelio de paz o el mundo te trastorna?

Ø
El único límite para el discipulado de éxito es el que ponemos nosotros por nuestra falta de fe.

REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA

Mí querido(a) amigo(a), hermano(a): ¿Cuán involucrado estás en la obra de difundir el evangelio? ¿Cuáles son tus dones espirituales y cómo pueden usarse en esta obra? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo en términos de ayudar a otros a conocer las maravillosas verdades que se te han confiado? ¿Qué indica tu respuesta acerca de ti mismo? ¿Por qué necesitamos ir, hacer discípulos, enseñar y bautizar? ¿Se puede postergar los deberes del discipulado si usted no se siente preparado? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué? ¿Le gustaría ser un verdadero discípulo? La clave está en el siguiente algoritmo, te invito a que lo hagamos nuestro:

Sumisión a la voluntad de Dios. Negarnos a nosotros mismos para que Jesús sea el centro de muestra vida. “Ningún alma se salvará por una mera teoría de la verdad o por una profesión de discipulado. No pertenecemos a Cristo a menos que seamos totalmente suyos. La tibieza en la vida cristiana es lo que hace a los hombres débiles en su propósito y volubles en sus deseos. El esfuerzo por servir al yo y a Cristo a la vez lo hace a uno oidor pedregoso, y no prevalecerá cuando la prueba le sobrevenga”(PVGM 33, 34)

Disciplina_ Discípulo_ Disciplina. Jamás podrás ser un buen discípulo a menos que practiques las enseñanzas del Maestro y te sometas a su programa de adiestramiento. La orden es: id y hacer discípulos, bautizar y enseñar a otros. ¿Lo haremos a partir de este momento?

Experimenta la presencia de Cristo en tu vida. Practica tus creencias cristianas y trae un alma para Cristo. ¿Cuánto tiempo tardará la carga de un acumulador si no es retroalimentado por un alternador? ¿Cuánto tiempo tardarán dentro de la iglesia, aquellos que no tienen una experiencia personal con Cristo? ¿Los que no oran, ni estudian la Palabra de Dios y tampoco testifican acerca de Cristo?

Refleja el carácter de Cristo.
Que los demás vean a Cristo en ti. Si pasamos tiempo con Jesús a través de la oración y el estudio de la Palabra de Dios y somos cambiados continuamente por su gracia, podemos reflejar fielmente su carácter, si y solo si, entonces nos llamaremos sus discípulos, de lo contrario no lo haremos y tampoco testificaremos. Seremos simplemente miembros de iglesia y nada más y por poco tiempo.

Reflexiona conmigo el siguiente texto: “Dios podría haber encomendado el mensaje del Evangelio, y toda la obra del ministerio de amor, a los ángeles del cielo. Podría haber empleado otros medios para llevar a cabo su obra. Pero en su amor infinito quiso hacernos colaboradores con él, con Cristo y con los ángeles, para que participásemos de la bendición, del gozo y de la elevación espiritual que resultan de este abnegado ministerio” (El Camino a Cristo, p. 77).

Involúcrate en las actividades del discipulado


· Haz una lista de palabras que pueden asociarse con la palabra discipulado.
· Ora para que Dios te ayude a conocer personas con quienes puedes compartir el mensaje de salvación.
· Participar en una gira misionera en alguna colonia de la ciudad, para platicarle a la gente lo que ha hecho Cristo por ti.
· Participa del programa misionero de tu iglesia.

Ore conmigo, por favor…“El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor” (Mat. 10:24) Feliz sábado

RESUMEN

Como discípulos de Jesús, podemos obtener lecciones de las vidas de los primeros discípulos.

Elaboró: Delfino Jarquín López, Si usted gusta toda la versión haga clic en: (www.vivafeliz.es.tl); (http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com), temas de interés y enlaces inmediatos.

Bibliografía: Melbourne Bertram, El discipulado cristiano, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Enero-Marzo de 2008__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Enero-Marzo de 2008__G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Servicio Cristiano Eficaz__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo V- Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007, _ Martín Carlos, Como trastornar al mundo, ACES, 2000_De la Cruz Misael, Discipulado en los pasos de Jesús, Segundo Diplomado teológico, Universidad de Linda Vista, 2007__Burrill Russell, Reavivamiento del discipulado, APIA, 2007__Ariyaratnam Indrani, Escasa Malou, Abdool Karen, Acevedo Wanda, K Julene, et al, Jesús: un don único, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, El universitario, Enero-Marzo de 2008.

Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.

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