Lección 7: Preparación para el discipulado
Para el 16 de febrero de 2008
Lee: Mateo 5-7; 10:1; 10:5-11:1; Marcos 3:1-19; Lucas 6:12-16.
Descubre: ¿Quién es un discípulo? ¿Qué significa ser discípulo? ¿Cómo preparó Jesús sus discípulos? ¿Qué estrategias utiliza la iglesia para preparar discípulos? ¿Existen entrenamientos? ¿Cuál es la comisión, el que es un discípulo? ¿De qué manera se preparan los hermanos de la iglesia para cumplir la gran comisión? ¿Son todos llamados a ser discípulos o deben las personas tener ciertas cualidades para ser llamadas al discipulado (Mat. 28:19; Mar. 16:15)
Memoriza y considera: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:14-16).
Pensamiento clave: ¿Cómo preparó Jesús a sus discípulos? ¿Qué principios podemos aprender para nosotros, con respecto al discipulado, de lo que él les dijo antes de enviarlos? ¿Qué podemos aprender del Sermón del Monte que sea crucial para el discipulado? ¿Qué clase de oposición deberían esperar los discípulos de Cristo?
El Sermón del Monte es uno de los discursos más importantes de nuestro Señor, dado en las laderas de una colina de Galilea, mediante el cual resumió la naturaleza, el propósito y los principios del reino de la gracia divina que había venido a establecer (Mat. 5-7). Jesús acababa de terminar su la gira de evangelización por las ciudades y las aldeas de Galilea para anunciarlo (Mat. 4:23), y había nombrado a los Doce para que fueran sus apóstoles (Mar. 3:13-19; Luc. 6:12-16). Este sermón era para ellos en particular, pero también estaban presentes muchos otros seguidores y oyentes de Cristo.
El Sermón del Monte se puede considerar el discurso inaugural de nuestro Señor como dirigente del reino de la gracia divina, o como su constitución. Presenta los requisitos para entrar en él, el carácter que se espera que tengan sus ciudadanos, y sus privilegios y responsabilidades en una forma más abarcante que en cualquier otra ocasión registrada. Es una definición de la clase de vida que se debe vivir en la nueva sociedad espiritual que Jesús vino a establecer. Los principios expuestos abarcan toda la gama de deberes del hombre hacia Dios y hacia sus semejantes.
En este sermón, el Señor cita a menudo "la ley y los profetas" (Mat. 5:17-22, 27, 38; Exo. 21:24; de este modo, enriquece la comprensión espiritual de sus oyentes y aplica en forma práctica los principios del Antiguo Testamento a su reino de justicia. La verdadera religión, afirma, controla los motivos y las actitudes, como asimismo las palabras y los hechos que se derivan de ellos, puesto que es posible tener la forma de la religión y la apariencia del recto vivir sin que el corazón y la vida estén sinceramente dedicados a Dios, o sin tener un verdadero y cordial interés en el prójimo.
· Mateo 5 presenta el carácter motivado por el amor al prójimo como el objetivo final de la ciudadanía en el reino, y alcanza su culminación mediante una invitación a ser "perfectos", así como Dios es perfecto (Mat. 5:48).
· Mateo 6 se refiere a los incentivos para la vida recta, y se cierra con un desafío a hacer del reino de los cielos el supremo blanco de la vida.
· El capitulo 7 de Mateo se dedica a ciertos privilegios y responsabilidades específicos del cristiano, y termina con un llamamiento a una acción decisiva para lograrlos y cumplirlas (Mat. 7: 24-27).
El sermón comienza con una explicación gentil acerca de cómo se puede llegar a ser ciudadano del reino (Mat. 5:3-12), y lo define como un representante viviente de sus principios (Mat. 5:13-16). ¿En qué consisten esos principios? Se discute con más detalle en Mat. 5:17-48. Nuestro Señor Jesucristo continúa entonces subrayando la importancia de los correctos motivos que conforman el culto, el servicio y las relaciones humanas (Mat. 6:1-18), y pone énfasis en una completa confianza en la bondad de Dios con respecto a las necesidades de esta vida (Mat. 6:19-34). Nuestras relaciones mutuas deben ser un ejemplo viviente de la regla de oro (Mat. 7:1-12). La estricta obediencia y el dominio propio son la prueba del discipulado (Mat. 7:13-23). En su cierre Jesús extiende una urgente invitación a sus oyentes a poner en práctica en su vida diaria estos principios (Mat. 7:24-27).
En la preparación para el discipulado, dos cosas son muy importantes: la consagración y la capacitación. El primero es nuestra relación con Jesús, es la manera como respondemos su poder transformador en nuestras vidas todos los días. La segunda son las estrategias de cómo testificar de lo que Jesús hizo por nosotros. Es el método de Cristo para presentar el mensaje de salvación a las personas. La consagración y la capacitación son la receta para alcanzar el discipulado genuino.
· ¿Cuál es el mensaje central de esta lección?
· ¿Cómo aplicarías este mensaje en tu vida?
PROPÓSITOS DE LA LECCIÓN DE ESTA SEMANA
· Saber cómo nos juzga Dios por la forma en que juzgamos a otros.
· Sentir un deseo de cultivar la misericordia en vez de juzgar a otros.
· Hacer la decisión de dejar que Dios sea quien juzgue.
I. LA DESIGNACIÓN DE LOS APÓSTOLES
1. ¿Sabes algo…? ¿Quién es un apóstol?
Del griego apóstolos, de apó, "lejos", "apartado de", y stéllỏ, "enviar", "despachar"; así, literalmente, "uno enviado", y por extensión, "un mensajero", "un embajador".
En griego clásico apóstolos se aplica frecuentemente a un barco o convoy despachados en una expedición mercantil o naval; al capitán de un barco mercante o al comandante de un escuadrón naval; a un representante, sea embajador o enviado.
En griego koiné, el dialecto en que se escribió el Nuevo Testamento, apóstolos se usa también con estas dos aplicaciones generales: a cosas y a personas. Aparece con la connotación de un barco enviado, una carga que se despacha; de los documentos que representan el barco y su carga (el documento de remito, o tal vez, la licencia de exportación). Con referencia a personas, el término se aplica al embajador, enviado, delegado. Josefo usa esta palabra cuando habla de los embajadores que los judíos enviaron como sus representantes a Roma.
En el Nuevo Testamento, apóstolos conlleva la idea de misión y de representación. El término aparece en el registro de la ordenación y el envío de los discípulos en misión evangelizadora (Mat. 10:2-6). Es probable que en esa ocasión Jesús usara la palabra aram. shelaj, equivalente del participio heb. shâlûaj, "enviado". Este témino semítico, del cual apóstolos es el equivalente griego, parece haber tenido un uso técnico entre los judíos. En la literatura rabínica se lo aplica con referencia a mensajeros y representantes dotados de autoridad, como los responsables de reunir ofrendas entre los judíos de la diáspora. Evidentemente, en todo el Nuevo Testamento apóstolos tiene una significación técnica similar.
El término se usa en los Evangelios, con una excepción (Luc. 11:49), y sólo en relación con los Doce a quienes Jesús llamó y envió:
· Andrés y su hermano Simón, más tarde conocido como Simón Pedro (Mat. 4:18-20; Mar. 1:16-18; Luc. 6:14; Juan. 1:35-42). Jacobo (Santiago) y su hermano Juan, hijos de Zebedeo (Mat. 4:21, 22; Mar.1:19, 20; Luc. 6:14).
· Felipe (Juan. 1:43, 44); Natanael, también llamado Bartolomé (Juan. 1:45-51); Mateo, también llamado Leví (Mat. 9:9; Mr. 2:14; Luc. 5:27, 28)
· Tomás ; Jacobo (Santiago), el hijo de Alfeo; Simón el Zelote o cananista; Judas, el hermano de Jacobo; y Judas Iscariote.
En el Nuevo Testamento hay tres listas completas de los Doce (Mat. 10:2-4; Mar. 3:14-19; Luc. 6:13-16). Una cuarta lista (Hch. 1:13) omite el nombre de Judas Iscariote. Una comparación del lugar en que aparecen los nombres muestra que no guardan un orden definido, con la excepción de Simón Pedro, Felipe y Jacobo el hijo de Alfeo, cuyos nombres aparecen en el primer, quinto y noveno lugar, respectivamente, en cada lista. Esto ha sugerido que había tres grupos de cuatro, encabezados por estos tres hombres. De los Doce, Pedro, Jacobo y Juan se destacan por recibir privilegios especiales: estuvieron presentes en la resurrección de la hija de Jairo (Mar. 5:37-42); en la transfiguración de Jesús (Mat. 17:1, 2); y en el Jardín del Getsemaní durante su agonía (Mar. 14:32, 33). Sin duda esto se debió al hecho de que estos tres tenían una comprensión más clara de la obra y las enseñanzas de Jesús y una simpatía más profunda por él. Uno de los Doce, Judas Iscariote, fue el traidor; más tarde se eligió a Matías para llenar su cargo y conservar así el número original de 12 apóstoles (Hech. 1:15-26).
El término apóstolos, sin embargo, no se limita a los Doce. Cuando Pablo, al defenderse contra los que desalaban su ministerio se llamó a sí mismo apóstol, usó la palabra en su sentido técnico, y dio prueba de su apostolado por el hecho de que había sido enviado por el Señor (1 Cor. 9:1, 2; Hech. 1:21, 22, 25) y de él había recibido directamente ese encargo (Gál. 2:8, 9; Rom. 1:1). "Apóstol" también se aplica a Bemabé (Hch. 14:14); a Apolos, a quien Pablo incluye entre los apóstoles que fueron "espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres" (1 Cor. 4:6, 9); y a Silvano y Timoteo, a quienes se describe como "apóstoles de Cristo" (1 Tes. 1:1; 2:6).
2. ¿Cuál es la diferencia entre un discípulo y un apóstol?
Hablando en forma general podemos decir que, un discípulo es una persona que aprende de otra y que luego enseña a los demás. Es un seguidor activo o un partidario de alguien, o de alguna filosofía. Con respecto al cristianismo, los discípulos fueron alumnos de Jesús durante su ministerio. Discípulo proviene del latín discipulus. El término discípulo y apóstol se emplean indistintamente, aunque existe una gran diferencia entre ambos. Pues como ya mencionamos, apóstol significa “mensajero”, “alguien que es enviado”. Por otra lado, un discípulo es alguien que aprende de un maestro, un alumno; mientras que un apóstol es enviado las mismas enseñanzas a los demás. Todos somos llamados para ser discípulos pero no todos somos llamados para ser apóstol.
II. EL SERMON DEL MONTE
La felicidad del discípulo genuino.
1. ¿Qué enseño el Señor Jesús a sus discípulos al inicio del sermón? ¿Por qué crees que estructuró su tema de esta forma?
Las bienaventuranzas, es una frase que por lo general se usa para designar la parte inicial del Sermón del Monte de Jesús (Mat. 5:3-12; Luc. 6:20-23). La palabra griega de la que deriva es makários, que significa "dichoso", "feliz", "afortunado", "bendito". Las bienaventuranzas (de "buena aventura", "buen futuro") registradas por Mateo son bendiciones sobre quienes:
· 1. Reconocen su pobreza espiritual.
· 2. Lloran.
· 3. Son mansos.
· 4. Desean la justicia así como un hombre sediento y hambriento quiere agua y comida.
· 5. Son misericordiosos.
· 6. Son de "limpio corazón", cuyos pensamientos y motivos están dirigidos hacia el cielo.
· 7. Promueven la paz.
· 8. Son perseguidos y maltratados por causa de Cristo. (Lucas incluye sólo la primera, la cuarta, la segunda y la octava, en ese orden.)
En las bienaventuranzas Cristo anunció que los objetivos de su ministerio y de su reino eran traer la felicidad a la humanidad. Los principios enunciados destruyen el concepto de que la felicidad verdadera se encuentra en los niveles materiales o carnales.
2. ¿Qué enseñó Jesús en el sermón del monte?
El sermón del monte es uno de los discursos más importantes de nuestro Señor, dado en las laderas de una colina de Galilea, mediante el cual resumió la naturaleza, el propósito y los principios del reino de la gracia divina que había venido a establecer (Mat. 5-7).
· En Mateo 5 presenta el carácter motivado por el amor al prójimo como el objetivo final de la ciudadanía en el reino, y alcanza su culminación mediante una invitación a ser "perfectos", así como Dios es perfecto (Mat. 5:48).
· En Mateo 6 se refiere a los incentivos para la vida recta, y se cierra con un desafío a hacer del reino de los cielos el supremo blanco de la vida.
· En Mateo 7 se dedica a ciertos privilegios y responsabilidades específicos del cristiano, y termina con un llamamiento a una acción decisiva para lograrlos y cumplirlas (Mat. 7:24-27).
3. Lee Mateo 5:1,2 y responde, ¿Para quiénes fue dirigido este sermón? ¿Por qué?
“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo”
Lucas claramente relaciona el Sermón del Monte con el llamamiento y la ordenación de los doce (Luc. 6: 12-20; DMJ 8-9) y conserva la debida secuencia de los acontecimientos de ese día notable: (1) la noche pasada en oración, (2) la ordenación de los doce, (3) el descenso a la llanura, (4) el sermón (DTG 265).
· El sermón del monte, aunque dado especialmente a los discípulos, fue pronunciado a oídos de la multitud.
· Los diversos relatos evangélicos indican que los doce fueron designados en respuesta a la evidente necesidad de que hubiera más obreros preparados para atender a las multitudes que acompañaban a Jesús dondequiera él iba.
· La designación de los doce fue el primer paso en la organización de la iglesia cristiana.
· Cristo era el Rey de ese nuevo reino de la gracia divina; los doce eran sus ciudadanos o súbditos (Mar. 3: 14).
· El mismo día cuando los doce llegaron a ser súbditos fundadores del reino, el Rey dio su discurso inaugural, en el cual presentó las condiciones de la ciudadanía, proclamó la ley del reino, y delineó sus propósitos (DTG 265; DMJ 8-9).
· El Sermón del Monte es, pues, a la vez el discurso inaugural de Cristo como Rey del reino de la gracia y la constitución del reino. Poco después del establecimiento formal del reino y de la proclamación de su constitución, se realizó la segunda gira por Galilea, durante la cual Jesús dio una demostración clara y completa de las formas en que el reino, sus principios y su poder pueden beneficiar a la humanidad (Luc. 7: 1, 11).
4. ¿Cuáles son las lecciones que podemos aprender ahora mismo, como discípulos de Jesús?
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mat. 5:3-12).
En las primeras palabras del Sermón del Monte, Cristo se dirige al deseo supremo de todo corazón humano: el de la felicidad. Ese deseo fue implantado en el hombre por el Creador mismo, y originalmente tenía el propósito de llevarlo a encontrar la verdadera felicidad mediante la cooperación con Dios que lo creó. Se incurre en pecado cuando el hombre intenta encontrar la felicidad como un fin en sí misma, pasando por alto la obediencia a los requerimientos divinos.
Así, al comienzo de su discurso inaugural como Rey del reino de la gracia divina, Cristo proclama que el principal propósito del reino es el de restaurar en el corazón de los hombres la felicidad perdida en el Edén y que los que escojan entrar por la "puerta estrecha" y el camino "angosto" (Mat. 7: 13-14) encontrarán la verdadera felicidad. Hallarán paz y gozo interiores, satisfacción verdadera y durable para el corazón y el alma, que sólo se logran cuando la "paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" está presente para guardar el corazón y el pensamiento (Fil. 4: 7). Cuando Cristo volvió al Padre, dejó con sus seguidores esa paz que el mundo no puede dar (Juan 14: 27). Sólo pueden ser felices los que tienen paz con Dios (Rom. 5: 1) y con sus semejantes (Miq. 6: 8), que caminan conforme a los dos grandes mandamientos de la ley de amor (Mat. 22: 37-40). Sólo los que son verdaderos súbditos del reino de la gracia alcanzan esa disposición de la mente y del corazón.
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mat. 5:3)
El que no siente su necesidad espiritual, el que se cree "rico", que se ha "enriquecido" y que "de ninguna cosa" tiene "necesidad", a la vista del cielo es "desventurado, miserable, pobre" (Apoc. 3: 17). Sólo los "pobres en espíritu" entrarán en el reino de la gracia divina. Los demás no anhelan las riquezas del cielo y se niegan a aceptar sus bendiciones.
La comprensión de la necesidad propia es la primera condición para entrar en el reino de la gracia de Dios (DMJ 13). Por estar consciente de su propia pobreza espiritual, el publicano de la parábola "descendió a su casa justificado" antes que el fariseo que estaba lleno de justicia propia (Luc. 18: 9-14). En el reino de los cielos no hay lugar para los orgullosos, los que están satisfechos de sí mismos, los que dependen de su justicia propia. Cristo invita a los pobres en espíritu a que cambien su pobreza por las riquezas de su gracia.
“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación” (Mat. 5:4)
En verdad, es la profunda comprensión de la necesidad espiritual la que induce a los hombres a "llorar" por las imperfecciones que ven en su propia vida (DMJ 14; DTG 267). Aquí Cristo se refiere a los que, con pobreza de espíritu, anhelan alcanzar la norma de perfección (Isa. 6: 5; Rom. 7: 24). Aquí hay también un mensaje de consuelo para quienes lloran debido a desengaños, luto, o algún otro dolor (DMJ 15-17).
Así como Dios satisface la necesidad espiritual con las riquezas de la gracia del cielo, así también responde al llanto por el pecado con el consuelo de los pecados perdonados. Si no se experimenta primero una sensación de necesidad, no se puede lamentar por lo que falta, en este caso la rectitud de carácter. Lamentarse por el pecado es, pues, el segundo requisito para los que se presentan como candidatos para el reino de los cielos, y su secuencia, en forma natural, es después del primer paso.
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mat. 5:5)
La mansedumbre es una actitud del corazón, de la mente y de la vida, que prepara el camino para la santificación.
La "mansedumbre" aparece repetidas veces en el Nuevo Testamento como una virtud importantísima del cristiano (Gál. 5: 23; 1 Tim. 6: 11). La "mansedumbre" en relación con Dios significa que habremos de aceptar su voluntad y la forma en que nos trata, que nos someteremos a él en todas las cosas sin vacilación (cf. DMJ 18). Una persona "mansa" domina perfectamente su yo. Debido al enaltecimiento del yo, nuestros primeros padres perdieron el reino que les había sido confiado. Por medio de la mansedumbre éste puede ser recuperado (DMJ 20; Miq. 6: 8).
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mat. 5:6)
Aquí Jesús habla del hambre y de la sed del alma (Sal. 42: 1-2).
· Sólo los que anhelan justicia con la apremiante ansiedad del que se muere por falta de alimento o de agua, la encontrarán.
· Ningún recurso terrenal puede satisfacer el hambre y la sed del alma.
· No son suficientes ni riquezas materiales, ni profundas filosofías, ni la satisfacción de los apetitos físicos, ni el honor, ni el poder. Después de probar todas esas cosas, Salomón llegó a la conclusión de que "todo es vanidad" (Ecl. 1: 2, 14; 3: 19; 11: 8; 12: 8; 2: 1, 15, 19).
· Nada produce la satisfacción y la felicidad que el corazón humano anhela. La conclusión del sabio fue que reconocer al Creador y cooperar con él proporcionan la única satisfacción duradera (Ecl. 12: 1, 13).
· Jesús es el Pan de vida (Juan 6:26-59), es el "pan" del cual los hombres deben tener hambre, y participando de ese "pan" pueden mantener la vida espiritual y satisfacer el hambre de su alma (Juan 6: 35, 48, 58).
· Se invita bondadosamente a los que tienen hambre y sed que vayan al Proveedor celestial y reciban alimento y bebida "sin dinero y sin precio" (Isa. 55: 1-2).
· El hecho de que el corazón anhele justicia demuestra que Cristo ya ha comenzado allí su obra (DMJ 2l).
Los cristianos deben someterse a "la justicia de Dios" (Rom. 10: 3). Buscaban la justicia "que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe" (Fil. 3: 9).
· La justicia de Cristo es tanto imputada como impartida. La justicia imputada produce justificación; pero el alma justificada crece en la gracia. Por medio del poder de Cristo que vive en el alma, el cristiano conforma su vida con los requisitos de la ley moral tal como fue expuesta por precepto y ejemplo por Jesús. Esta es la justicia impartida (PVGM 251-253). Esto es lo que Cristo quería decir cuando animó a sus oyentes a que pensaran en ser "perfectos" así como su Padre celestial es perfecto (Mat. 5: 48). Pablo dice que la vida perfecta de Jesús ha hecho que sea posible que "La justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Rom. 8: 4).
“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mat. 5:7)
La misericordia de la cual habla Cristo aquí es una virtud activa que se proyecta hacia los seres humanos. Tiene poco valor mientras no se convierta en obras de misericordia.
· En Mat. 25: 31-46 se presentan las obras de misericordia como el elemento decisivo para la admisión en el reino de la gloria.
· Santiago incluye los actos de misericordia en su definición de la "religión pura" (Sant. 1: 27). Miqueas resume la obligación del hombre para con Dios y sus prójimos: "hacer, justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios"(Miq 6:8).
· Miqueas, al igual que Cristo, menciona tanto la humildad ante Dios como la misericordia para con los hombres. Estos dos procederes pueden compararse con los dos mandamientos, de los cuales "depende toda la ley y los profetas" (Mat. 22: 40).
¿Cuándo alcanzarán misericordia? Esto ocurrirá tanto ahora como en el día del juicio, tanto de parte de los hombres como de Dios. El principio de la regla de oro (Mat. 7: 12) se aplica tanto a nuestro trato con otros como al trato que los demás nos brindan en respuesta.
· La persona cruel, de corazón duro y espíritu desconsiderado, rara vez recibe un trato bondadoso y misericordioso de parte de su prójimo. Pero muchas veces los que son bondadosos y considerados con las necesidades y los sentimientos ajenos, encuentran que el mundo les paga con la misma moneda.
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mat. 5:8)
La palabra que aquí se traduce como "corazón" se refiere al intelecto (Mat. 13: 15), la conciencia (1 Juan 3: 20), el hombre interior (1 Ped. 3: 4). La pureza de corazón, en el sentido que le dio Cristo, comprende mucho más que la pureza sexual (DMJ 29); incluye todos los rasgos de carácter deseables y excluye todos los indeseables. El ser de "limpio corazón" equivale a estar revestido con el manto de justicia de Cristo (Mat. 22: 11-12), el "lino fino" del cual están ataviados los santos (Apoc. 19: 8; 3: 18-19), es decir, la perfección del carácter.
· Los de corazón limpio han abandonado el pecado como principio gobernante de la vida, y su existencia está enteramente consagrada a Dios (Rom. 6: 14-16; 8: 14-17).
· El tener "limpio corazón" no significa que la persona no tenga ningún pecado, pero sí significa que sus motivos son correctos, que por la gracia de Cristo se ha apartado de sus errores pasados y que prosigue hacia la meta de perfección en Cristo Jesús (Fil. 3: 13-15).
Cuando Jesús dice: "verán a Dios" se refieren tanto a la visión espiritual como a la física. Quienes sienten su necesidad espiritual, entran en el "reino de los cielos" (Mat. 5:3) ahora; los que lloran por el pecado (Mat. 5: 4) son consolados ahora; quienes son mansos de corazón (Mat. 5:5) reciben su derecho de poseer la tierra nueva ahora; los que tienen hambre y sed de la justicia de Jesucristo (Mat. 5:6) son saciados ahora; los misericordiosos (Mat. 5:7) logran misericordia ahora. Del mismo modo, los de limpio corazón tienen el privilegio de ver a Dios ahora, con los ojos de la fe; y finalmente, en el glorioso reino, tendrán el privilegio de verlo cara a cara (1 Juan 3: 2; Apoc. 22: 4). Además, sólo los que logren desarrollar la visión celestial en este mundo presente, tendrán el privilegio de ver a Dios en el mundo venidero.
· Sólo aquellos cuyo corazón es limpio y sincero "verán a Dios".
· Si el "ojo es bueno", toda la vida estará llena de "luz" (Mat. 6: 22-23).
· Muchos cristianos sufren de estrabismo espiritual por intentar tener un ojo fijo en la Canaán celestial y el otro en los "deleites temporales del pecado" (Heb. 11: 25) y las "ollas de carne" de Egipto (Exo. 16: 3).
· Nuestra única seguridad está en vivir según los principios y colocar a Dios en primer lugar en nuestra vida.
· Quienes hoy vean que las cosas de este mundo son "deseables" y cuya atención está fija en las relucientes baratijas de la tierra que Satanás les muestra, nunca considerarán como de mayor valor el obedecer a Dios. Si queremos ver a Dios, debemos mantener limpia la ventana del alma.
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mat. 5:9)
"La mente carnal es enemistad contra Dios" (Rom. 8: 7). Pero Cristo, el mayor de los pacificadores, vino para mostrar a los hombres que Dios no es su enemigo (DMJ 25-26). Cristo es el "Príncipe de paz" (Isa. 9: 6-7; Miq. 5: 5). Fue el mensajero de paz de Dios ante el hombre,"justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios" por medio de Jesús (Rom. 5: 1). Cuando Jesús hubo cumplido con la tarea que le fue asignada y volvió al Padre, pudo decir: "La paz os dejo, mi paz os doy" (Juan 14: 27; 2 Tes. 3: 16).
El equivalente hebreo de la palabra griega eir'n' es shalom, que significa "salud", "bienestar", "entereza", "prosperidad", "paz". Los cristianos han de estar en paz los unos con los otros (1 Tes. 5: 13) y deben seguir "la paz con todos" (Heb. 12: 14). Han de orar por la paz, trabajar por la paz e interesarse en forma constructiva en las actividades que contribuyan a la paz de la sociedad.
· Los judíos se consideraban "hijos de Dios" (Deut. 14: 1; Ose. 1: 10), concepto que también comparten los cristianos (1 Juan 3: 1).
· El ser hijo de Dios significa parecerse a él en carácter (1 Juan 3: 2; Juan 8: 44).
· Los "pacificadores" son "hijos de Dios" porque ellos mismos están en paz con Dios, y están dedicados a la tarea de inducir a sus prójimos a que estén en paz con él.
“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mat. 5:10)
Aquí Cristo se refiere en primer lugar a la persecución sufrida en el proceso de abandonar el mundo y volverse a Dios. Desde la entrada del pecado, ha existido "enemistad" entre Cristo y Satanás, entre el reino de los cielos y el reino de este mundo, y entre los que sirven a Dios y los que sirven a Satanás (Gén. 3: 15; Apoc. 12: 7-17). Este conflicto ha de continuar hasta que "los reinos del mundo" vengan "a ser de nuestro Señor y de su Cristo" (Apoc. 11: 15; Dan. 2: 44; 7: 27). Pablo advirtió a los creyentes que "a través de muchas tribulaciones" habrían de entrar "en el reino de Dios" (Hech. 14: 22).
· Los ciudadanos del reino celestial pueden esperar tribulaciones en este mundo (Juan 16: 33), porque su carácter, sus ideales, sus aspiraciones y su conducta dan un testimonio unánime y silencioso contra la impiedad de este mundo (1 Juan 3: 12).
· Los enemigos del reino celestial persiguieron a Cristo, el Rey, y se ha de esperar que persigan a sus súbditos leales (Juan 15: 20). "Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución" (2 Tim. 3: 12).
· Quienes más sufren por Cristo son los que mejor pueden apreciar cuánto sufrió él por ellos. Es apropiado que en la primera bienaventuranza y en la última esté la seguridad de que esas personas serán súbditos del reino.
Los que cumplan con las ocho condiciones aquí enumeradas para ser ciudadanos, son dignos de un lugar en el reino.
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1. Lee Mateo 5:13-16 y contesta. ¿Cuál es el mensaje que contiene este pasaje para nosotros, como discípulos de Cristo? ¿Por qué estas palabras son especialmente importantes para nosotros como adventistas, dada nuestra comprensión de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12?
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciera, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:13-16)
"Vosotros mismos sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciera, ¿con qué será salada?”.
Es importante recordar que Jesús se estaba dirigiendo a sus discípulos, especialmente a los doce, en su nueva condición de fundadores del reino de su divina gracia. Había otros que estaban escuchando, principalmente labradores y pescadores (DMJ 36), pero también había espías enviados por los fariseos (DTG 272-273; Mar. 2:6).
En Palestina la sal se recogía en la costa del Mediterráneo o del mar Muerto y sus cercanías. Por la forma en que se la recogía, quedaba bastante impura. Al humedecerse la sal, por ser muy soluble en el agua se desvanecía y sólo quedaban las impurezas que eran insípidas.
· La idea básica en la comparación de los ciudadanos del reino con la sal es que ella sirve para preservar (DMJ 33).
· Antes de que hubiera refrigeración u otros métodos modernos para conservar los alimentos, para ese fin se empleaban mucho la sal y las especias.
· En la antigua Palestina se usaba sal casi exclusivamente para ese propósito y para sazonar la comida (Job 6: 6).
· Del mismo modo, el cristiano, al convertirse en instrumento para la salvación de otros por medio de la difusión del Evangelio, ejerce una influencia preservadora y purificadora en el mundo.
· Los discípulos habían de reconocer que la salvación de sus prójimos era su primera responsabilidad. No debían retirarse de la sociedad por causa de una persecución (Mat. 5: 10-12) ni por otras razones, sino habían de permanecer en estrecha relación con sus prójimos.
· Si la sal se desvaneciera o sea, se vuelve insípida. Sería tan ilógico que el cristiano perdiese sus características esenciales y todavía fuera cristiano, como que la sal perdiera su sabor y todavía se la considerara como sal y se la empleara como tal.
· Si los cristianos lo son sólo de nombre, su ciudadanía nominal en el reino de los cielos se convierte en una farsa. No son cristianos si no reflejan el carácter de Cristo, no importa cuál sea su profesión.
Cuando de la vida de un profeso cristiano desaparecen el amor, el poder y la justicia de Cristo, no hay otra fuente de la cual pueda obtener lo que le falta. Un cristiano nominal no puede compartir con otros lo que él mismo no posee. En el antiguo rito ceremonial, se añadía sal a todos los sacrificios (Lev. 2: 13; Eze. 43: 24; Mar. 9: 49); sin sal no eran aceptables. En este caso la sal simbolizaba la justicia de Cristo (DTG 406-407). A fin de que nuestras vidas sean un "sacrificio vivo, santo, agradable a Dios" (Rom. 12: 1), deben ser preservadas y sazonadas con la perfecta justicia de Jesucristo (Gál. 2: 20).
· Un cristiano cuya vida ha perdido la gracia y el poder de Cristo, como cristiano "no sirve más para nada". Aún más, se convierte en un verdadero perjuicio para la causa del reino porque vive una vida que tergiversa los principios del reino.
Viajando 300 000 km por segundo
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”
La luz siempre ha sido un símbolo de la presencia divina (Gén. 1: 3; 3: 24). Juan dijo que, Jesús era "la luz de los hombres" que brillaba en las tinieblas de este mundo (Juan 1: 4-9). Hacia el fin de su ministerio, Jesús se llamó a sí mismo la "luz del mundo" (Juan 8: 12; 9: 5). Si un cristiano es fiel a su misión una vez que ha aceptado a Jesús como luz del mundo, se convierte en reflector de esa luz. En las profecías mesiánicas, Jesús aparece como "gran luz" (Isa. 9: 2) y como "Sol de justicia" (Mal. 4: 2;Luc. 1: 79).
· Cuando la verdadera Luz ilumina a los hombres, se los exhorta a levantarse y resplandecer (Isa. 60: 1-3).
· Se representa a los que aman y sirven al Señor como si fueran el "sol" (Juec. 5: 31), tanto aquí como en el más allá (Mat. 13: 43). Era aún de mañana cuando Cristo habló (DMJ 35), y el sol ascendía hacia el cenit (Sal. 19: 4-6).
· Así también los doce, como todos los futuros ciudadanos del reino; habían de permitir que su luz iluminara el mundo disipando las tinieblas del pecado y de la ignorancia acerca de la voluntad y los caminos de Dios (Juan 1: 4, 7, 9).
Las antiguas ciudades de Palestina solían estar ubicadas en cerros. Esto lo demuestran las ruinas que se encuentran hoy. Una ciudad ubicada en un monte se vería desde una gran distancia. Desde el lugar donde Cristo y la multitud estaban sentados, se veían muchas aldeas y ciudades en los cerros vecinos (DMJ 36). Las antiguas lámparas consistían en un recipiente de arcilla o de metal, muchas veces en forma de platillo. La mecha flotaba en el aceite y la parte encendida descansaba en el borde del plato o salía por un orificio especial. En Mar. 4: 21 y Luc. 8: 16; 11: 33 aparece también este artefacto común.
Con frecuencia el almud se usaba para guardar harina y media 8.75 lt aproximadamente. Comúnmente se hacía este recipiente de barro cocido. Como nación, los judíos estaban ocultando efectivamente su luz (Isa. 60: 1) bajo "un almud". Jesús destacó que la luz que les había sido encomendada pertenecía a todos los hombres.
En las casas humildes el candelero era por lo general un soporte de barro cocido; en otros casos, se ponía la lámpara sobre un estante en la pared o en el poste central de piedra o de madera, que servía para sostener el techo (Exo. 25: 31; Heb. 9: 2; Apoc. 1: 12; 11: 4).
· Todos los miembros de una familia pueden aprovechar la luz si se la coloca en su debido lugar, en el candelero.
· Del mismo modo, Dios deseaba que toda la familia humana se beneficiara con la luz de la verdad que Dios había confiado a los descendientes de Abrahán (Gén. 12: 3; Deut. 4: 6; Isa. 60: 1-3).
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”
· La luz de la verdad proviene del cielo (Juan 1: 4), pero cuando ilumina nuestras vidas, se convierte en nuestra luz (Isa. 60: 1-3; Efe. 5: 14).
· Los doce, tan recientemente designados, fueron los primeros portaluces cristianos.
· La eficacia con que los discípulos llegaron a reflejar la luz de la verdad y el amor de Dios se hizo evidente aun para sus más acerbos enemigos, quienes "reconocían que habían estado con Jesús" (Hech. 4: 13).
· Jesús era quien había diseminado la luz del cielo por el mundo (Juan 1: 4).
· Los dirigentes judíos no podrían haber expresado un mayor elogio a los discípulos, ni haberles brindado un reconocimiento mayor de la eficacia de la misión de Cristo.
· El encendió una luz en el corazón de los hombres que nunca se habría de extinguir.
La lámpara se aprecia por la claridad y la intensidad de la luz que brinda. El aceite de la lámpara colocada sobre el candelero no es necesariamente visible para quienes están en la habitación, pero el hecho de que la lámpara da luz demuestra que hay aceite en la lámpara.
Satanás siempre ha procurado dar una falsa impresión del Padre. Cristo vino a disipar las tinieblas y a revelar al Padre. Cristo encomendó esta misma obra a sus discípulos.
· La luz brilla no tanto para que los hombres vean la luz, sino para que gracias a la luz puedan ver otras cosas.
· Nuestra luz debe brillar no para que los hombres sean atraídos a nosotros, sino para que sean atraídos a Cristo, quien es la luz de la vida, y a las cosas que son dignas de verse (Mat. 6: 31-34; Juan 6: 27; Isa. 55: 1-2).
Aquí por primera vez Mateo llama "Padre" a Dios; en adelante lo hace repetidas veces (Mat. 5: 45, 48; 6: 1, 9). El concepto de Dios como Padre y de los hombres como hijos suyos aparece a menudo en el Antiguo Testamento (Deut. 32: 6; Isa. 63: 16; 64: 8; Jer. 3: 4). Pero Cristo dio un nuevo significado a la relación entre padre e hijo (PVGM 106-107). En la literatura judía, Dios aparece muchas veces como "Padre" celestial.
La oración modelo y el discipulado
1. Lee Mateo 6:5-13 y responde, ¿Qué es la oración? ¿Por qué la oración juega un papel muy importantísimo en la preparación del discipulado? Realmente, ¿Has orado? ¿Sabes qué es la oración? ¿Cómo orar? ¿Cuál es tu primer trabajo en el día? ¿Limpiar el automóvil? ¿Ir de compras? ¿Pagar la colegiatura? ¿Hablar por teléfono? ¿Cuáles son tus prioridades en el día?
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.”(Mat. 6:5-13)
Jesús se estaba dirigiendo especialmente a los doce, los primeros elegidos para el reino de los cielos (Mat. 5: 1-2).Aquí la palabra "vosotros" contrasta con los "hipócritas" de Mat. 6: 2 y los "gentiles" del verso 7 de Mateo 6.
Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, enseñó a sus discípulos a orar. Les enseñó a presentar Dios sus necesidades diarias y a echar toda su solicitud sobre él. Y la seguridad que les dio de que sus oraciones serían oídas, nos es dada también a nosotros.
El Padrenuestro es un modelo en cuanto al contenido, pero no necesariamente con respecto a la forma. El contexto indica que esta oración se presenta como un modelo que contrastara con las "vanas repeticiones" y la "palabrería" de los rezos paganos, características que habían sido adoptadas por los fariseos. A los ciudadanos de su reino, Cristo les dijo: "No os hagáis, pues, semejantes a ellos... Vosotros, pues, oraréis así" (Mat. 6: 8-9).
· Las oraciones habían llegado a ser largas y llenas de repeticiones, y la sinceridad del pensamiento y de la expresión se habían oscurecido por una forma literaria impersonal, de hermosas frases, pero muchas veces falta de sinceridad de espíritu (Mat. 6:7-9).
· En el Padrenuestro, Jesús rescató del palabrerío lo que era esencial y lo restauró a una forma simple y compacta, cuyo significado pudiera ser comprendido por la persona más sencilla.
· Si bien el Padrenuestro refleja hasta cierto punto las oraciones judías, se trata de una oración cuya originalidad se encuentra en la selección de pedidos que se presentan y en su arreglo.
· El que se lo acepte en forma universal indica que el Padrenuestro expresa más perfectamente que ninguna otra oración las necesidades fundamentales del corazón humano.
· El reconocimiento de que somos hijos de nuestro Padre celestial debiera ser lo primero en cada oración. Posiblemente seamos indignos de llamarle "Padre", pero siempre que lo hagamos con sinceridad, él nos recibe con regocijo (Luc. 15: 21-24) y nos reconoce como hijos en verdad.
· El que Dios sea nuestro Padre nos une como cristianos en la gran comunión universal de la fe con todos los que con sinceridad y en verdad reconocen al Padre de nuestro Señor Jesucristo.
· En la primera parte del Padrenuestro (Mat. 6:9-10) se dirige la atención a la paternidad, al carácter, al reino y a la voluntad de Dios. En la segunda parte de la oración (Mat. 6:11-13) se pide poder cubrir las necesidades temporales y espirituales del hombre.
“Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. No es que se necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin de capacitarnos para recibirlo. La oración no baja a Dios hasta nosotros, antes bien nos eleva a él” (CC91).
El Padrenuestro es un modelo en cuanto al contenido, pero no necesariamente con respecto a la forma. El contexto indica que esta oración se presenta como un modelo que contrastara con las "vanas repeticiones" y la "palabrería" de los rezos paganos, características que habían sido adoptadas por los fariseos. A los ciudadanos de su reino, Cristo les dijo: "No os hagáis, pues, semejantes a ellos... Vosotros, pues, oraréis así" (Mat. 6: 8-9).
· Las oraciones habían llegado a ser largas y llenas de repeticiones, y la sinceridad del pensamiento y de la expresión se habían oscurecido por una forma literaria impersonal, de hermosas frases, pero muchas veces falta de sinceridad de espíritu (Mat. 6:7-9).
· En el Padrenuestro, Jesús rescató del palabrerío lo que era esencial y lo restauró a una forma simple y compacta, cuyo significado pudiera ser comprendido por la persona más sencilla.
· Si bien el Padrenuestro refleja hasta cierto punto las oraciones judías, se trata de una oración cuya originalidad se encuentra en la selección de pedidos que se presentan y en su arreglo.
· El que se lo acepte en forma universal indica que el Padrenuestro expresa más perfectamente que ninguna otra oración las necesidades fundamentales del corazón humano.
· El reconocimiento de que somos hijos de nuestro Padre celestial debiera ser lo primero en cada oración. Posiblemente seamos indignos de llamarle "Padre", pero siempre que lo hagamos con sinceridad, él nos recibe con regocijo (Luc. 15: 21-24) y nos reconoce como hijos en verdad.
· El que Dios sea nuestro Padre nos une como cristianos en la gran comunión universal de la fe con todos los que con sinceridad y en verdad reconocen al Padre de nuestro Señor Jesucristo.
· En la primera parte del Padrenuestro (Mat. 6:9-10) se dirige la atención a la paternidad, al carácter, al reino y a la voluntad de Dios. En la segunda parte de la oración (Mat. 6:11-13) se pide poder cubrir las necesidades temporales y espirituales del hombre.
“Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. No es que se necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin de capacitarnos para recibirlo. La oración no baja a Dios hasta nosotros, antes bien nos eleva a él” (CC91).
El dinero y el discipulado
Lee Mateo 6:19-21 y responde, ¿Por qué Jesús tocó el asunto del dinero en su discurso? ¿Significa que es malo tener dinero? Realmente, ¿Dónde esta el problema? ¿En el dinero o en el corazón de la persona? ¿Cuáles son las ventajas o desventajas de un hermano o hermana que tiene mucho dinero con otro que apenas le alcanza para subsistir? ¿Qué es el dinero para ti? ¿En qué momento el dinero es la raíz de todos los males? Sinceramente, ¿Si tuvieses mucho dinero lo utilizarías para la proclamación del evangelio y hacer discípulos?
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mat. 6:19-21)
La acumulación de bienes terrenales generalmente se debe al deseo de tener seguridad en lo futuro y refleja temor e incertidumbre.
· Jesús indica a los que quieren ser ciudadanos de su reino que la posesión de riquezas materiales es un motivo de ansiedad más que un medio de liberarse de ella.
· El cristiano no se angustia por las necesidades materiales de la vida porque confía en que Dios las conoce y le dará lo que le haga falta (Mat. 6:31-34).
· Como lo destaca Pablo más tarde, esto no significa que el cristiano será indolente ante sus propias necesidades y las de su familia (1 Tes. 4: 11; 2 Tes. 3: 10; 1 Tim. 5: 8). Mat. 6: 19-21).
· Como suele ocurrir, quienes tienen escasez de bienes terrenales sienten más vivamente su dependencia de Dios para suplir sus necesidades materiales que los que tienen suficiente y de sobra.
· En tiempos de Cristo, así como ahora, el amor al dinero era la pasión dominante de millones.
· Aun quienes tienen abundancia de "pan" y de bienes terrenales harían bien en recordar que es Dios quien da "el poder para hacer las riquezas" (Deut. 8: 18). Jesús demostró claramente esta verdad en la parábola del rico necio (Luc. 12: 16-21). Todo lo que tenemos procede de Dios y en el corazón siempre debería haber gratitud por su bondad.
En el Sermón del Monte no se prohíbe hacer tesoros, siempre que esos tesoros se coloquen en el lugar donde les corresponda. Cristo quiere que los ciudadanos del reino de los cielos hagan una buena inversión del tiempo y de las fuerzas que su Padre celestial ha tenido a bien proporcionarles en esta vida. Todo lo que el hombre pueda tener en esta vida le ha sido prestado por Dios; sólo aquel "tesoro" que logra depositar en el cielo puede en verdad llamarse suyo. Los tesoros son permanentes y no son afectados por los enemigos de los tesoros terrenales ni los estragos del tiempo. Las inversiones que se hacen en tesoros celestiales van valorizándose con el tiempo, mientras que las inversiones hechas en tesoros terrenales inevitablemente se deprecian.
· Los verdaderos intereses de una persona están donde tiene sus "tesoros".
¿Críticas y censuras en el discipulado?
1. Lee Mateo 7:1- 5 y contesta, ¿Has juzgado alguna vez? ¿Qué significa no juzgar? ¿Ya te diste cuenta que tienes una viga en el ojo? ¿Qué lección importante podemos sacar de este texto? ¿Qué podemos aprender como discípulos de Cristo?
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mat. 7:1-5).
Jesús se refiere de especial manera al hecho de juzgar las intenciones de otras personas, no al hecho de juzgar si sus acciones son buenas o malas.
· Sólo Dios es competente para juzgar las intenciones de los seres humanos porque sólo él puede saber los pensamientos íntimos de los hombres (Heb. 4: 12; DTG 280-281).
· Cuando Dios mira así los corazones de los hombres, ama al pecador al paso que odia el pecado.
· Puesto que sólo puede mirar "lo que está delante de sus ojos" (1 Sam. 16: 7) y no lo que está en el corazón, el hombre inevitablemente se equivoca. Jesús no se refiere aquí al delicado sentido de discriminación por el cual el cristiano debe distinguir entre lo bueno y lo malo (Apoc. 3: 18), sino más bien al hábito de criticar y censurar, muchas veces en forma injusta e inmisericorde.
· La medida que damos es la que recibiremos, porque la injusticia engendra injusticia. Más que eso, la injusticia de una persona para con sus prójimos provoca el castigo divino, tal como lo enseñó Jesús en la parábola de los dos deudores (Mat. 18: 23-35).
· Podemos condenar la ofensa, pero, como lo hace Dios, debemos siempre estar listos a perdonar al ofensor.
· Podemos ser misericordiosos para con el ofensor sin por ello condonar el mal que pueda haber cometido.
“¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?”
Un proverbio árabe pregunta: "¿Cómo ves la astilla en el ojo de tu hermano y no ves la viga en tu propio ojo?" Una idea similar se expresa en nuestro proverbio: "El que tiene tejado de vidrio no tire piedras al ajeno".
Cuando en el ojo cae una "pizca" o una "astillita" de madera o paja, sucede que a pesar de su minúsculo tamaño, este objeto extraño sería sumamente irritante en el ojo. La "paja" representa una falta menor. El que es proclive a censurar, fácilmente detecta cualquier falta en otro, no importa cuán pequeña sea. El ofrecimiento de sacar la paja no se debe tanto al deseo de ayudar como al deseo de atraer la atención al hecho de que la paja está en el ojo del otro, y a la supuesta sabiduría y habilidad de quien ofrece sacar la paja.
Olvidando completamente las veces que él mismo se ha equivocado y sus propias debilidades, el hipócrita se impacienta con su hermano que ha errado.
· Con cuánta frecuencia los así llamados cristianos expresan profunda indignación por la conducta de otros o quizá por lo que suponen haber sido las actitudes ajenas, y después se llega a saber que ellos mismos son culpables de los pecados de los cuales han acusado a otros.
· Así había ocurrido en el caso de los fariseos que llevaron a Jesús a la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8: 3-11; DTG 425-426) y en el caso de Simón que condenó a María (Luc. 7: 36-39; DTG 519).
· El cristiano que descubre la falta de su hermano, debe restaurarlo "con espíritu de mansedumbre", considerando que también él puede haber sido tentado y puede haber caído en el mismo pecado o puede hacerlo en el futuro (Gál. 6: 1).
· La persona criticona y censuradora es siempre hipócrita, y sus críticas en parte tienen el propósito de cubrir su propia hipocresía (Mat. 6: 2).
· Sólo cuando una persona está dispuesta a sufrir, si es necesario, a fin de ayudar a su hermano descarriado, puede ver con suficiente claridad como para ayudarle (DMJ 109).
· La intervención más delicada en el área de las relaciones humanas, la que requiere visión más clara y discernimiento más agudo de parte de quien se propone realizar la intervención, es la de ayudar a otros a ver y quitar los defectos que tienen en su carácter y en su vida.
¿Eres un discípulo o un farsante?
1. Lee Mateo 7:15-20 y responde, ¿Qué clase de fruto da un espino o un abrojo? ¿Estoy dando buenos frutos o malos frutos? ¿Cómo se conoce un verdadero discípulo? Realmente, ¿Cómo soy? ¿Como me relaciono con los demás? ¿Mi influencia me dice que soy un verdadero discípulo o soy un farsante?
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mat. 7:15-20).
El Verdadero profeta es el que habla en lugar de Dios. En consecuencia, el falso profeta es el que pretende hablar en lugar de Dios cuando en realidad sólo profiere los pervertidos pensamientos de su propio corazón corrupto (Isa. 30: 10; Jer. 14: 13-15; 23: 16-17, 21, 25, 30-32, 38; 29: 8-9; Eze. 13: 2-3, 10-11).
Tienen un corazón que no ocurrido ningún cambio, son solamente de aspecto. Indudablemente, el propósito era engañar a las ovejas y crear en ellas una falsa seguridad a fin de devorarlas con mayor facilidad. Con frecuencia se describe al pueblo de Dios como ovejas y a Dios como su Pastor (Sal. 23: 1-2; 78: 52; 80: 1; 100: 3; Isa. 40: 11; 53: 6; Eze. 34: 10-19; Juan 10: 1-16).
Los "lobos" que se mencionan aquí, son personas que tienen, no sólo un corazón malvado, sino que se oponen a la verdad y a los que desean seguirla. Tienen el propósito de perjudicar a las ovejas para beneficiarse a sí mismos. Ansiosos de ganancia y de poder, son más peligrosos que los "perros" o los "cerdos" (Mat. 7: 6;Miq. 3: 5-11).
· Quienes aman de verdad al Señor y están enteramente entregados a su voluntad obedecerán la voz de Dios que habla a sus almas día tras día por medio de su Palabra y mediante los consejos que Dios ha dado (CS 656; 3JT 275-276).
· En la gran hora de la prueba que se avecina, sólo los que conocen y aman la verdad podrán salvarse de los engaños de Satanás (Ose. 4: 6; 2 Tes. 2: 9-10; Ev 502).
2. ¿Cuáles las evidencias de un discípulo genuino?
Un verdadero discípulo es aquél que lleva buenos frutos, Jesús dijo: “Por sus frutos los conoceréis”
Los buenos frutos tienen hermosa apariencia, agradable aroma y buen gusto. Estos frutos son atrayentes en todo sentido. El apóstol Pablo, menciona: El "fruto del Espíritu" que se describe en Gál. 5: 22-23 y también los frutos malos u obras de la carne en Gál. 5: 19-21. Comparar esto con las "uvas silvestres" de la parábola de la viña del Señor (Isa. 5: 1-7) y con los higos, tan malos que no se podían comer (Jer. 24: 2, 8).
· La persona de carácter sano, automáticamente manifestará ese carácter en palabras y acciones dignas de encomio.
· El que pretende conocer a Dios y sin embargo desobedece sus mandamientos "es mentiroso, y la verdad no está en él" (1 Juan 2: 4), no importa que las apariencias puedan indicar lo contrario.
· La fe en Dios debe acompañar a las acciones; de otro modo es sólo un formalismo.
· Es verdad que "la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma" (Sant. 2: 17), pero es igualmente cierto que las obras, si no están acompañadas por una fe sincera y viva, también son "muertas" (Heb. 6: 1; 9: 14; 11: 6).
· Los que no conocen la voluntad de Dios, no deben rendir cuentas de ella (Luc. 12: 47-48); pero los que han oído la voz de Dios que habla a sus corazones y sin embargo persisten en andar por sus propios caminos "no tienen excusa por su pecado" (Juan 15: 22).
La Roca del discipulado genuino
1. Lee Mateo 7:24-27 y contesta, ¿Por qué es importante comprender lo que Jesús está diciendo en este pasaje? ¿Qué lecciones podemos aprender de esta doble metáfora? ¿Qué promesas encontramos relacionado con el tema de la salvación por la fe? ¿Quién es la roca? ¿Qué función tienen las obras en la vida del verdadero discípulo? ¿Qué es la justicia imputada e impartida?
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mat 7:24-27).
Quienes oyen estas enseñanzas indudablemente las comprenden, al menos hasta el punto de tener suficiente luz para actuar si deciden hacerlo, y por lo tanto son responsables delante de Dios.
· Es peligroso oír un mandato divino y no traducirlo en acción, porque el oír inevitablemente trae consigo la responsabilidad de actuar en forma consecuente.
· Los "hijos de Dios" son los que siguen la dirección del Espíritu (Rom. 8: 14).
· La obediencia a las palabras de Cristo transforma el carácter de la persona que obedece (Juan 5: 24).
· El Señor Jesucristo es la "roca" en la cual cada cristiano, y también la iglesia cristiana como conjunto de constructores de carácter, deben construir (Mat.16: 18). Según Luc. 6: 48, el constructor "cavó y ahondó" a fin de poner un buen cimiento. La construcción de un edificio firme exige mucho tiempo y esfuerzo. Es mucho más sencillo construir una casa sin darse el trabajo de poner un cimiento sólido.
· La roca era la enseñanza de Cristo, específicamente la del Sermón del Monte (Mat 7:24). Las palabras de Cristo nunca dejan de ser (Mat. 24: 35), sino que duran para siempre (Isa. 40: 8; 1 Ped. 1: 25). Sólo en él hay salvación (Hech. 4: 12).
El que presta oídos sordos al Evangelio, construye en las inestables arenas de sí mismo, sobre sus propios esfuerzos (DMJ 127) y sobre las teorías y los inventos humanos (DTG 281).
2. ¿Cuál es la importancia del sermón del monte para el discipulado de hoy?
La importancia espiritual de las enseñanzas de Jesús no debe medirse meramente por sus grandes principios morales. Muchos de éstos ya habían sido expuestos en el Antiguo Testamento en los dichos del hombre que, en diferentes grados, habían sido iluminados por la luz del cielo. Pero Cristo habló como nunca hombre había hablado y con una autoridad que exigía que se le prestara atención. Lo que distingue claramente a nuestro Señor es el hecho de que él es divino y los otros maestros tan sólo han sido humanos.
· Jesús no vino sólo a decir a los hombres cómo debían vivir, sino a impartirles el poder necesario para vivir esa vida.
· Jesús no sólo vino para mostrar a los seres humanos que el pecado es malo y que la justicia es la verdadera meta de la vida, sino vino a borrar los pecados pasados y a impartir a los hombres la justicia proveniente del cielo. Esto no lo podían hacer los maestros humanos. A lo sumo podían señalar a los hombres un camino mejor.
· Pero Jesús era y es "el camino, y la verdad, y la vida" (Juan 14:6).
· Cristo "nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención" (1 Cor. 1: 30).
· Jesús es la "luz verdadera" (Juan 1: 9).
· Jesús es la fuente de toda verdadera luz, y no el reflector de la luz de otros (Juan 1: 9; 5: 35).
· Todo lo que es bueno y ennoblecedor se origina en él y lleva a él.
III. INSTRUCCIONES PARA UNA GIRA MISIONERA
· ¿Qué significa ser un discípulo?
· ¿Cuánto tiempo se requiere para convertirse en discípulo?
“Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia” (Mat. 10:1).
“Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos. Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos (Mat. 11:1,2)
1. Lee Mat. 10:1; 10:5-11:12 y contesta, ¿Qué principios se encuentran en este pasaje? ¿Cuáles se pueden aplicarse en el trabajo misionero de la iglesia y cuáles para hacer discípulos?
· Quienes trabajan por Cristo deben manifestar ciertos rasgos característicos de las ovejas, sobre todo la suavidad en su trato con otros, deben ser "sencillos como palomas". Es decir "sin mezcla"; "puro", "inocente". Si bien deben ser cuidadoso como las serpientes, el obrero cristiano debe estar tan libre de dolo o astucia como una paloma.
· Quienes predican el Evangelio deben estar alerta y actuar con rapidez cuando se presenta la oportunidad, reconociendo los peligros y las dificultades que puedan presentarse debido a su plan de acción.
· Deben ser prudentes en su conducta y en su enfoque de las situaciones difíciles.
· Deben discernir a través de la astucia de los impíos, sin practicar ellos mismos esos ardides.
· Por supuesto, hay algunos rasgos característicos de las serpientes que no deben imitar, ni tampoco imitar todas las características de las ovejas.
· Deben ser tan cautelosos como las serpientes, pero no imitar su astucia.
· Deben guardarse de los hombres, específicamente de quienes no dejan que sus pensamientos sean guiados por el Espíritu Santo, porque los tales responden en menor o mayor grado, a las insinuaciones de Satanás.
Hemos de servir fielmente a Dios día tras día, sin preocuparnos por el día de mañana (Mat. 6: 34). Hemos de confiar en Dios quien nos dará la gracia necesaria para hacer frente a los problemas que surjan, pero al mismo tiempo hemos de estudiar con todo esmero la voluntad revelada por Dios a fin de estar preparados para afrontar cualquier situación que se presente.
Los misioneros cristianos nunca deberían olvidar que hablan como representantes o embajadores de Cristo (2 Cor. 5: 19-20), y nunca han de presentar sus propias teorías como si fueran verdad. Si así lo hicieran, bien podría clasificárselos como falsos profetas (Mat. 7: 15).
IV. LA MISIÓN DE LOS SETENTA
· ¿Cuáles son las estrategias para proclamar “el reino de Dios”?
Solo Lucas menciona que Jesús designó a setenta discípulos, a quienes envió en una gira misionera (Luc. 10:1-23; ver también Éxo. 24:1, 9).
1. Lee Lucas 10:1-23 y responde. En la misión de los setenta discípulos, ¿Por qué razones Jesús comisionó de dos en dos para proclamar el reino de Dios? ¿Cuál era la ventaja de enviarlos de dos en dos? ¿Qué lecciones podemos aprender de este relato, nosotros que vivimos en el tercer milenio?
“Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir” (Luc. 10:1)
“Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos” (Mar. 6:7)
La elección y ordenación de los doce fue un acontecimiento de gran importancia en la misión de Jesús. Juan el Bautista había proclamado el inminente establecimiento del "reino de los cielos" (Mat. 3: 2), y Jesús había repetido este mismo mensaje durante la parte inicial de su ministerio (Mat. 4: 17), especialmente durante el primer viaje por Galilea recientemente completado (DMJ 8-9). El reino que Cristo estableció con su primer advenimiento era el reino de la gracia divina (Mat. 3: 2; 5: 2), cuyo Rey era él. Sus súbditos eran los que lo recibían y creían en su nombre (Juan 1: 12). Sus corazones eran el dominio de Cristo (Luc. 17: 21)
· La institución de los doce bien podría considerarse como la inauguración formal del reino de la gracia que Cristo había venido a establecer.
· El Sermón del Monte, que siguió inmediatamente, podría considerarse como el discurso inaugural de Cristo como Rey del reino de la gracia, y también como la constitución del nuevo reino.
· Poco después de que fuera pronunciado ese sermón, Cristo y los doce salieron para el segundo viaje por Galilea, durante el cual Jesús demostró, por precepto y ejemplo, la naturaleza del reino y los alcances de su valor para el hombre.
Se dan cuatro listas de los doce: una por Mateo (Mat. 10: 2-4), otra por Marcos (Mar. 3: 16-19), y dos por Lucas, una en su Evangelio (Luc.6: 14-16) y otra en los Hechos (Hech. 1: 13).
· El método más natural de agrupar a los doce es dividiéndolos de dos en dos.
· Cuando Jesús los envió para el tercer viaje por Galilea, los envió de dos en dos (Mar. 6: 7), hermano con hermano, y amigo con amigo (DTG 316).
· La lista de Mateo quizá se basa en esa forma de agruparlos, pues después de mencionar las dos parejas de hermanos, Pedro y Andrés, y Jacobo y Juan, enumera al resto de los doce en grupos de dos, unidos con la conjunción "y".
· Felipe forma pareja con Bartolomé (Juan 1: 45), Tomás con Mateo, Jacobo (hijo de Alfeo) con Tadeo, y Simón ("el cananista") con Judas Iscariote.
· Además, la enumeración de Mateo se da en relación con el envío de los doce.
2. ¿Cuál era la ventaja de enviarlos de dos en dos? ¿Qué lecciones podemos aprender de este relato, nosotros que vivimos en el tercer milenio?
“Llamando a los doce en derredor de sí, Jesús les ordenó que fueran de dos en dos por los pueblos y aldeas. Ninguno fue enviado solo, sino que el hermano iba asociado con el hermano, el amigo con el amigo. Así podían ayudarse y animarse mutuamente, consultando y orando juntos, supliendo cada uno la debilidad del otro. De la misma manera, envió más tarde a los setenta. Era el propósito del Salvador que los mensajeros del evangelio se asociaran de esta manera. En nuestro propio tiempo la obra de evangelización tendría mucho más éxito si se siguiera fielmente este ejemplo” (DTG316).
REFLEXIONES Y APLICACIONES PARA LA VIDA
Mí querido(a) amigo(a), hermano(a): ¿Qué significa ser un discípulo? ¿Quién nos llama al discipulado? ¿Por qué las enseñanzas de Jesús en el Sermón del Monte nos preparan como discípulos? ¿Cómo se prepara un discípulo? ¿Cuál es la clave para ser un verdadero discípulo? ¿De qué manera podemos ser felices ahora mismo? ¿Cuáles son las prioridades del discípulo? ¿Qué se requiere para ser discípulo? ¿Quiénes son la sal de la tierra? ¿Por qué? ¿Quiénes son la luz del mundo? ¿Por qué? ¿Eres sal que da sabor a los que te rodean? ¿Cuál es tu actitud de discípulo como padre o madre? ¿Cómo puedes saber que eres un verdadero discípulo? ¿A quiénes preparó el Señor Jesús en el Sermón de la montaña? ¿De qué los preparó? ¿Cómo los preparó? ¿Qué clase de programas pueden ponerse en práctica en las iglesias hoy con el fin de preparar a las personas para el discipulado?
Reflexiona conmigo el siguiente texto: “Cristo vino desde su hogar celestial a. fin de preparar obreros para que fueran sus mensajeros, para cooperar con él en presentar su mensaje de misericordia al mundo. Serán ministros de su gracia, cuyos corazones latirán al unísono con el corazón de Cristo. Hacer la voluntad de Aquel que los llamó a su servicio será su comida y su bebida. Si Cristo mora en ellos, serán traídos en cautividad a él y ya no vivirán una vida marcada por el egoísmo. Su carácter se reproducirá en ellos y cualquier raíz venenosa de amargura será desarraigada. En el hombre o la mujer que ha caído sobre la Roca y se ha quebrantado, aparecerán sentimientos de afecto y simpatía por los que yerran” (Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Enero-Marzo de 2008, p. 60).
Ore conmigo, por favor…“La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies" (S. Lucas 10:2). … Feliz sábado
RESUMEN: Mirar las faltas de otros nos ciega para no ver sus necesidades espirituales, y tampoco las nuestras.
Elaboró: Delfino Jarquín López, Si usted gusta toda la versión haga clic en: http://www.pmministries.com/CEES/2008/ES1/Index.html; www.vivafeliz.es.tl; http://comentariosdeescuelasabatica.blogspot.com; www.adventistas.com.mx, temas de interés y enlaces inmediatos.
Bibliografía: Melbourne Bertram, El discipulado cristiano, Guía de estudio de la Biblia, Edición para maestros, Enero-Marzo de 2008__Notas de E.G. White para las Lecciones de la Escuela Sabática, Enero-Marzo de 2008__G. White Ellen: El Deseado de todas las gentes, Servicio Cristiano Eficaz__Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, Tomo V- Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo día, - Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 1988 & 2006, _D. Thomas Jerry, Las 28 Creencias fundamentales para mí, APIA, 2007, _ Martín Carlos, Como trastornar al mundo, ACES, 2000__De la Cruz Misael, Discipulado en los pasos de Jesús, Segundo Diplomado teológico, Universidad de Linda Vista, 2007__Burrill Russell, Reavivamiento del discipulado, APIA, 2007__Ariyaratnam Indrani, Escasa Malou, Abdool Karen, Acevedo Wanda, K Julene, et al, Jesús: un don único, Guía de es estudio de la Biblia para jóvenes, El universitario, Enero-Marzo de 2008.
Hermanos y maestros de la Escuela Sabática, espero que les pueda servir de ayuda este material. El propósito es, abarcar toda la lección de la semana; considerando los objetivos principales y aplicándolos en nuestra vida cristiana...gracias por las sugerencias y comentarios que nos han enviado; que la honra y la gloria sea para Dios. Ahora el correo es: delfino_comessab@hotmail.com ¡Dios les bendiga hermanos en cada una de sus actividades!, y esperando pronto la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo Nuestro Señor, se despide su hermano en Cristo: Defino Jarquín López.
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